« Stalkers » [Rol]

Recuerdo del primer mensaje :

Spoiler:

Cap. 1.- En una helada celda.

Estaban sorprendidos ¿Cómo no estarlo? Si la persona más inútil que conoces de la nada se convierte en tu mayor problema, ¿Cómo te sentirías? A juzgar de la cara de los grandes líderes de Tuteur Danger, estaban muy muy conmocionados. Uno a uno, los mejores Stalkers fueron siendo atrapados y aprisionados, algunos tuvieron la mala suerte de que sus Blancos habían sido asesinados en el proceso de captura.
Así que ahí estaban todos, dentro de celdas en algún lugar de los Países Nórdicos congelándose lentamente. Aún no sabían qué era lo que Untitled tramaba, pero escapar sería algo muy difícil en momentos así. Sin armas ni sus blancos cerca, todo estaba perdido para los Stalkers.

Sin embargo, había un alguien que jamás les dejaba bajar la cabeza, era el estratega de Stalkers, Ryu. Un sujeto tan optimista que quizá sería capaz de sacar de su tristeza al sujeto más desesperado y triste del mundo, no solo optimista, también hábil para crear rutas de escape, invasiones y todo tipo de cosas… No por nada era la “reencarnación” de uno de los mejores estrategas de la primera guerra mundial, con una personalidad muy retorcida, claro. Ryu creó un plan, un plan en el que estarían entregadas sus últimas esperanzas, 8 de los 10 mejores Stalkers de Tuteur Danger escaparían de ese lugar ¿Qué porqué 8 en lugar de los 10? Porque los dos últimos estaban desaparecidos, solo por eso, -ejem- volviendo al plan, estos 8 chicos escaparían por una bien planeada ruta creada por Ryu, saldrían de prisión, encontrarían a sus blancos y con su ayuda harían una llamada de alerta hacia las demás bases de Tuteur Danger creadas por el mundo para que fueran al “Cuartel General” a exterminar a los Anonimos de Untitled. Simple, fácil de recordar, era perfecto ¿no?

La primera fase del plan, la fuga, había sido todo un éxito, los Stalkers elegidos no habían batallado casi nada en escapar de aquella prisión, incluso pareció como si les hubieran dejado, pero… quizá luego se arrepentirían. Luego de escapar,  se separaron por parejas, no era buena idea irse todos juntos, pero tampoco lo era irse cada quien por su cuenta, así que así fue como se dispersaron. Su punto de encuentro sería Noruega, el lugar donde se encontraba el Cuartel General de Tuteur Danger, pero antes de siquiera considerar en comenzar la fase dos del plan, tenían que encontrar a sus blancos, re-abastecer sus provisiones y armas.
Me pregunto si la suerte le sonreirá a éstos chicos~ ¿Será que podrán darle la vuelta a ésta rebelión? Heh, esperemos a verlo…




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Aclaraciones:

Stalkers y sus respectivos Blancos~

Sveinn Jenssen - Rio Petturi
Sofía Tiane - Haru Mildori
Elena Ivanov - Surianne Salmon
Pain Suldier - Akano Yimoto
Sally Walker - Tachibana Kanade
Sean Westly - Lenore Colville
Ailin Winter - Ren Nightwalker
Bodgan Tanjevic. - Viktor Záitsev
Chisato Shiina - Junpei Yoshida
Romeo di Pietro
Valentine Autumn Black
Stan Garrison - Yue Del Atrio
Niamh Borchgrevink
Matthew Liddell - Jack Nash


Lugar donde se lleva a cabo el rol: Oslo, Noruega.
-Pueden explicar como es que sus pj's llegaron ahí, si quieren~-
Temporada: Otoño. Hace frío, MUCHO frío xD
Época: 2016 Me la acabo de inventar lml
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Ya conocen las reglas, chicos~
Este rol será estricto y va para largo >:l
Les pondré algunas reglas mías:

Spoiler:

Bueh~
Eso sería todo c:
Have fun, my little rascals~

Cualquier pregunta o duda, háganla por Mp~

Spoiler:

~Lindero del Rió con Junpei~

Junpei tomo la navaja, al parecer ya estaba de mejor humor... creo

-...Vamos, sigamos río arriba- dijo al momento de guardar sus cosas y levantarse

Solamente asentí, pero un sentimiento de preocupación recorría mi mente como una especie de sexto sentido

Trataba de mantener el calor en mi cuerpo ya que por la agitación estaba un poco cansado y sudado, pero no le dije nada a Junpei, solo lo seguí a paso lento atento a nuestro alrededor

Tal vez por lo que había sucedido, no tenia ninguna molestia, pero me empezó a dar sueño, realmente sabia que era mal momento para tomar una siesta, pero mi cuerpo sentía sueño, mucho... para ser franco, había empezado de la nada y creo que me volvía mas lento a cada paso y no me di cuenta si Junpei se dio cuenta

Mis ojos se cerraron y......

OFF: Chan... chan... chaaaaannnnnnn

Spoiler:

*Bosque*
¿Sola?

Caminaba, aún en busca del sitio de donde provenía esa voz. De repente, me sentí algo adormilada y mis ojos se nublaron con lentitud. Sentí como si me hubiese caído, pero estaba de pie cuando volví a enfocar mis ojos alarmada. Me alerté aún más cuando inesperadamente, el lugar donde estaba no era un frío y lúgubre bosque a las afueras de Oslo, era un hermoso y apacible lugar, cálido, acogedor. Los rayos del Sol que se colaban traviesos entre las hojas de los árboles me acariciaban el rostro. Yo recordaba ese lugar, aunque pareciera tan lejano. Vi distraída y como en trance unas hojas caer con delicadeza de los árboles hasta el suelo. Ese era mi lugar secreto. Sólo mío.

Ya no sentí nada más que tranquilidad, me senté en la copa de mi árbol favorito y a mi lado vi un libro al que quise hacer compañía. Lo abrí, y llegó a mi nariz, como una caricia, el olor de las páginas dando lugar una a la otra. Estaba totalmente relajada. Todo el estrés que había tenido desapareció. Para empezar, ¿por qué era que estaba estresada? ¿Preocupada? Ese sitio me protegía. No podía pasar nada malo. Nadie me maltrataría ni me exigiría. Así que ¿Por qué estaba yo tan ofuscada y mal hacía un momento? Poco me importaba. Era tan feliz en esos momentos. Esos pequeños animales se acercaron e hicieron compañía de mi lectura.
...
...
...
No sentí el pasar del tiempo. De la nada, se hizo de noche con demasiada rapidez. Parpadeé, y ya no estaba en mi lugar secreto, sino dentro de mi casa. Aquel frío y superficial lugar. Y mi padre me estaba gritando, mientras mi madre me veía con desaprobación. Yo no los escuchaba, o mejor dicho no les entendía, solo podía oír mucho ruido. Demasiado ruido. Cubrí mis orejas con mis manos y negué con la cabeza, en un intento por hacer que ese ruido se alejara. Cerré mis ojos con fuerza. Al volver a abrirlos estaba tendida en el suelo. Un suelo frío, áspero, negro. Escuchaba sirenas de policía, de ambulancia. Con mis ojos abiertos pude observar a mi madre llorar, a mi padre serio. Helados. Distantes. Más allá, la entrada al bosque. Aún más lejano y ya nada cálido. Supe que tenía un intenso dolor, pero no sentía nada.

Y entonces un sentimiento de desconsuelo se apoderó de mi ¿Por qué estaba ahí? ¿Que eso no había ocurrido ya? No quería revivirlo, no quería volver a pasar por eso. No quería cometer los mismos errores. No quería volver. Y fue en ese momento cuando un nombre, y unas condiciones de vida, volvieron a hacerse un lugar en mi pensamiento.

"Ren...si no lo encuentro...moriremos"

Frente a mí todo aquel escenario se deshizo. Como un vidrio rompiéndose en mil pedazos que jamás volverán a estar unidos. Y pude observar con asombrosa expresión alarmada como un horrible monstruo negro y baboso me tenía entre sus garras y estaba a punto de comerme. El grito del susto que dí no fue normal. Debió de haber resonado por todo el bosque. Sin pensar siquiera levanté con mi mente una roca, con bastante esfuerzo -ya que era mas o menos grande- Y la lancé en su cabeza. Esto hizo que me soltara. Caí al suelo, raspando un poco mis piernas. Saqué velozmente el arma que guardaba entre mi ropa. Le disparé una, dos veces. Lo dejé sin sus gelatinosas piernas, pero tuve la sensación de que volverían a formarse. No tenía ganas de quedarme a averiguarlo.

