Conectarse
Últimos temas
» Clase Nº1: Introducción y relleno de la ficha.por reokabelo Miér Jul 19, 2017 9:44 pm
» Un nuevo amanecer
por Mr.Death Mar Jun 27, 2017 6:30 pm
» He vuelto! (Aunque no se cuanto durará)
por Adamaris Dom Mayo 07, 2017 5:31 am
» Necesito decir esto
por Devi W. Blood Vie Mar 17, 2017 5:48 pm
» Edorian { ✰ } Wunderlich Stella✨
por Thama Dom Feb 12, 2017 6:57 pm
Mundo de Rol |
Es una creación de Captain. Copiar la temática del foro o crear un foro idéntico a este, ya sea por diseño o contenido, se considera litigio o plagio. |
Skin creada por Zorra para Mundo de Rol.
Agradecimientos especiales a Zorra y Capullito Z por la ayuda que nos ha brindado, a los creadores de los diferentes recursos utilizados para el diseño del foro. Especialmente a OurSourceCode por sus muy útiles tutoriales. A LaufeysonSister por darnos permiso de utilizar su hermoso tablón de anuncios. Ninguno de los personajes utilizados en el diseño nos pertenecen. |
Nox Noir Nero "Cuachita" © |
Es un personaje ficticio creado, diseñado y dibujado por Captain. Cualquier similitud con otra criatura es mera conciencia. No copiar ni utilizar en cualquier otro lado que no sea Mundo de Rol. |
Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
+8
Jack Frost
Penguin
Bobencio
L U C H O
Nanix01
CherryFlan
bread.png
Perra
12 participantes
Mundo de Rol :: Zona Rol :: Coliseo
Página 3 de 3.
Página 3 de 3. • 1, 2, 3
Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
Recuerdo del primer mensaje :
Comenzamos
✩ Nanix01 – Carla Mora ♀
✩ Perra – Gabriel Elías Ojeda ♂
✩ Naru – Antonio José Barrera ♂
✩ Devlin – Mateo Luján ♂
✩ Zorra – Dania Cepparo ♀
✩ Adeline – Danae Sofía Tarifa Ferrant ♀
✩ Bianchi – Vianey Días Leon ♀
✩ Mr Galaxy – Manuel Flores Nina ♂
✩ Jack – Alexandra 'Alex' Gisbert Shaff ♀
✩ Bobencio – Fausto Reyes Garcia ♂
✩ Penguin – Alejandro Reyes García ♂
Comenzamos
30/07/2014 (19.30)
La niebla se había echado sobre la noche, silenciosa. Había aparecido paulatinamente, haciéndose cada vez más espesa, tumbándose suavemente sobre el suelo en el que se erigían los restos de aquel enorme edificio.
Una decena de chicos deambulaban por el interior de esa fábrica abandonada, donde antes habían hecho pucheros y otros aparatos de cocina. Era bastante irónico que una fábrica que hizo en el pasado objetos tan insignificantes, a día de hoy tuviera un aspecto tan lúgubre. Según contaban, hizo de escondrijo para los rebeldes tras la Guerra Civil Española, y cuando fueron encontrados por el ejército franquista, casi muriéndose de frío e inanición, los empalaron frente a esas mismas puertas. Desde entonces nadie la había usado.
El lugar guardaba una temperatura considerablemente baja para la época del año. Más de un escalofrío recorrió la espalda de nuestros imberbes exploradores, algunos arrepintiéndose ya de haber decidido ir. Pero tampoco podían irse ahora, no, ya habían cruzado el umbral de la puerta y cualquier impulso disidente sería un suicidio social y algo que les perseguiría toda la vida. Además, podía resultar una vivencia importante, algo que contar a sus nietos en un futuro.
Las pisadas de nuestros chicos retumbaban por toda la fábrica, y el eco devolvía sus pasos con una voz más profunda, más terrible. La fábrica estaba embotada por un fuerte olor a humedad y un hedor desconocido, pero que seguramente sería el tufo desprendido por cadáveres de ratas pudriéndose, acompañados de moscas devorando sus cuerpecillos infectados de enfermedades. Sonidos desconocidos provenían de algún lado, y todo rastro de naturaleza viviente parecía haberse esfumado: ya no se oían el piar de los pájaros, el agitar de las hojas, el cantar de las chicharras.