Empecé a correr. Tenía un muy mal presentimiento del asunto. Comenzaba a fatigarme poco a poco. Corrí y corrí, sabiendo que el monstruo venía tras de mí. Detuve el tiempo un par de minutos, lo suficiente como para seguir corriendo y alejarme bastante del sitio de donde había dejado al monstruo. Me escondí tras el tronco de un árbol. Aún no salía del bosque, pero por todo lo que había corrido supuse que no estaba tan lejos de la salida.

Observé a mi alrededor, pensando rápido. Necesitaba agua. Por la humedad del lugar supuse que cerca tendría que haber un río. Pero antes de seguir caminando me quedé sentada un momento recuperando el aliento. Cerca de mi, entre lo que quedaba de la nieve de la noche anterior, reconocí una hierba que al molerla tenía propiedades cicatrizantes. Y otra más que podría revitalizar a una persona. Muy útil en estos climas fríos. Tomé de una planta varias amplias hojas heladas, y las fui entrelazando y uniendo con lianas formando algo parecido a una bolsa. En ella metí las hierbas antes mencionadas. Una roca afilada que me podría servir de cuchillo, más hojas por si acaso. Cerca vi una hoja que tenía un pequeño charco de agua. Lo olfateé y probé. Parecía nieve semi-derretida de la tormenta de la noche anterior. La bebí, por lo menos ese poco de agua me mantendría en mis cinco sentidos.

Me puse de pie algo tambaleante. Cansada por la situación de emergencia. Dudaba que ese monstruo se diera por vencido, así que mejor no quedarme quieta. Empecé a caminar en línea recta, esperando salir del bosque.

Off: Aquí esta el post largo que te debía Yue c: Me puse a inventar un poco con lo de las hierbas (?)

Spoiler:

Había cerrados los ojos por unos instantes hasta que sentí agua caer justo en mi nariz, oh no, no es nada bueno que llueva justo ahora... pero eso no era lo más preocupante, muchos ruidos parecidos a aquellos producidos por bestias salvajes cada vez estaban más próximos a nosotros... -L-Lenore, debemos irnos ahora mismo, ¿puedes caminar? ..¿Lenore?- Mis manos sostuvieron los hombros de la niña, la cual estaba completamente inmóvil encima mío, sentí como se me helaba la sangre.

¿Está viva verdad? ¿ver..verdad? ¿VERDAD?

Comprobé su respiración más de 20 veces, su corazón aún latía... todo indicaba que ella simplemente estaba inconsciente, sin embargo me sentía terriblemente presionado, la tétrica bulla alrededor no cesaba. Tenemos que salir de aquí lo más rápido posible, no importa cómo.

Tomé aire y posicione mis manos debajo de las axilas de la pequeña rubia y, con el mayor de mis esfuerzos, me puse de pie y comencé a caminar. Sabía que mis brazos no soportarían por mucho tiempo su peso ni el de su mochila, por lo que planeaba llegar lo más lejos posible hasta no poder cargarla más. -Sí, sé que eso si lo puedo hacer.

A medida que me alejaba de esa pradera sentía como si esos extraños sonidos nos seguían, lo cual me obligaba a querer voltear hacía atrás -No, no, no...- Apuré el paso, los ruidos incrementaban, más... más rápido.

Al poco tiempo ya estaba prácticamente corriendo mientras nos introducíamos en el bosque, a los anteriores ruidos se les agregaron otros... ¿murmullos? ¿susurros? ¿qué diablos..? Con la respiración agitada seguí corriendo por entre los árboles, poco a poco mis piernas imploraban por que parara... y no podía negarme a hacerlo.

Hallé refugio bajo un gran árbol, le quite la mochila a Lenore y la recosté contra éste.  Yo me senté junto a ella mientras de mi propios suplementos saque una botella de agua, di un largo sorbo y luego me quede observando el sitio, estaba ligeramente oscuro debido a la lluvia y el barullo "natural" no mostraba indicios de detenerse en algún momento, apreté la botella en mi mano. Sé que no puedo simplemente quedarme aquí con Lenore desfallecida... sé que no, pero mi cuerpo está demasiado cansado para continuar y encontrar un refugio más eficiente, ¿y si de pronto un monstruo se aparece y nos ataca?

...Le prometí a Bodgan que sobreviviría.

Rol off: *Patea una puerta a lo Fus Roh Dah (?)* ¡No me maten a Lenore! (no aún) ;o;*se pone a postear a la velocidad de la luz*
Siento mucho mi desaparición.... -azotenme por favor-
Rol On:

Spoiler:

/Helicóptero/ - /En una predera/

Una vez todos dentro, Rio comenzó a dar indicaciones por doquier de lo que ibamos a hacer y lo que ibamos a necesitar... al parecer días duros se avecinaban para todos nosotros... Cada uno de nosotros recibió una pesada mochila repleta de cosas... ¿¡Se creía que yo iba a poder cargar con algo tan pesado como esto!?, *Sean, te encesito* pensé lanzando un pequeño suspiro mientras Rio hablaba con el resto de los angelitos guardianes (?). Luego de unos minutos... la puerta corrediza del helicóptero se cerró, y con eso un gran sentimiento de angustia y miedo comenzó a invadir mi cuerpo... ¿Y si Sean no me encontraba? ¿Y si me topaba con algo o alguna situación peligrosa? ¿y si perdía a Ragamuffin? ¡Madre mía! ¡Que horror!. De pronto, de un momento a otro, ya nos encontrábamos suspendidos en el aire...

Mientras volábamos el cielo se nublo aún más... el paisaje invernal ahora se mostraba más triste y desolado; no me gustaba nada. Por un momento hubo unas raras turbulencias que hicieron que me asustase mucho, por lo que me fue imposible no contener algunas lágrimas... *Queda comprobado... no me gustan los helicopteros* pensé abrazando con fuerza a mi fiel amigo Ragamuffin y a la gran mochila. Pocos segundos después Rio apareció y tomó un paracaídas, se acercó a uno de los chicos y comenzó a dar instrucciones. Todo parecía muy complejo, pero traté de retener todo aquello en mi mente, sobre todo con eso de jalar las cuerdas y de como no caer con las dos piernas juntas. De pronto algo sucedió ya que Rio dijo -¡¡Cambio de planes!!- y ordenó al chico a saltar; obviamente este se negó, pero luego de una pequeña pelea, ella sin más... lo empujó al vacío. Me quedé dura como una estatua por lo que había visto... Ok... bien, creo que esto no podía empeorar más... ¿o si?.

Me coloqué todo con la mayor rapidez posible y de la mejor manera (ya que mis manos no dejaban de temblar), pero aún así era todo un desastre... y como si fuera poco, más sacudidas atacaban al helicoptero. Tenía mucho miedo por lo que... opté por hacerme una pequeña bolita y esconderme en alguna esquina (?). Pronto Rio vino a prepararme; como el paracaídas era muy grande, ella no tuvo la mejor idea que amarrarme como un saco de patatas (?) a uno de los chicos (Viktor), luego de unas no muy alentadoras indicaciones... nos lanzó al vacío. -¡¡¡WAAAAHHHhhh!!!- solté un llanto incontrolable con la caída.

Podía escuchar tenuemente la voz de Viktor mientras caíamos, pero digamos que el viento y mi llanto.. no eran buena combinación a la hora de tratar de comprender lo que me decía. El resto... fue extremadamente rápido; de una manera bastante violenta aterrizamos en el suelo; pero por suerte, salimos vivos.  –Estamos vivos… no…no puedo creerlo…- dijo él liciendo feos moratones y raspones... pero por lo menos ambos estábamos enteros; no estaba muy segura por que, pero... pronto su silueta comenzó a volverse borrosa, negra y lejana... ¡Ho no! ¡aquí viene un desmayo!.

No se cuanto tiempo pasó... pero volví a abrir mis ojos, y cuando eso ocurrió me di cuenta de que nos encontrábamos debajo de un árbol... no era nada malo, pero la humedad me incomodaba de sobremanera. Recorrí mi vista un poco el panorama y ví a Viktor sentado a mi lado, se lo veía tan.... ¿cómo decirlo sin que sonara feo?... tan... sensualmente cansado ¡dios mio! ahora que lograba verlo de cerca por primera vez... podía decir (pensar más bien) con total seguridad *Es hermoso* mientras un leve sonrojo invadía mis mejillas. Me incorporé lentamente y lo observé fijamente... ¿Estaba así de cansado por mi culpa?... ¡Seguro que si!, todo este tiempo fui un peso muerto... -Gracias por...- musité con la voz un tanto baja para romper a llorar rectificándome en lo que iba a decir... ¡no podía agradecerle! -¡Siento que ha.... hayas tenído... que... cu-cu... cuidarme!- dije entre sollozos y bocanadas de aire... -A.... aho... ahora debes de... est.. estar muy cansado por.. m-m-mi cul-culpa-  me sentía tan... culpable... ¡Que horrible!.

Rol off again (?): Estoy un 99.9% segura de que no me saltee nada... de todas formas, avisenme si me falta algo importante ;o;

Al estruendoso rugido en la distancia, que dejó incluso al ambiente envuelto en una tensión fría y punzante, le siguió otro mucho más cercano al par de jóvenes en aprietos.  La bestia frente a ellos profirió un mortífero alarido que penetró hasta la médula de Romeo y, si no logró paralizarlo, sí consiguió devolver su atención al enemigo. Su cabeza giró con una rapidez que daba a notar su alarmo en dirección a la colosal araña (si podía llamársela simplemente eso) en el momento justo para presenciar como uno de esos filosos aguijones que simulaban patas, ya a una distancia imposible para él de esquivar, caía en picada cual lanza buscando hacerse de su desprotegido pecho.

Sus pupilas se contrajeron, absortas en la sorpresa que le impedía quitarse del camino en el segundo y medio que parecía restarle de existencia. De su segunda existencia. No, en cambio su mente se concentró en una línea de pensamiento mucho más sádica (e inutil) que esquivar el ataque. ¿Acaso iba a morir de nuevo? ¿Así?
¿De una manera tan o más penosa que la anterior?


Y entonces, con un chillido, un empujón y una rodada hasta acabar aún más alejado del río, sin siquiera darse cuenta, Romeo fue salvado. De forma instintiva se abrazó al peso que súbitamente tenía encima durante la revolcada en el frío cesped cubierto de escarcha y una vez que acabaron de moverse pudo verificar que no se trataba de otra más que de la niña peliblanca que minutos atrás se acobijaba a sus espaldas por temor a que se la coman.

"¿Salvado por este pequeño conejo?" Pero qué más da, salvado en fin. Respondió a la intensa mirada de la muchacha con una de sus típicas y cálidas sonrisas, que logró que la joven volviera en sí e, inocente y vergonzosa, se hiciera a un lado al segundo. Romeo no pudo evitar reir levemente ante su reacción, hace mucho no se topaba con alguien tan tímido. Se puso de pie tan rápido como su cuerpo se lo permitió. Sosteniéndose con una mano contra el suelo notó que estaba temblando.


Volteó hacia un lado, hacia el otro, no había señal del feo bicho que estaban peleando. ¿Habría huido espantado ante aquel primer rugido? Se encogió de hombros, era lo más probable - Creo que estamos solos... - dando media vuelta ahora para enfrentar a la joven aún en el piso, extendió afable su brazo derecho para ayudarla a levantarse - ...y aún no sé tu nombre.


...Y se quedaría sin saberlo por un rato más, pues la paz que recién se había instalado no tuvo tiempo de ponerse cómoda allí. Un escalofriante aullido retumbó desde el otro lado del río, obligando al Stalker a jalar a su compañera y ubicarla, una vez más, detrás de él. Los árboles cedieron paso a una criatura incluso más horrible que la primera, una suerte de can gigante en semidescomposición con todavía algunos músculos en su podrido cuerpo que le permitieron saltar el río como si de un mero charco se tratara y algunos sentidos funcionando, pues pareció identificar par en cuestión de segundos.


Una quebrada sonrisa se dibujó en los labios del pelirrosado, quien lentamente retrocedió empujando con él a la chica de la que aún poseía agarre en su mano. 'Salir de la sartén y caer al fuego', se le ocurrían ejemplos mucho más convenientes de tal decir que en el que se encontraba ahora. ¡No podía pelear con esa cosa! No preocupándose al mismo tiempo de la chiquilla atrás de él.


De imprevisto, afirmó aún más su presión contra la muñeca de la muchacha y la alzó en el aire para cargarla entre sus brazos. Era increíblemente liviana - ¡No no, princesa! ¡Yo no juego con estos perros! - sus ojos se tornaron de un fuerte tono rosa al momento en el que se echó a correr hacia su derecha, internándose una vez mas en aquel frondoso bosque para, segundos más tarde, alejarse del monstruo en su artrópoda montura.




Exhaló profundamente, como si hubiera estado conteniendo el aire por más de diez minutos. Le resultaban agotadoras invocaciones tan grandes. Alzándose un poco, le dejó algo de lugar a la chica entre él y la colosal polilla para que pudiera moverse libremente, aunque no el suficiente como para que la libertad le permitiera volver a tierra en picada. Volaban bajo para no ser vistos por algo que pudiera estar como ellos surcando los cielos, pero lo suficientemente alto como para romperse más que un par de huesos en una caída libre.


- ¡No mires abajo! - le advirtió en un tono risueño, enmascarando su temporal cansancio. Extendió una de sus manos hasta sujetarse del pelo del insecto y descaradamente sujetó del vientre a la peliblanca con la otra.


- Ahora, amiga...~ ¿Hay algún lugar donde quieres que te deje?

/Bosque - Volando - Tierra y donde rayos sabe ? /
-Con Rio , Junpei y Ren -

El lugar era una completa jungla, no dudaría que hubieran mas cosas como estas por todos lados, oi una voz demasiado familiar.
- ¡Haru!~ ¿Qué tal estás? - se trataba de la morocha, estaba ahí y simplemente me dijo eso, -¿Que crees tú?- dije sarcasticamente - Me sorprende que estés vivo todavía~ ¿No haz encontrado a tu Stalker? – por primera vez me alegre de verla, se le veía toda marcada como si se hubiese peleado con una gata o algo mas, y esta no parece tomado importancia, le iba a mencionar de su estado, peor me hizo recordar a Sofia –eto…yo..aun no- conteste con cierta preocupación . - De cualquier manera, no es buena idea estar por aquí en éstos momentos. - sin mas esta me agarro d ela muñeca y trate de seguirle el paso aunque algo torpe, me llevo hasta el borde de la montaña. - Verás, nuestro transporte está por pasar~ - me vi algo nervioso, -Pero de que esta hablando aquí no hay …- me vi callado al ver que un inmenso mounstruo había aparecido, en efecto era el mismo el helicóptero

¡Sujetate!~ – para después hacerlo saltar con ella enciam de este –Pero que carajos…. – y sin mas calleron sobre le mounstruo, era algo casi inimaginable estar montado en un mounstruo peligroso y encima el que nos derribo, por un instante quise clavarle algo a este mounstruo, pero me vi distraído por la gran cantidad de aire que tenia que soportar, ya que iba a una gran velocidad, por un momento pensé *Demonios estoy volando y sobre una bestia fea* pensé.


. - ¡Escúchame, Haru, ten cuidado al caer y no vayas a clavarle nada a nadie, ¿ok?! – Dijo Rio yo la verdad que escuchaba todo lo que decía y le haría caso, peor a que se refería con clavarle a alguien, tendría que hacerlo sino el “alguien me clavaria” primero moriría –Deberiamos…- y sin contestación alguna la muy desgraciada me empujo fuera del monstruo .

-BUUAAAaaaaaaa….Sos..ayuda….-
no podía evitar gritar después de ser arrojado ¿Quién no lo haría?, desde semejante distancia y encima de espalda, que no podía ni ver en donde seria mi cruel destino.
*Esto será el fin….Rio Bruja porque ni siquiera me distes algo con que aterrizar* pensé en pánico, cerre mis ojos, alistándome para una brutal caída.

Pero como de milagro y con tal suerte algo me atrapo en el aire , *Pero que..* pensé algo sorprendido, simplemente no quize ver que era aquella cosa con tal que me llevo a tierra firme *Vaya ni Dios ni el diablo me quieren …* algo aun atontado, me di un pelliscon a ver si era real.
Y en efecto estaba vivo y aun coleando .

Mire al frente y como de destino de la vida veo al chico al cual casi le parto la cara y a otro de pelo negro, por segunda vez me alegre de verlos , estos parecían venir a mi y yo decidi ir a ellos (¿?)

Spoiler:

/En una predera casi bosque (?)/
-Con Viktor-

Limpiaba las làgrimas que surcaban mi rostro con las mangas de mi oscuro vestido, ¡tenìa que ser fuerte!... en este lugar no me podìa comportar como siempre. Fui hasta mi mochila y desenganchè a Ragamuffin para estrecharlo entre mis brazos -Ya veràs como todo saldra bien, Sean vendrà por nosotros en cualquier momento- le decìa en voz baja a mi mejor amigo para calmarnos.