Además, todo estaba de lo más oscuro. Apenas podían distinguirse uno de los otros, puesto que prácticamente todas las ventanas estaban tapadas y, de todos modos, ni siquiera fuera hacía mucha luz. Alguien [Dania], afortunadamente, había sido lo suficientemente previsora como para llevar un par de linternas. Así que tras darle la linterna [Gabriel], ambos iluminaron el lugar, mientras que el resto de sus compañeros se congregaban a su alrededor, sin perder de vista la luz. Las máquinas, que antes sólo hacían pucheros, parecían tener como oculto motivo las más terribles torturas. Esos malditos cacharros de hacía ya casi un siglo tenían un aspecto de lo más tenebroso, oxidados y con varias capas de polvo. El lugar al completo estaba hasta arriba de polvo, de hecho.
Probablemente hubiera también toda clase de bichos, pero eso preferían no saberlo.
Era hora de explorar. Tampoco es que alguien tuviera claro que iban a hacer allí, de todos modos. Al final terminarían hasta las narices de ver polvo y máquinas viejas, y se largarían del lugar para tomar una cerveza y charlar o algo por el estilo. Sí, eso era lo que solía pasar en este tipo de situaciones.
Los chicos se adentraron más y más en ese gigantesco esqueleto de cemento. Los ruidos se hacían más altos y frecuentes, así como más sordos cada vez que avanzaban. El sitio era tan grande que les iba a costar lo suyo hallar el origen de esos golpes, que todos esperaban que no fuera más que una cañería estropeada.
Hay más cosas que no especificaré aquí porque debéis encontradlas mediante vuestra búsqueda. Las escaleras al sótano están en la esquina de la planta baja, en el lado contrario de las escaleras que suben arriba. Para acceder a ellas –las que dan al sótano– hay que levantar una trampilla (no está cerrada con llave, pero en la oscuridad puede ser más complicada de ver).
Para avanzar en la historia debéis encontrar los orígenes de ese misterioso sonido que se extiende por todo el edificio. Puede que haya más de un sonido. De hecho, hay varios sonidos. Id explorando, yo reaccionaré cuando lleguéis al lugar. Y sino, pues ya haré que reaccionéis vosotros.
Si os separáis, iréis más rápido en la historia, pero también correréis más peligro. Es vuestra decisión ver qué hacer.
Andad con cuidado.
Una decena de chicos deambulaban por el interior de esa fábrica abandonada, donde antes habían hecho pucheros y otros aparatos de cocina. Era bastante irónico que una fábrica que hizo en el pasado objetos tan insignificantes, a día de hoy tuviera un aspecto tan lúgubre. Según contaban, hizo de escondrijo para los rebeldes tras la Guerra Civil Española, y cuando fueron encontrados por el ejército franquista, casi muriéndose de frío e inanición, los empalaron frente a esas mismas puertas. Desde entonces nadie la había usado.
El lugar guardaba una temperatura considerablemente baja para la época del año. Más de un escalofrío recorrió la espalda de nuestros imberbes exploradores, algunos arrepintiéndose ya de haber decidido ir. Pero tampoco podían irse ahora, no, ya habían cruzado el umbral de la puerta y cualquier impulso disidente sería un suicidio social y algo que les perseguiría toda la vida. Además, podía resultar una vivencia importante, algo que contar a sus nietos en un futuro.
Las pisadas de nuestros chicos retumbaban por toda la fábrica, y el eco devolvía sus pasos con una voz más profunda, más terrible. La fábrica estaba embotada por un fuerte olor a humedad y un hedor desconocido, pero que seguramente sería el tufo desprendido por cadáveres de ratas pudriéndose, acompañados de moscas devorando sus cuerpecillos infectados de enfermedades. Sonidos desconocidos provenían de algún lado, y todo rastro de naturaleza viviente parecía haberse esfumado: ya no se oían el piar de los pájaros, el agitar de las hojas, el cantar de las chicharras.
Además, todo estaba de lo más oscuro. Apenas podían distinguirse uno de los otros, puesto que prácticamente todas las ventanas estaban tapadas y, de todos modos, ni siquiera fuera hacía mucha luz. Alguien [Dania], afortunadamente, había sido lo suficientemente previsora como para llevar un par de linternas. Así que tras darle la linterna [Gabriel], ambos iluminaron el lugar, mientras que el resto de sus compañeros se congregaban a su alrededor, sin perder de vista la luz. Las máquinas, que antes sólo hacían pucheros, parecían tener como oculto motivo las más terribles torturas. Esos malditos cacharros de hacía ya casi un siglo tenían un aspecto de lo más tenebroso, oxidados y con varias capas de polvo. El lugar al completo estaba hasta arriba de polvo, de hecho.
Probablemente hubiera también toda clase de bichos, pero eso preferían no saberlo.