La nieve caisa silenciosamente sobre nosotros, o asì lo sentì yo ya que me encontraba completamente absorta en mis pensamientos ignorando todo aquel suave sonido; aunque habìa algunos que hacian que volviese a la realidad, como el feo sonido de una roca deslizarse por la montaña. ´Tan solo esperaba que no aplastara a alguien... pero en eso... una gran figura se hizo presente cerca de nosotros, ¡Se trataba de un gran perro que bajò de las montañas! *Hiiiii!!!* chillè en mi cabeza al ver que era enorme y con dos cabezas... ¡Que emociòn! (?), ¡el perrito era tan peludo!. Parecìa que no se habìa percatado de nuestra presencia, hasta que olfateò el aire y clavò sus 4 ojos sobre nuestras cabezas, ¿¡Què se creia para vernos asì!?. *Si tuviese un rociador con agua ya te habrìa hecho todo un Fluffy (?)bajo mi poder* pensaba haciendo un mohin enojado inflando mis mejillas sin quitarle la mirada a la bestia.

Aunque de pronto algo llamò mi atenciòn... ¿Què era eso que estaba en el suelo? ¿Un libro? *B-esti...bestiario de... ¿De què?... ¡Ah!... no... no se que dice* pensè tratando de leer la portada de este. *¿Deberìa de tomarlo?* me plantee ya que estaba la gran posibilidad de que el perro... me comiese de un solo bocado... pero... Voltee y observè el cansado rostro de Viktor, el ya habìa hecho demasiado por mi, era mi turno de devolverle el favor; por lo que esbocè una tenue sonrisa, tomè con fuerza a mi pequeño acompañante peluche y... comencè a caminar lentamente y sin hacer casi ruido en direcciòn al libro sin mirar a la bestia, *Si es como los demàs perritos cercanos a mi casa (?), si no los miras no te muerden* ¡Ho por dios! ¡Que no me coma! ¡El libro ya casi era mio!.

La tranquilidad del bosque fue el mejor remedio que Chisato pudo utilizar para recuperar la energía y porqué no, la esperanza.

No solo se habían regulado sus signos vitales, si no que ahora contaba con la compañía de alguien en quien indudablemente podría confiar si las cosas se complicaban. A pesar de que las heridas físicas seguían ahí ( y dolían, claro ) Shiranui sentía que estaba pasando por su mejor momento. Bodgan había afirmado que protegería de ella y por ende, ella haría lo mismo por él.


No tardó mucho en quebrarse el estado de confort debido al sonido que generaba la fricción entre ramas en un arbusto, el silencio era tal que incluso ese pequeño soniquete resonó en sus oídos, haciéndola encoger de hombros y retroceder. Cruzó miradas con Bodgan y pensó en intentar teletransportarse una vez más, acercó su mano a la del rubio pero éste la retiró levantando su porra al notar que no solo uno, si no DOS personas habían salido de la arboleda.

- Hay que apresurarnos. - Giró la cabeza a una velocidad increíble hacia la dirección de uno de ellos dándoles una orden.
-No muy lejos de nosotros se encuentran 2 chicos y una de las bestias más peligrosas de éste lugar.-

Chisato no había terminado de procesar el primer comentario cuando el atractivo hombre soltó el segundo, les habló con demasiada naturalidad ¿Sería algún conocido de Bodgan?... ¿O sería...?

-¿Que dices? ¿Vamos a ver? - Bodgan pidió su opinión, Shiina estaba distraída viendo a los newcomers, el de más atrás inclusive se veía simpático. Levantó un poco la mirada para quedar cara a cara con su compañero (considerablemente más alto) y asintió una sola vez. Estaba pasando por una buena racha y cabía la posibilidad de que alguno de esos chicos fuese Junpei, no podía permitirse a sí misma dejar pasar la oportunidad de encontrarlo.

Respiró hondo y se preparó para generar una respuesta.

- Paren. - ... ¿Eh? ¿Le había dado un espasmo?

-¿Quienes son ustedes y como saben de dos personas que se encuentran muy por delante de donde llegaron? -

¿Eh..? ¿QUÉ? ¿Acaso había salido eso de su boca? ¡¿DE LA BOCA DE CHISATO SHIINA?!

-Perdóname por hacer esto, pero necesitaba que ambos me escuchasen. -

¿Bodgi?

Sin duda había sido Bodgan, su habilidad le impresionaba cada vez más, si esas personas conocieran a Shiina hubiese sido increíblemente fácil deducir que esas palabras no fueron a su voluntad.

Ella esbozó una sonrisa, acción bastante incoherente con respecto a lo que recién había dicho, pero no pudo evitarlo, le hacía gracia la idea de que Bodgan tendría que comunicarse atravez de ella, haciendo ese tipo de comentarios y tratando de ser "Intimidante"

Pero hey...Shiranui, era hora de volver a la realidad.

No habían andado por más de diez minutos cuando Junpei pudo oír el seco, débil y reconocible sonido de algo cayendo sobre la nieve a sus espaldas. Dio un medio giro rápidamente formando dos puños con sus manos desnudas a modo de previsora e improvisada defensa sólo para encontrarse con una imagen aún más exasperante que cualquier cosa que se le hubiera cruzado por aquella rubia cabeza. Ren yacía recostado en el blanquecino suelo, completamente ido y —por más que quisiera— él no tenía razones para enojarse pues la situación había sido la misma pero invertida apenas una hora atrás.

Junpei dio largas zancadas hasta alcanzar el cuerpo de su compañero en desventuras y se echó de rodillas a su lado intentando levantarlo a base de para nada delicados zamarreos - ¡Ren! - lo llamaba entre susurros -. ¡Mierda Ren, arriba!

Constantemente alzaba la vista hacia sus alrededores, intentando captar cualquier señal de peligro. Tal vez las bestias que los perseguían seguían al acecho o tal vez un nuevo problema iba a aparecer en cuestión de espera, el punto era que tenían que salir de ese lugar enseguida y el peliblanco se negaba a recobrar la conciencia. Fue entonces cuando los oídos del muchacho captaron un brusco ajetreo en la copa de un árbol cercano y la enteridad de su rostro palideció al encontrarse frente a frente con eso que bajaba reptando por el tronco.

Sus manos aún apoyadas en la espalda de Ren se cerraron arrugando con el agarre de los dedos la tela de la ropa del joven mientras sus rojos ojos se mantenían fijos y atentos a cada acción del monstruoso murciélago que tenían en frente. Con un fuerte rujido como única advertencia la criatura se avalanzó sobre ellos, sobrevolándolos por encima.

En un golpe de adrenalina Junpei se puso de pie jalando el cuerpo inconsciente e intentó huir, como pudo, de su nuevo perseguidor. "Estamos muertos..." pensó el rubio a mitad de la corrida. Sus pies torpes y cansados hacían un esfuerzo sobrehumano para no resbalar sobre el terreno y la mala respiración por la boca congelaba y hería su garganta hasta la súplica. Detrás de sí se arrastraba por la nieve el desdichado de Ren, ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor. El chico incluso tuvo envidia de él. Si iba a morir, al menos lo haría sin saberlo ni sentirlo. O así le parecía que funcionaban esas cosas.


Junpei esquivaba de la mejor forma las filosas garras que intentaban constantemente hacerse de sus brazos, pero no pudo hacerlo por siempre. Aquellas gigantescas y rasposas patas entonces se apoderaron de él y, como si su peso y el de Ren fueran los de un mero muñeco, alzaron a ambos al aire. Entre cortos y agitados gemidos y retorcijos de pánico para intentar deshacerse del agarre, el rubio logró sostener con una mano el tobillo del otro muchacho. No sabía si ya había despertado o no, nada había en su mente más que esas garras cual cuchillas y la caída de —por lo que él calculaba— al menos quince pisos.

La poca resistencia que pudo oponer dado su agotamiento pareció (en su contra) rendir frutos de la nada. La bestia soltó un nuevo quejido que si no hubo logrado dejarlo sordo para siempre al menos hubo estado cerca para acto siguiente soltarlos con todo el descaro de la Tierra. Junpei intentó en vano volver a agarrarse del monstruo agitando con desesperación los brazos por sobre su cabeza, mas no hubo remedio alguno. Se dirigían en picada a una horrible perdición, y lo único que podía hacer era gritar por una ayuda que sabía que no vendría. Apretó con fuerza los párpados en cuanto el viento lo hizo enfrentar el suelo. Así que así se acabaría, pensó. Junpei Yoshida se iría como una roja mancha en la pureza de la nieve. Todo se acabaría en cuestión de segundos. El dolor, el cansancio, el miedo, su vida... y la de Shiranui.