Era hora de explorar. Tampoco es que alguien tuviera claro que iban a hacer allí, de todos modos. Al final terminarían hasta las narices de ver polvo y máquinas viejas, y se largarían del lugar para tomar una cerveza y charlar o algo por el estilo. Sí, eso era lo que solía pasar en este tipo de situaciones.
Los chicos se adentraron más y más en ese gigantesco esqueleto de cemento. Los ruidos se hacían más altos y frecuentes, así como más sordos cada vez que avanzaban. El sitio era tan grande que les iba a costar lo suyo hallar el origen de esos golpes, que todos esperaban que no fuera más que una cañería estropeada.
*
Sobre la fábrica.
La fábrica consta de tres plantas y dos sótanos, además de una azotea. La azotea, sin embargo, está cerrada con llave y no podréis explorarla; no os esforcéis en tratar de abrir la cerradura. El piso en el que os encontráis es, obviamente, la planta baja: ahí no hay más que máquinas y cajas, además de los bichos, ratas y la basura que inunda todo el edificio. El primer piso son las oficinas, dónde os recuerdo que no hay ordenadores puesto que es una fábrica anterior a los años treinta. En la siguiente planta hay más oficinas, además de varias salas de reuniones y las escaleras que llevan a la azotea. La cobertura parece que funciona en la planta baja, aunque hay interferencias.Hay más cosas que no especificaré aquí porque debéis encontradlas mediante vuestra búsqueda. Las escaleras al sótano están en la esquina de la planta baja, en el lado contrario de las escaleras que suben arriba. Para acceder a ellas –las que dan al sótano– hay que levantar una trampilla (no está cerrada con llave, pero en la oscuridad puede ser más complicada de ver).
Para avanzar en la historia debéis encontrar los orígenes de ese misterioso sonido que se extiende por todo el edificio. Puede que haya más de un sonido. De hecho, hay varios sonidos. Id explorando, yo reaccionaré cuando lleguéis al lugar. Y sino, pues ya haré que reaccionéis vosotros.
Si os separáis, iréis más rápido en la historia, pero también correréis más peligro. Es vuestra decisión ver qué hacer.
Andad con cuidado.
*
Personajes
✩ Cherryflan – Natalia Vivas ♀✩ Nanix01 – Carla Mora ♀
✩ Perra – Gabriel Elías Ojeda ♂
✩ Naru – Antonio José Barrera ♂
✩ Devlin – Mateo Luján ♂
✩ Zorra – Dania Cepparo ♀
✩ Adeline – Danae Sofía Tarifa Ferrant ♀
✩ Bianchi – Vianey Días Leon ♀
✩ Mr Galaxy – Manuel Flores Nina ♂
✩ Jack – Alexandra 'Alex' Gisbert Shaff ♀
✩ Bobencio – Fausto Reyes Garcia ♂
✩ Penguin – Alejandro Reyes García ♂
- Reglas, aclaraciones y demás.:
→ Deberéis, obviamente, contar con las [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ya presentes dentro de Mundo de Rol.
→ De vez en cuando pondré que alguien hace algo, sin especificar quién. En ese caso, quien quiera podrá hacer que su personaje ocupe ese lugar; como por ejemplo ocurre con esa "otra persona" que menciono arriba. En el caso de que especifique quién, como con Dania, tendrá que escribir en consecuencia.
→ Las imágenes que acompañan a las descripciones son sólo una idea aproximada de cómo es lo que los personajes están observando. Si algo de lo que he escrito desmiente a la imagen, gana lo que está escrito.
→ Podéis pasearos todo lo que queráis por la planta baja, atrasando el comienzo de la "acción", pero una vez que subáis o bajéis un piso, deberéis esperar a que yo haga una rápida descripción del mismo (es decir, que podéis poner que X persona decidió bajar al sótano, siguiéndola después Y y Z, y después tendréis que esperar mi actualización). Esto es MUY importante.
→ Si alguien está inactivo sin haber avisado antes, quedará sancionado sin poder participar en adelante en el rol, ni en este ni en el resto de los capítulos; a no ser que me lo justifique.
→ Sigue en pie lo de que no podéis saber más de la fábrica además de lo que yo he dicho.
→ Si tenéis alguna duda, preguntadme.