Un nudo se formó en su pecho, y no a causa de la velocidad de la caída dándole un giro de noventa grados a la perspectiva de la situación.

No.

No, no, no. No nonononono.


Sáquenlo de ahí. Ahora. ¿Qué no iba a pelear por ella? ¿Qué no iba a dejarla morir? Alguien, quien fuera. Salvenló.

Salvenlá.



"Salvenmé..."















-¿...Ah?



¿Ya estaba muerto? ¿Eso era todo?
El muchacho abrió temeroso un ojo, el piso se estaba tardando demasiado en llegar. ¿O así como así, ya había pasado y ni lo había sentido? Dubitativo agachó la cabeza ligeramente para averiguar su situación.


No, el suelo seguía ahí. Es más... se estaba alejando. Movió un poco sus extremidades, sintiendo de repente el roce contra un cuerpo que sin duda no era el suyo. Con un súbito respingo ajustó más el agarre a lo que fuera de lo que se estaba agarrando y se giró en su búsqueda.

No tardó en encontrar... la. Sujeto casi hasta con las uñas que no tenía, Junpei se mantenía fijo y con vida gracias a una completa desconocida que los elevaba en el aire. El joven clavó sus ojos en los de ella, boquiabierto y pasmado. No fue capaz de escuchar en su asombro lo que la chica musitó mientras le devolvía la mirada.

Lo único en sus pensamientos era que por alguna razón que parecía explicarse en la extraña peliverde seguía con vida. Seguían con vida.



Eso, y que ni siquiera había pasado uno de los tres días de la prueba y ya se sentía listo para dormir por todo un mes.

























De forma repentina, una serie de violentos espasmos y estremecimientos de la pequeña chica obligaron a Romeo a alejarse como pudo de ella priorizando no caer abajo. El joven jaló con fuerza en su descuido del fino pelaje de la montura que funcionaba como una especie de rienda cuando la comunicación mental se cortaba con la bestia. La polilla planeó hacia la izquierda rozando las copas y ramas del bosque que sobrevolaban y antes de que el pelirosado pudiera impedirlo la muchacha se lanzó fuera del insecto.





...Esa no era la respuesta que esperaba. Hizo ademán de seguir su caída en un intento de rescatarla otra vez, pero al parecer la joven no había caído después de todo. Sintió un fuerte jalón que obligó a la polilla a enterrarse y atraparse a sí misma en varias ramas, cuando miró hacia abajo no había sido otra más que ella la responsable.


Una mueca de terrible desconcierto se pintó en la cara de Romeo, su expresión pareciendo casi cómica a los ojos de cualquiera. Parecía no comprender el problema en todo ese asunto.


-¿Eh... estás bi—
-¡Por favor, no me toque! Y...y...yo...ah...



... Tuvo que pestañear un par de veces antes de que la perplejidad se borrara de su rostro y diera paso a una expresión aún más confundida que la otra. Abrió la boca para intentar excusarse, pero la estampida de palabras no conseguía hacerse sitio para salir de él. ¡La estaba agarrando para que no cayera! ¡No había motivos ulteriores, podía hasta jurarlo! "¿Qué edad tiene esta nena? ¿Diez?" ¿Qué tan incómodo podía ponerte el contacto humano?


Aún algo perdido escuchó su pregunta y todo lo que había visto y escuchado en aquella sala de control volvió de nuevo a su cabeza. Lugar seguro... ese era el destino del grupo de Blancos y Stalkers, ¿no? Aquel refugio a mitad del bosque.


Romeo asintió con un pequeño movimiento de la cabeza, intentando recuperar su calma sonrisa -C...Creo que sí, princesa... sólo - por Dios y la virgen no lo hagas de nuevo - ...sólo no vuelvas a tirarte así.


Con un par de maniobras consiguió soltar a su montura de la trampa de hojas y ramas en las que se había enganchado, y miró de reojo una vez más a la chica. Sus rosados ojos a causa de la habilidad que utilizaba temblaron un momento, aún nerviosos ante la extrema reacción de la joven. Llevó una de sus manos a su cabeza y rascó con el dedo anular por detrás de su oreja izquierda - Lo siento si te, eh, ¿molesté?

- No seas así, amargado~ - El chico castaño no-tan-intimidante del dúo misterioso soltó un comentario a quien sabe quién ¿Estaba hablando solo? La joven chica rubia ladeó un poco la cabeza y lo Observó con cautela. ¿Eran de fiar estos sujetos?

- Rio los ha encerrado aquí, es obvio que están nerviosos e inseguros de lo que hacen. -

..¿Eh? Shiina volteó a ver a Bodgan para ver si estaba atendiendo, no estaba segura si era ridículamente distraída o en verdad ese sujeto estaba hablándole a la nada, pero fuese con él, con ella o con cualquiera, había dicho algo interesante. Mencionó el nombre de esa blanco psicópata que se llevo a Junni y los demás en el helicóptero, la conocía y eso solo significaba una cosa, tenía información.

- No tienen de qué preocuparse, Stalkers-san~  No somos sus enemigos. - Ahora era bastante claro que se dirigía a ambos, a Bodshi. (?)

Siendo honestos era difícil desconfiar de un chico tan... feliz. Hablaba con tanto entusiasmo y seguridad que incluso era contagioso.

¿Cuales eran sus nombres otra vez?... ¿Se habían presentado?

El simpático muchacho se hubiese presentado en ese momento de no ser porque el hombre maduro de atrás le interrumpió y sermoneó diciendo que si no apresuraban el paso, las "doncellas en apuros" de más adelante morirían.

Tenía razón. Era cierto que estaban cansados, heridos y que lo más conveniente en ese momento era buscar refugio y recuperar energía, pero tenían que analizar la situación, de nada les serviría estar descansados si sus blancos estaban ahí afuera peleando contra monstruos o sufriendo de hambre y sed, era a ellos a quienes debían cuidar, no a sí mismos.


- Vamos, vamos, Stalkers-san~~ Podrían morir si ignoran ésto~~-

Shiina apretó los puños y se mordió el labio inferior, a pesar de estar segura de lo que QUERÍA no sabía si DEBÍA ceder a ellos. Clavó la mirada en su compañero esperando la aprobación y éste simplemente le dio la instrucción de seguirle mientras se abría paso hacia donde los aún desconocidos.

¡Todos los hombres en ese lugar eran unos rancios! Quizá fue por eso que le sorprendió un poco la actitud del "chico nuevo". De igual manera, aún siendo amargado y serio, Bodgan era en definitiva... Un buen chico.

Spoiler:

~Mis pensamientos estaban divagando, como si volara*, sentí una presión en mi pecho mientras pensaba en cosas extrañas, como si un sentimiento extraño recorriera mi espalda no era miedo ni alegría... era... adrenalina... tal vez
Un recuerdo nostálgico paso por mi mente aunque era un tanto fragmentado, solo recordaba como jugueteaba con un gato que había sido abandonado a su suerte, sentí en ese momento como si alguien me observara no era la primera vez, pero... alcance ver alguien o algo entre las sombras cercanas... me era familiar y al mismo tiempo desconocida, antes de unir los hilos de ese recuerdo...
- Desde que llegué aquí creí haber escuchado que el acceso estaba restringido. Pero entonces ocurrió la explosión del heli-
- El helicóptero que detonó hace ya un rato atrás. ¿Sabes algo acerca de eso? -

Mientras recobraba mi conciencia oía una voz, tan cerca y a la vez tan lejos

Lentamente abrí mis ojos y tome sin querer a alguien... lo cual no fue buena idea...

OFF: Hay que ponernos las pilas... esto esta muy... -w- ummm, calmado
Decidan a quien agarre, nwn sea quien sea, den un pequeño grito o molestia... 
Y si... hice una bromita con mi inconsciencia... Xd

 

Spoiler:

 
[Caminando por el bosque]
-Solo/Con Sofía-

Esta tenía que ser una maldita broma, tenía la sensación de llevar caminando horas pero hasta el momento no había encontrado nada que valiera la pena mencionar, ya que no quería desperdiciar mi energía opté por escapar de las enormes criaturas que se cruzaron en mi camino y utilizar mi espada cuando solo se trataba de insignificantes seres.  

-No perdonaré esto…-solté con cansancio mientras pensaba en que todo esto era culpa de Rio.  

Si tan solo me hubiera dejado ir con ella no estaría pasando por estas penurias, inmediatamente después recordé que incluso los que viajaron en el helicóptero debían estar enfrentándose a lo mismo pero yo necesitaba a alguien para culpar. Solté un grito de frustración dejando salir mis estúpidas quejas internas, estaba actuando como algo que odiaba, una nenita llorona. 

-Mierda…-un crujido de ramas se escuchó, demasiado cerca como para poder escapar.

Desenfundé mi espada listo para enfrentar a la criatura que probablemente había escuchado mi grito, estaba dispuesto a todo con tal de salvar mi pellejo sin embargo la cabeza que se asomó entre los arbustos definitivamente no era la de una criatura del mundo no visto.

-¿Koko?-a pesar de que había reconocido a la Stalker no mostré intenciones de guardar mi arma.

Al parecer en sus planes no estaba que siguiéramos adelante juntos, el que retomara su camino sin dirigirme la palabra me lo dejaba muy en claro, al principio me pareció que aquello era lo mejor pero la chica no había dado ni diez pasos cuando decidí ir tras ella, tal vez podría divertirme un rato si tenía algo de compañía.
Definitivamente había sido una muy buena idea, ahora había alguien quien pudiera escuchar mis bromas y burlas aunque no lo quisiera, una sonrisa se instaló en mi rostro a pesar de que las piernas ya me dolían horrores. La diversión se terminó en el momento en  que una enorme cosa pasó sobre nuestras cabezas oscureciendo todo por un segundo.

-¡Maldita! ¡Vas a matarme!-grité al descubrir que Rio iba sobre esa criatura, no me sorprendía del todo.


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Aunque en un inicio la batalla entre Walky y la extraña criatura eléctrica parecía tomar un rumbo a favor de la Stalker las cosas cambiaron drásticamente cuando esta fue sorprendida por el impacto de un enorme tronco contra su cuerpo, la había tomado completamente por sorpresa y la anguila no dejó pasar su oportunidad de acortar la distancia que la chica tanto había luchado por mantener. Reponerse de aquel golpe le tomaría más tiempo del que la criatura pensaba concederle, justo cuando logró ponerse de pie con la intención de continuar la batalla… fue devorada de una sola mordida. Segundos después la anguila desapareció entre las aguas satisfecha con su pequeño bocadillo.

Lejos de ahí, Ailin, Jack y Matthew que recién aparecían en un sitio completamente diferente al que segundos antes habían estado, no tuvieron la menor oportunidad de comprender lo sucedía pues aquel monstruo de múltiples ojos hizo su aparición con un repentino y certero ataque. Ambos chicos lograron escapar aunque estuvieron a punto de correr la misma suerte que aquella Stalker quien a pesar de dar señales defensivas no fue lo suficientemente rápida para evitar su fatídico final. Este definitivamente no era un juego y ahora más que nunca quedaba claro.

Romeo y  Kanade habían logrado evadir al perro escupe fuego, pero eso no fue suficiente para que la “adorable” criatura decidiera dejarlos en paz. Entre sus planes tampoco estaba dejarse alcanzar por lo que no tenían de otra que seguir adelante mientras evitaban a toda costa el ser alcanzados por aquellas enormes bolas de fuego que caían una y otra vez por todos lados.

Las cosas parecían mejorar para Junpei, Ren y  Haru, de alguna forma los tres habían terminado al cuidado de Valentine pero aquel murciélago mutante aún tenía intenciones de convertirlos en su cena ¿Cómo demonios iban a deshacerse de él? No tuvieron que pensarlo demasiado, de un momento a otro Romeo y  Kanade aparecieron ante ellos pero no venían solos, su compañía era nada más y nada menos que un hermoso esqueleto escupe fuego, al parecer aquellos monstruos no se soportaban entre sí, ya que el recién llegado se encargó de destrozar al murciélago. Genial, uno menos (?) Ahora solo tendrían que encargarse del perro esquelético.

Aquel hombre malhumorado había logrado llegar hasta donde Lenore y Viktor se encontraban. Gracias a un monstruo con sombras que creó  para distraer a la bestia tuvo la oportunidad de usar las sombras de los chicos para llevarlos hasta donde se encontraban Shiina,  Bodgan  y su compañero. Aquello se transformó en una gran reunión ante la aparición todos los demás chicos que escapaban de aquel perro escupe fuego.

Casi todos se encontraban por fin reunidos, ¿se trataba de una simple casualidad? La mayoría no tenía la menor idea pero el que aquellas criaturas hubieran desaparecido era suficiente para ellos, sospechoso pero suficiente.  Sveinn, Mathew, Jack y Koko, no tardaron en aparecer. El ambiente no parecía el mejor sobre todo por la forma en la que le había sonreído aquel tipo mal encarado al Stalker de Rio… hablando de ella ¿Dónde demonios se encontraba?

Justo cuando el tipo estaba a punto de romper el silencio, un desgarrador rugido se escuchó por todo el lugar, entonces, desde el  cielo, comenzó a verse una sombra que cada vez se hacía más grande. Como si hubieran practicado para ello, todos levantaron la mirada al mismo tiempo para encontrarse con la imagen de un enorme monstruo cayendo a unos cuantos metros lejos de ellos, una enorme nube de vapor les impidió ver que había pasado exactamente. El vapor comenzó a disiparse lentamente dejando a la vista a una  Rio cubierta de heridas y sangre, propia y ajena. Muchos quedaron helados ante tal escena.

-Es bastante increíble que se hayan reunido todos en menos de 1 día~-saludó la chica con una sonrisa que segundos después fue reemplazada con una expresión de seriedad-Es culpa suya ¿no es así?-sus palabras iban dirigidas a Valentina, Romeo, el hombre malhumorado y su compañero.

El tipo dio un paso hacia ella y Rio retrocedió, con miedo. Tanto Sveinn como Jack y Matthew se mantuvieron inmóviles, pero atentos a que nada más sucediera.

-Ha pasado mucho tiempo, Petturi-su sonrisa mostraba cierta diversión y malicia. Rio la recibió sacando un revolver de su funda.

-¡Ni se te ocurra acercarte, monstruo!-exclamó provocando que el hombre sonriera aún más.

-¿Oh? ¿Por qué esa cara? ¿Acaso creer que puedes vencerme ésta vez?-...

La expresión de la chica mostró una cara que nunca nadie había visto, su terror fue contagiado a los presentes justo cuando intentó huir sin embargo el tipo se acercó a ella congelandola en el acto se notaba como su cuerpo temblaba ligeramente.

-¡TE DIJE QUE TE ALEJARAS!-había perdido la paciencia y comenzó a disparar sin control alguno hacia aquel hombre. Las balas lo impactaban, pero no le hacían daño, como si desaparecieran al momento de tocarlo.
 
Koko reaccionando por instinto más que por otra cosa,  creó un muro de hielo para detenerlo, él simplemente lo observó para por primera vez mirara a los chicos que no entendían absolutamente nada.

-Parece que hiciste un buen trabajo ésta vez, Petturi. Dime, ¿cómo lograste convencerlos de entrar aquí? Parece que te haz ganado su confianza completamente-rió por lo bajo y se dirigió a los demás-Lo siento, chicos, pero han sido engañados-...

-¡CÁLLATE!-intentó seguir disparando pero las balas se habían terminado.

-¿No creen que es sospechoso? Que una persona esté dispuesta a ayudarnos, a nosotros, los Stalkers, personas que no deberían de ser recordadas y solo pueden ser reconocidos por los blancos-...

-¡GARRISON!-continuó Rio tratando de callarlo.

-Es ridículo. JAMÁS pasaría. No niego que Rio es un Blanco, uno de los más fuertes que Tuteur Danger ha visto, pero es una gran desgracia que sea una traidora-la chica apretó la mandíbula y lo miró con odio-Mi nombre es Stan Garrison, soy el General 'inmortal' de Tuteur Danger y estoy aquí para 'rescatar' a la última esperanza de mi organización-...


-¡CÁLLATE DE UNA VEZ!-gritó abalanzandose sobre Stan con sus cuchillos en mano, pero fueron simplemente detenidos cuando tocaron al pelinegro. Sus sombras comenzaron a apresar los brazos de Rio, rodeándola

-Y ella, junto con los chicos de pie allá, son traidores aliados con Untittled-lentamente comenzó a asfixiar a Rio.

Fue entonces que Sveinn saltó para ayudarla, usando sus poderes de fuego para hacerlo retroceder. El Stalker cargó entre sus brazos a Rio que estaba prácticamente hecha pedazos para luego alejarse de Stan, creando un muro de fuego entre ellos y los demás blancos y Stalkers. 

-Te aplaudiría si no tuviera las manos ocupadas, Stan. Llegaste más rápido de lo que esperábamos, pero no te preocupes, que nos hemos llevado algunos premios de consolación, 3, para ser exactos. Quizá habrán algunos que se queden esperando por la llegada de sus caballeros... O, espera, serán 4-una sonrisa apareció en su rostro indicándole a Jack que hiciera el trabajo por él.