→ Sólo podéis rolear una vez que vuestra ficha esté completa.→ Tracy es rubia pero lo oculta
Última edición por Perra el Sáb Ago 30, 2014 3:13 pm, editado 5 veces
Perra- Roler
- Mensajes : 88
Reputación : 37
Fecha de inscripción : 07/05/2014
Edad : 27
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
◄❤❀❤❀❤❀❤❀❤►[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]〚Pasillos subterráneos〛➻〚-〛〚Con Alex Gisbert〛➻〚Un tipo detrás de una puerta !!!〛◄❤❀❤❀❤❀❤❀❤❀►De una forma u otra, el lejano eco de alguna voz conocida llegó a tus oídos. Vale, eso te hizo formular la pregunta (otra vez) ¿Cuánto habían avanzado ya y debajo de qué puñetera roca se había metido el cabrón que buscaban? "Bonita cosa, Gabo, nos arrastras a una apestosa fábrica y luego desapareces de la faz de la tierra después de haberte cagado en las patas. Vaya macho has salido, ¿Eh?"— Eh tía, ¿No te parece que eso ha sonado como...Vianey? —. Saliste de tu ensimismamiento por un santiamén, comentándole eso a tu acompañante, y procuraste no levantar mucho la voz al hacerlo; ya te habían mandado a callar una vez y no lo hacías por complacer a la quimera, sino porque caíste en cuenta de que estaba en lo correcto con lo que había dicho.Esa sensación se volvió más fuerte cuando un murmurar quebró el silencio penumbroso que se había materializado desde tu último comentario. No sólo eso, aguzaste el oído, y como resultado también se empezó a escuchar un ”tip, tip, tip” rítmico.Siguieron avanzando, y el siguiente descubrimiento fue imposible de ignorar: dos puertas y una entreabierta. Aún si te sentiste, por un momento, un poco renuente a echar un vistazo por la mala sensación que comenzaba a picarte la consciencia con una ramita, optaste por opacarlo saciando a tu ego con un falso sentido de la temeridad. “A moverse, Sofía, que esto no es nada”.— Echemos un vistazo.Llenaste tus pulmones de aire hasta que no cupo más y avanzaste hasta esa misteriosa puerta que te tentaba con tanta fuerza. Llevaste a Alex contigo, tan pegada a ti como fue posible, no fuera a ser que a ella le diera por abandonarte en un impulso de cobardía o algo por el estilo. Tratabas de convencerte de que no te fiabas de Gisbert, pero a la vez su presencia era la única cosa que te mantenía de pie en ese lugar sin tener que descomponerte en un manojo de nervios.Lo poco que podía verse era lo que parecía un bata blanca de espaldas, haciendo quién sabe qué cosa ya que el reducido espacio no te permitía esclarecer esa duda. Sólo tenías la certeza de que...eh...ese no era Gabriel...y si no era él...¿Quién...? — ¿Qué hace...alguien...acá? —. Murmuraste con genuino desasosiego. Miraste aquí, allá, acuyá, carpetas, cajas, un portátil...estaba bien instalado el hombre, demasiado.En un acto inconsciente, estrujaste con ambos brazos uno de los de Alex, clavando también las uñas en este sin querer. No removiste la vista un segundo de aquello, tampoco los caninos de tus labios inferiores, que los presionaban y mordisqueaban delatando la concentración en tus aniñadas facciones.
Adeline- Roler
- Mensajes : 79
Reputación : 25
Fecha de inscripción : 20/09/2013
Edad : 26
Humor : You. ARE. HENTAAAAI!
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
{color=[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - crimson}
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
『Fábrica → Primer Sótano → Pasillos』
Con: Danae Sofía
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
『Fábrica → Primer Sótano → Pasillos』
Con: Danae Sofía
Caminaron largo rato y nada cambiaba en el paisaje que observaban, era como estar mirando un fondo repetido de dibujos animados una y otra vez. La paciencia de Alex comenzaba a disminuir conforme avanzaban por el estrecho lugar. El simple hecho de no encontrar ninguna pista o algo extraordinario le frustraba un poco, pero lo que la motivaba a avanzar era encontrar al castaño aventurero, no podía dejarse llevar por sus afanes egoístas. La prioridad era el muchacho, bien lo sabía.
Con el pasar de los minutos su mente pasaba a tener ideas menos positivas acerca del paradero y las condiciones del desaparecido. La idea de encontrar una escena de película de terror o de thriller policiaco se clavó en su cabeza repitiéndose una y otra vez ¿Y si no volvían a verlo? ¿Y si era una trampa? Qué pasaba si acababa de arrastrar a la princesita a algo demasiado peligroso.
Agitó su cabeza en un intento de disipar aquello que la molestaba. Claro que no ¡Todo estaría bien! Ella podía enfrentarse a cualquier cosa con sus manos desnudas… Sí ahora todo esto se volvía una película de artes marciales y misterio donde ella era la protagonista que debía rescatar al princeso de las garras de un jefe de piso (?)qué Sí, la mente de la muchacha era un caos total.