Inmediatamente después, este rompió el cuello de Koko con un rápido movimiento ante los ojos de todos. Antes de que alguien pudiera reaccionar ante tremendo shock, Sveinn intensificó las llamas de su muro de fuego y huyó. Stan trató de apagar las llamas con sus sombras para seguirlos, pero para cuando por fin lo logró ya era demasiado tarde. Aquellos chicos habían desaparecido.

Romeo observó fijamente el rostro de la pequeña joven enfrente suyo sin siquiera poder comenzar a pensar en qué decir ante tan incómoda respuesta. ¿De algo serviría lavarse las manos e informarle que su verdadero impulso no había sido otro que protegerla de caerse? Oye, el chico necesitaba crédito. Por más bien que se manejara solo, cuidar los movimientos de su invocación para no matar a un acompañante no era cosa fácil.

Un fuerte rugido, seguido por varias bolas de fuego disparadas al azar hacia el aire sacudió las copas de los árboles y le recordó al Stalker de lo que estaban haciendo antes del pequeño atrevimiento: evitar ser comidos por un fido gigante que, juzgando por todo ese barullo, no podía andar muy lejos. Romeo se inclinó un poco hacia adelante, agarrando nuevamente entre sus manos mechones de la espesa capa de pelo de su montura y recomendándole a la peliblanca que así también lo hiciera. Bien por ella si no quería que la tocara, pero no estaba dispuesto a arriesgar su pellejo más de lo que ya lo estaba haciendo para salvarla si caía. "Un hombre no puede con todo, diablos."

El colosal animal batió con fuerza sus coloridas alas elevándose y tomando impulso una vez más, agitando los cabellos de su jinete, compañía y las hojas de cualquier planta bajo ellos. El muchacho le obligó a avanzar lo más rápido posible, sabía que todo eso estaba atrayendo a aquella criatura.

- ¡Agarráte fuerte entonces, princesa, ésto se va a poner agitado!




Tanteando el suelo con su pie en cuanto aterrizaron, Junpei no podía creer lo mucho que había subestimado la importancia de la tierra firme durante toda su vida, ese día le había demostrado mucho. La desconocida Stalker (o al menos eso estaba seguro de que era) llevó sus manos a su cuello para deshacer el agarre que el rubio aún mantenía en ella y fue en ese momento en el que el joven Blanco se percató por primera vez de la penosa situación en la que se encontraba. No hizo falta que aquella chica peliverde terminara de separar a Junpei, él (desesperado por conservar la postura) lo acabó haciendo por ella mientras se aseguraba de mantenerse lo suficientemente alejado. Era obvio que la mueca de descontento en su rostro no se trataba de otra cosa más que de una máscara para ocultar su vergüenza.

- ¿Qué están haciendo en este lugar?
- Cht... - chasqueó la lengua, su roja mirada desviándose unos segundos hacia su compañero inconsciente y al otro idiota que de una forma u otra también había terminado allí antes de volverse, alzando la cabeza con sus humos ligeramente recuperados, hacia la extraña para combatir con la sequedad de sus palabras -...Intento mantener todas mis extremidades conmigo para el final del día, supongo que tu también haces lo mismo.

- Desde que llegué aquí creí haber escuchado que el acceso estaba restringido. Pero entonces ocurrió la explosión del heli—

Con esa repentina pausa los ojos de Junpei se abrieron como platos, siendo capaz de terminar en su cabeza la palabra que su salvadora cortaba por la mitad. ¿Sería esa la causa de todo aquel humo que había visto horas antes? Mierda, ellos tres estaban sanos pero, ¿y los demás? No era como si lo lamentara demasiado, eran completos extraños para él. Y aún así... era extraño, él podría haber seguido en el helicóptero para el momento de la tragedia. Pensó en agradecer a Rio por haberlo tirado primero, pero la idea salió volando de su cabeza en cuanto la tuvo. Esa loca aún se las iba a pagar.


Apretó los labios cuando finalmente la Stalker le hizo la pregunta. Sí, sí sabía acerca de eso - ¿Lo viste, cierto? ¿Había alguien allí? - respondió en un tono demandante producto del estrés, encarando con más firmeza a la muchacha.


Pero su voz quedó con rapidez en la nada, opacada por la extravagante entrada de un par de personas... y su... mariposa... monstruo... gigante.


- ¡VALENTINE—!


Un terrible escalofrío trepando por su espalda y haciendo flaquear sus piernas, Junpei perdió el equilibrio y cayó sentado en el cesped lleno de escarcha cuando el enorme bicho sobrevoló sus cabezas y comenzó a hacer círculos por encima. Fue aún más grande su sorpresa cuando notó que sobre la bestia no había una persona, sino dos, y una de ellas era otro Blanco en la prueba de supervivencia. Su nombre no pudo venírsele no importase cuánto tratara.

- ¡Rosse aquí arriba, nena!- Asomándose de su montura para mirar hacia abajo, un chico de cabello rosado y ojos de un fuerte color similar agitó una de sus manos en el aire para que le hicieran caso. Su respiración denotaba nervios y cansancio a pesar de su tono tan alegre - ¿Ooh, también recogiste premios? ¡Sugiero que los saques de aquí Val, no traemos buenas nuevas! - así bien, mientras lo que no podía ser sino otro colorinche Stalker le hablaba a la chica, él se giró en la dirección de la cual habían aparecido y no tardó en comprobar que cabeza de chicle decía la verdad. Un abismal adefesio similar en contextura a un perro de tamaño tan ridículo como su fealdad rugió apareciendo entre los árboles, y como si no fuera suficiente el espectral chillido de aquel murciélago enorme que casi los hace su almuerzo taladró sus tímpanos una vez más.

"Estamos muertos" se dijo Junpei, poniéndose de pie y jalando a Ren y a Haru para que también se levantaran, no había tiempo para la paciencia.


Tal vez eran demasiado afortunados o tal vez el destino se los cobraría más tarde, pero ambas bestias comenzaron a pelear entre ellas y eso les dio tiempo para escapar a salvo del lugar. Siguiendo las indicaciones del encantador de insectos Valentine —así le había llamado, después de todo— cargó a los dos Blancos como si fueran meras plumas y se elevó una vez más, siguiendo el volar de la grotesca polilla en la que ahora también iba Haru y alejándose de allí de una vez por todas. Junpei no puso demasiada resistencia al ser levantado, prefería eso a quedarse a jugar con el huesos.





Fue un alivio para el grupo haber pronto perdido de vista a ese can endemoniado, pero quizás la persona a la que más peso le fue removido fue a Romeo cuando uno de los Blancos señaló brusca y súbitamente hacia abajo indicándoles que se detuvieran allí, parecía haber conocidos y los demás no tardaron en unirse a la petición. El joven Stalker no pudo contener una sonrisa de agradecimiento ante las órdenes mientras su montura volaba ahora en picada hacia aquellos nuevos extraños. Avisándole a sus dos acompañantes que se sostuvieran firmes y esperando que Valentine hiciera lo mismo, aterrizó por fin junto a los cinco que ya momentos atrás debían de haberlos notado. Aquella invocación drenaba demasiada energía, estaba exhausto y aún así hizo su mejor trabajo para fingirlo y ayudar a bajar a los dos Blancos en su cargo, haciendo desaparecer luego a la polilla tan rápido como pudo.

La bestia se desintegró en lo que parecieron ser millones de insectos diminutos que se alejaron hasta perderse velozmente en el aire. Rosse sostuvo su báculo con ambas manos y, clavando la punta en la tierra para acuclillarse y utilizarlo de apoyo, alzó sus ojos (ya habían recuperado su original aspecto dorado) esperando a que Val y sus trofeos también aterrizaran.



"¡Chisato...!"
Junpei había sido uno de los primeros en exigir aquel descenso en su siempre tosca manera. Su estómago dio un vuelco en el momento en el que reconoció a Shiranui entre las cinco cabezas allí reunidas, era aquella misma demoledora sensasión que había lo había atacado días antes cuando la Stalker apareció repentinamente luego de haberse marchado por tanto tiempo. Empezaba a notar el vacío que dejaba en su pecho el apartarse de ella, pero no tardó en hacer a un lado esa línea de pensamiento antes de que lo llevara a pensar en lo mucho que descuidaba a la chica. Aún sabiendo todo lo que significaba para él jamás pudo juntar el valor para darle un abrazo, para expresar su agradecimiento y el simple hecho de observarla le recordaba estas cosas.