Con el pasar de los minutos su mente pasaba a tener ideas menos positivas acerca del paradero y las condiciones del desaparecido. La idea de encontrar una escena de película de terror o de thriller policiaco se clavó en su cabeza repitiéndose una y otra vez ¿Y si no volvían a verlo? ¿Y si era una trampa? Qué pasaba si acababa de arrastrar a la princesita a algo demasiado peligroso.
Agitó su cabeza en un intento de disipar aquello que la molestaba. Claro que no ¡Todo estaría bien! Ella podía enfrentarse a cualquier cosa con sus manos desnudas… Sí ahora todo esto se volvía una película de artes marciales y misterio donde ella era la protagonista que debía rescatar al princeso de las garras de un jefe de piso (?)
Tip… Tip… Tip… Tip…
Un extraño murmullo y aquel sonido la trajeron de vuelta a tierra, la hizo detenerse junto a la chiquilla. La miró un instante preparándose para continuar con su camino, buscando aquel repiqueteo. Como si fuese automático redujo el ruido de sus pisadas haciendo su avance un tanto más lento que antes.
Avanzó un corto trayecto de aburrido gris junto a la chica hasta que se encontraron frente a dos puertas de una tonalidad gris símil a la de los pasillos. Se acercaron a observar que había tras las mismas. La respuesta fue rápida pero llenó de interrogantes a la morena que simplemente no podía dejar de observar la extraña escena. Un hombre delgado y con bata se encontraba al parecer ¿trabajando? En ese lugar, estaba completamente equipado haciendo algo, ¿una investigación? Tal vez, dedujo la muchacha por la vestimenta y la cantidad de cosas que tenía: carpetas, cajas, una portátil azul ¿Tendría señal wi-fi ahí abajo? ¿Qué podría estar haciendo aquel hombre oculto en aquel lugar? ¿Conocería el paradero de Gabriel? ¿Gabriel se habría encontrado con él o habría escogido la dirección contraria?
Quería hacer algo más que observar, pero por ahora tenía que averiguar a través de solo ese pequeño espacio que les proporcionaba la puerta si podía confiar en aquel sujeto como para poder dirigirle la palabra.
Avanzó un corto trayecto de aburrido gris junto a la chica hasta que se encontraron frente a dos puertas de una tonalidad gris símil a la de los pasillos. Se acercaron a observar que había tras las mismas. La respuesta fue rápida pero llenó de interrogantes a la morena que simplemente no podía dejar de observar la extraña escena. Un hombre delgado y con bata se encontraba al parecer ¿trabajando? En ese lugar, estaba completamente equipado haciendo algo, ¿una investigación? Tal vez, dedujo la muchacha por la vestimenta y la cantidad de cosas que tenía: carpetas, cajas, una portátil azul ¿Tendría señal wi-fi ahí abajo? ¿Qué podría estar haciendo aquel hombre oculto en aquel lugar? ¿Conocería el paradero de Gabriel? ¿Gabriel se habría encontrado con él o habría escogido la dirección contraria?
Quería hacer algo más que observar, pero por ahora tenía que averiguar a través de solo ese pequeño espacio que les proporcionaba la puerta si podía confiar en aquel sujeto como para poder dirigirle la palabra.
Jack Frost- Moderador
- Mensajes : 411
Reputación : 56
Fecha de inscripción : 12/01/2012
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
[ #F86173 ]
╓. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ╖
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
{ Con: Sus amigos y un señor muy desnutrido. }
❁ << FÁBRICA ABANDONADA, 1era PLANTA >> ❁
♡
Tras sus torpes palabras los muchachos también hablaron, intentando con ello calmar al desconocido, o al menos dar a entender su posición como personas ajenas a lo que estaba sucediendo antes de llegar ahí. Dania por su parte seguía tensa, o más bien asustada, deseando agarrar fuerza de cualquier lugar distante en su propio subconsciente o en las voces de sus amigos, pero bastaba ver el cuchillo cerca del cuello de Alejandro para sentirse flaquear nuevamente, además el hombre que les amenazaba parecía distante, con la vista perdida en algo inalcanzable para la muchacha, casi sumergido en un trance mientras su mano flaqueaba en espasmos nerviosos.
No fue demasiado, pero pareció un largo tramo temporal hasta que el maltratado hombre volviera a estar mentalmente en la escena, mirándoles aún con cierto recelo, pero más calmado, y aunque Dania no podía saber qué había cambiado la situación no pudo sino respirar aliviada al observar como bajaba el cuchillo lentamente y preguntaba —¿Dónde están Esther y Jorge?