Olvidó por completo la despreciable compañía con la que andaba Shiranui, el muñeco de bodas y su silenciosa cola de perro, separándose con cuidado de Valentine una vez en el suelo y dando un paso al frente, sus ojos carmesí clavados en ella, sonrió cuando supo que lo estaba mirando. Era una sonrisa avergonzada de ella misma, como la de un crío volviendo a su madre después de haberse escapado de la casa por días. Una mueca que de alguna forma también pedía disculpas, en verdad había sido un milagro reencontrarse con su Stalker en ese campo lleno de muerte y había hecho demasiadas estupideces en el transcurso del día como para no considerar el verla como uno.


Pero allí iba él, arruinándolo todo.

Un cien por ciento consciente de que Junpei los miraba, la rata muda tomó del hombro a su Stalker y esfumó la sonrisa del rostro del chico como una cachetada besándola. Fue un beso fugaz y pequeño, pero aún así bastó para hacer hervir la sangre del rubio Blanco en algo que hace mucho no sentía y que tampoco deseaba admitir. Juraba que aún mientras ocurría aquel tipo tenía esos fríos ojos burlones fijos en él, gozando a sabiendas de cuánto lo irritaría. Apretando con fuerza las manos en puños (tal vez imaginando un cierto cuello entre ellos) giró la cabeza en otra dirección fingiendo no haber visto nada y combatiendo con los nudos que se habían formado tanto en su garganta como estómago. ¿Acaso era eso envidia...?


Su acto de niño celoso se vio prematuramente cortado cuando oyó la voz de Shiranui apenas a pasos de distancia. Junpei se giró y le echó un rápido vistazo a su Stalker buscando algún razguño o herida antes de que sus ojos se encontraran. Rozó con delicadeza uno de los brazos de la joven usando la cara externa de su mano derecha una vez que terminó de hablar y esbozó una pequeña sonrisa enmascarando todo lo posible su irracional enojo. ¿De qué se había perdido en cuanto la dejó sola? ¿Y por qué tenía que haber sido justamente con él? Alejó su tacto de ella en cuanto sintió que el recelo comenzaba a hacerlo temblar y resguardó sus manos en los bolsillos de su saco, acabando sin tardar la caricia - ...Me alegra verte, Shiina.



En ese preciso instante, un horrible quejido hizo hasta temblar la tierra y desgarró el emotivo ambiente que había empezado a moldearse en esa zona del bosque a medida que más Blancos y Stalkers caían en escena. Antes de poder contarlo el cuerpo de una enorme bestia cayó frente a ellos, levantando una espesa capa de polvo y nieve que obligó a Romeo y a Junpei a resguardar sus rostros, este último tomando como reacción inmediata la cabeza de Shiranui para protegerla a ella también contra su pecho. Una vez que la nube se hubo disipado lo suficiente como para ver a través de ésta, una silueta familiar se alzó por sobre el monstruoso cadáver.

-Es bastante increíble que se hayan reunido todos en menos de 1 día~ - la sorpresa y el disgusto fueron compartidos por los dos adolescentes, Romeo sospechosamente irguiéndose y alistando su arma en una pose defensiva en cuanto Rio dirigió su mirada hacia donde Valentine y él se hallaban -Es culpa suya ¿no es así?


Fue una verdadera sorpresa para el joven Blanco cuando la actitud burlona tan característica de aquella mujer fue espantada de su rostro y cambiada por una expresión que jamás creyó ser capaz de ver en ella: reflejado en sus ojos y a la vista de todos, el más completo y puro miedo. Ese tipo desconocido para él pero que estaba con Shiranui momentos atrás dominaba totalmente la situación y parecía tener a Rio contra el filo de su presencia y la pared.

Una lluvia de gritos y balas fue lo siguiente que escucharon sus oídos. La voz de la militar sonaba desgarradora, consumida por el pánico que Junpei jamás pensó que podía llegar a sentir. El chico presionó aun más contra él a Shiina escudándola a pesar que toda la munición que Rio desesperadamente gastaba iba dirigida hacia el extraño sujeto, podría volver a enojarse más tarde cuando ninguno de los dos corriera el peligro de acabar víctima de una bala perdida. Por primera vez sentía pena por ella, y aún así no iba a saltar a protegerla. Un Stalker de su grupo tuvo que hacerlo por él.


Sugestionada por el cáos de la situación una muchacha utilizó sus habilidades para levantar una barrera de hielo que separara a Petturi de su acosador, logrando que este último por fin se fijara en ellos.

-Parece que hiciste un buen trabajo esta vez, Petturi - comentó como si los evaluara -. Dime, ¿cómo lograste convencerlos de entrar aquí? Parece que te haz ganado su confianza completamente- a Junpei no le gustaba para nada la dirección en la que las palabras del hombre lo llevaban. Observó de reojo a Rio, agitada, temblorosa e impotente como una niña y frunció el ceño, confundido. Lo tenía en la punta de la lengua, era obvio en ese momento, y aún así no pudo creerlo hasta que aquel sujeto se lo hubo confirmado. ¿Qué —exactamente— estaba pasando aquí?
-Lo siento, chicos, pero han sido engañados.



Traición, si agregabas eso al rompecabezas todo comenzaba a tener un sombrío sentido, en especial el cercado laberinto de sorpresas en el que los había metido. "No intentaba ayudarnos, mierda, cómo no lo había visto antes." Las teorías corrían salvajes por su cabeza mientras volvía a fijarse en Rio, la ira una vez más apoderándose de su rostro en una mueca llena de odio, casi feroz. "Nos estabas liquidando..."

Quebrándose finalmente, Petturi se abalanzó en un nuevo ataque hacia Garrison (así se había presentado tal hombre) que también resultó ser el último. Apresando en sombras a Rio, el así llamado General de Tuteur Danger comenzó a estrangularla lentamente mientras que revelaba las identidades de los compañeros de la mujer. Un grupo entero de gente a por sus cabezas se encontraba a meros pasos detrás de ellos.


Todas las cabezas se giraron en torno a la dirección en la que Stan apuntaba, temerosas, acusatorias, o llenas de repletas de rabia. Romeo frunció el ceño mostrándose serio por primera vez desde su aparición, volteando su cuerpo para enfrentar a los traidores mientras mantenía aún detrás de él a su pequeña y momentánea protegida. Sveinn saltó entonces al rescate de su Blanco, apartándola de Garrison con una barrera de fuego y dando pie para su escape, no sin antes hacer un recuento de los trofeos que se llevaron durante el supuesto 'entrenamiento', y tomando una vida más frente a sus ojos para sumar un número más al puntaje.

Junpei dio un paso hacia atrás ante tan mortificante escena, incapaz de moverse de su lugar a asistir a lo que sabía ya no era más que un cadáver. El sonido de los huesos crujiendo ante la ruptura retumbó en su mente sin descanso, era consciente de que nadie sobrevivía a algo como eso. Lentamente relajó la mano que fijaba a Shiina contra él, dejándola caer a un costado y liberando a la chica. Ese día había sido un completo infierno y aquel bonito evento, la cereza del pastel. Sentía que sus rodillas podían flaquear en cualquier momento, tan débil se sentía. ¿Y ahora qué iban a hacer?


Soltando un profundo suspiro, Rosse se enderezó desganado ante la pérdida de aquellos monstruos y pudo finalmente sentir el fuerte y tembloroso agarre que la joven detrás de sí hacía contra su brazo. La miró de reojo para comprobar que estuviera bien y entonces lo notó: ella no había corrido hacia ninguno de los Stalkers presentes, y ante el anuncio de Sveinn la ausencia de uno no significaba buena cosa. Chasqueó la lengua, sabía (por mala experiencia) que no le gustaba ser tocada pero el shock de la situación debía de ser demasiado para ella. Despacio, dándole aviso de sus acciones, tomó con fuerza la mano con la que la peliblanca lo sujetaba, envolviéndola con la suya apenas por unos segundos. Sus ojos miel se enfocaron luego en la Stalker fallecida, ya varios comenzaban a acercarse a examinarla. Sintió un nudo formarse en su garganta y tragó saliva en un vano intento de remediarlo, estaba tan o más perdido que cualquiera de los Blancos allí parados.

Cuando oyó que las primeras preguntas se formulaban hacia Stan, giró su cabeza como el resto para escucharlo. Solo restaba escuchar lo que el jefe tenía para decir.


Esperaba, por los cielos, que fuera algo alentador.


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OFF: WOOW post enorme a las 5 AM. Perdón por hacer un poquito de mindcontrol con Valentine, pero tenía que sacar al grupete de allí lo más pronto posible ; u;