La pelirrosa intentó recordar aquellos nombres, como si tuviese la oportunidad de conocerles de algún lugar, pero por más que intentaba encontrar una respuesta se veía sumergida en el miserable sentimiento de decirle al hombre un "Lo siento, no tengo la menor idea de aquellas personas", provocando con ello lo que probablemente sería más dolor, o en la contraparte, poner en riesgo a Alejandro con las palabras tan descuidadas que pasaron por su mente, pero ¿Qué hacer?... Simplemente bajó la mirada, confundida y si volvió a levantarla fue por la repentina intervención en la puerta, donde dos muchachas se asomaban —¿Nata, Carla?— Dania miró con cierta preocupación a las recién llegadas, en un sentimiento ambivalente, pues al mismo tiempo agradecía que estuvieran a salvo, y cuando volvió la atención al mayor de la escena, este había bajado por completo el puño con el arma en resignación, empujando hacia ellos sin mucha fuerza a Alejandro, provocando que la joven se acercara a él como una madre asustada, abrazándolo —Dios.—Fue lo único que murmuro, soltándole rapidín tras un beso en la frente, pero con cuidado porque quizás Fausto estaría más necesitado de su hermano que ella.
Por ahora sólo quedaba la pregunta que responder... Pero no tenía idea de qué decir, y en cambio su apariencia agotada, casi moribunda le preocupaba muchísimo más—...Deberíamos salir de aquí y luego hablar, pero uhm, usted...¿No tiene algo de hambre?—Y como si nada la muchacha rebuscó en la mochila donde había metido bocadillos y las linternas, en su instinto de dueña de casa que surgía en absolutamente cualquier momento de necesidad —Tenga, y coma algo o se va a caer.—...¿Lo estaba regañando? Quizás, de hecho sí. Pero acercándose con un tono más imperativo del que usaba cuando estaba asustada, le tendió una... manzana
OFF:
→ Ofrecerle algo de comer/beber.
Este post inició muy serio macho, lo juro
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
{Mánu} {#71d2a7}
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
— Fabrica abandonada | Primera planta —
Con Dania, Alejandro, Fausto, Natalia, Carla y un hombre peligroso ✩
- - - - - - -
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
— Fabrica abandonada | Primera planta —
Con Dania, Alejandro, Fausto, Natalia, Carla y un hombre peligroso ✩
- - - - - - -
Definitivamente la tensión que se sentía en el ambiente era sumamente grande, Manuel se encontraba estancado en su sitio porque al mínimo movimiento estaba seguro que causaría algún tipo de mal en el extraño... pero parecía que se había calmado... una luz de esperanza cayo sobre los jóvenes al ver como el peligroso hombre moribundo continuaba estudiándolos y lograba darse cuenta de que no eran los causantes de su desdicha allí dentro...
Con algo de tranquilidad en el ambiente Manuel finalmente sintió la confianza para levantar su teléfono y darse cuenta de que todo ese rato hablando no parecían haberle escuchado —Hee tios, ¿Qué suc...~— La voz de su amiga Carla junto con la de Natalia habían sido suficiente motivo para hacer que el sujeto levantara la guardia de nuevo, Manuel rápidamente volteo hacia la puerta claramente preocupado por el hecho de que ellas llegaron en un momento en el que se verían expuestas al peligro; fijo la mirada sobre Carla, la confianza entre los dos era lo suficientemente grande como para entenderse con solo verse a la cara unos segundos y la expresión de Manuel era un claro "no deberían estar acá" por supuesto que no a modo de reproche, el terror era evidente.
Sencillamente... nunca estas preparado para una situación de peligro... y cuando personas que te importan mucho se involucran lo que menos quieres es que surja una emergencia donde debas decidir a quien salvar... o al menos así lo sentía Manuel, viviendo una pesadilla en esos instantes.
Aun así el sujeto extraño finalmente se rindió, dejando libre a Alejandro y tranquilizando el corazón de Manuel, no termino de prestar atención a la conversación que se comenzó a dar pues ahora si escucho la voz del oficial en el teléfono —¿Se me escucha? perdone oficial le llamo desde *** en asturias, vinimos desde la ruta **** hasta dar con una fabrica abandonada, por favor no crea que es una broma pero mis amigos y yo encontramos a un señor atado dentro de uno de los cuartos del primer piso... no sabemos quien lo ha retenido acá pero puede que el agresor vuelva... necesitamos ayuda... por favor...— Dejando escapar los nervios mientras habla; Manuel trata de no disparar demasiado sus palabras y de sonar claro, esa era la voz de un muchacho algo asustado y lo mas terrible que podría ocurrir es que llegasen a tomar la llamada en broma... en todo caso, si eso llegara a ocurrir estaba seguro de que tendría que tomar una silla a modo de arma y asegurarse de que sus amigos, el desconocido y él mismo salgan lo mas rápido posible de ahí.
En lo que esperaba una respuesta Manuel se volteo observando a las dos chicas recién llegadas, tratando de mirar detrás de ellas en busca de los demás muchachos, rápidamente haciéndoles señas con la mano y moviendo los labios para que le entendiesen que preguntaba por "Gabo y los otros."
Con algo de tranquilidad en el ambiente Manuel finalmente sintió la confianza para levantar su teléfono y darse cuenta de que todo ese rato hablando no parecían haberle escuchado —Hee tios, ¿Qué suc...~— La voz de su amiga Carla junto con la de Natalia habían sido suficiente motivo para hacer que el sujeto levantara la guardia de nuevo, Manuel rápidamente volteo hacia la puerta claramente preocupado por el hecho de que ellas llegaron en un momento en el que se verían expuestas al peligro; fijo la mirada sobre Carla, la confianza entre los dos era lo suficientemente grande como para entenderse con solo verse a la cara unos segundos y la expresión de Manuel era un claro "no deberían estar acá" por supuesto que no a modo de reproche, el terror era evidente.
Sencillamente... nunca estas preparado para una situación de peligro... y cuando personas que te importan mucho se involucran lo que menos quieres es que surja una emergencia donde debas decidir a quien salvar... o al menos así lo sentía Manuel, viviendo una pesadilla en esos instantes.
Aun así el sujeto extraño finalmente se rindió, dejando libre a Alejandro y tranquilizando el corazón de Manuel, no termino de prestar atención a la conversación que se comenzó a dar pues ahora si escucho la voz del oficial en el teléfono —¿Se me escucha? perdone oficial le llamo desde *** en asturias, vinimos desde la ruta **** hasta dar con una fabrica abandonada, por favor no crea que es una broma pero mis amigos y yo encontramos a un señor atado dentro de uno de los cuartos del primer piso... no sabemos quien lo ha retenido acá pero puede que el agresor vuelva... necesitamos ayuda... por favor...— Dejando escapar los nervios mientras habla; Manuel trata de no disparar demasiado sus palabras y de sonar claro, esa era la voz de un muchacho algo asustado y lo mas terrible que podría ocurrir es que llegasen a tomar la llamada en broma... en todo caso, si eso llegara a ocurrir estaba seguro de que tendría que tomar una silla a modo de arma y asegurarse de que sus amigos, el desconocido y él mismo salgan lo mas rápido posible de ahí.
En lo que esperaba una respuesta Manuel se volteo observando a las dos chicas recién llegadas, tratando de mirar detrás de ellas en busca de los demás muchachos, rápidamente haciéndoles señas con la mano y moviendo los labios para que le entendiesen que preguntaba por "Gabo y los otros."
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
- Spoiler:
- Nombre y apellido:
Carla Mora
Edad:
16
Un poco de su pasado:
Desde el día en que nació, un bello pero congelado 2 de Febrero, ella permaneció en una gran departamento sumergido en una amplia y agetreada ciudad en compañía de sus padres y un hermano tres años mayor que ella llamado Tomás. Ya siendo pequeña se mostraba muy sociable, por lo que siempre estaba rodeado de amiguitos los cuales la invitaban a sus fiestas de cumpleaños, una vida de ensueño para la infante. La relación con su hermano era la típica, el la molestaba y ella lloraba, pero más allá de eso, su unión era muy fuerte, eran como uña y mugre (y actualmente es así).
A la edad de 12 años más o menos, su madre enfermó, no recuerda de qué, pero lo que si sabía es que el doctor de la familia de resetó: Aire limpio, vida sana y sonidos de la naturaleza. ¿Qué significó eso? ¡Ir a vivir a una zona bastante rural!. A la pequeña no le gustó para nada la idea, ¿pero quién era ella para cotradecir lo que sus padres ya daban por hecho?.
Comenzó una vida nueva junto con un nuevo colegio, allí al llegar casi a la secundaria ya comenzó a perfilar como una de las chicas más populares, ella estaba en boca de todos, bien o mal, pero a ella no le importaba. Sus notas no eran excelentes, ¿Para qué estudiar arduamente cuando tienes miles de amigos, popularidad y un encanto casi sobrenatural?; aquello no fue una buena idea ya que al día de hoy es un poco bruta por así decirlo, hay muchas cosas que desconoce y la muy cara dura por poco no se siente orgullosa de aquello.
Personalidad:
Alegre y optimista, ama hacer bromas sobre lo que sea, nada se lo toma en serio por lo que tener una charla profunda con ella es casi imposible, o al menos eso parece, talvez si se llegara a presentar la ocasión, eso se haga realidad (?). Se comporta como el payaso de la circo, no dudará en hacer lo que sea para que los demás se rían. Muy carismática y sociable, para ella no es un problema el conocer gente nueva y hacerlo sus amigos.
Por otra parte, bajo esa personalidad chispeante y vivaz, si llegan a molestarla o lanzarle algún comentario ofensivo hacia su persona, inmediatamente saca a relucir su "lengua viperina" y mirada filosa, no le supone ningún problema encararte y ponerte en tu lugar así sea con insultos o amenazas. No lleva el conflicto a un nivel como para pelear físicamente, sus uñas podrían arruinarse y el color rojo no le sienta tan bien como a ella le gustaría (?).
No es una chica muy valiente, usualmente deja que los demás tomen la iniciativa a la hora de explorar o hacer cosas fuera de lo que podría llamarse cotidiano. Pero tampoco es una damisela que chilla ante cualquier minima cosita, mientras le sea posible, mantendrá la calma; pero si llegara a perderla, prepárate para un gran mar de lágrimas.
Por qué han decidido ir a la fábrica:
¿Por qué no ir?, ¡Sería perfecto!, tendría más hazañas que contar y podría bromar sobre las cosas que vieron en la escuela. Además, estaban sus amigos, nada mejor podía pasar.
Relaciones con el resto de personajes
~Dania Cepparo: Compañeras de estudio, como Carla es una bruta que no hace nada suele pedirle ayuda a Dania (aunque a veces esta se comporte como una madre). Se lleva bastante bien con ella, sobre todo por el hecho de que ambas comparten aquel hermoso gusto por los perfumes de hombre.
~Manuel Flores Nina: Estuvieron saliendo durante bastante tiempo, pero la relación no iba como lo esperaban por lo que ambos decidieron cortar por lo sano. Aún así, siguen siendo muy buenos amigos y Carla lo considera como a una de esas personas a las que puede confiarle de todo.Aún le tiene ganas, pero ya es hora de que vaya olvidandose de eso.
Apariencia física:
Es una muchacha de mediana estatura (1.60 m) y delgada con curvas suavizadas.
Su tez es blanca y no presenta ninguna imperfección, está está muy bien cuidada y emplea mucho tiempo para que luzca limpia y suave.
La facciones de su rostro son bien femeninas, con nariz recta y pequeña, mejillas ligeramente gorditas para poder pellizcarlas (?), labios finos y ojos grandes cubiertos por unas largas pestañas curvas. Siempre va maquillada de manera sutil a todas partes, brillo labial y rimel jamás faltaran para complementar su apariencia.
Sus ojos son de color café y su cabello de un tono similar, llegando un poco más al castaño. Este siempre lo lleva recogido en un par de colitas altas a ambos lados de su cabeza, los mechones caen de manera ondulada y graciosa sobre pasando un poco sus hombros. Si en algún momento llegase a llevar su cabello suelto, se vería que llega hasta la mitad de su espalda.
Su manera de vestir es sencilla pero con colores alegres y llamativos. Algo que utiliza siempre son un par de anteojos.
Carla 1
Carla 2
Carla 3
Carla 4
Gustos:
-Todas las frutas que existan sobre la faz de la tierra.
-Perfumes caros de hombre.
-Hamburguesas de Mc donalds (a pesar de que eso signifique lastimosamente romper con su preciada dieta)
-Maquillaje, perfume, pintarse las uñas, etc. Es la chica popular, tiene que cuidar su imágen (?).
-Las películas románticas.
Disgustos:
-No le gusta para nada el lugar dónde vive, desea de manera casi desesperada volver a la ciudad.
-Insultarla o insultar a un ser querido es lo peor que puedes hacerle.
-Estudiar.
-La comida picante.
-Sueteres con lana que hace picar (?)
-Estudiar.
-Leer, a menos que sean revistas.
Extras:
-Su visión no es muy buena por lo que usa anteojos.
-Ella se considera heterosexual, pero... no puede evitar sentir cierta curiosidad al saber, por ejemplo, cómo se siente besar a una chica y cosas así (?).
-Por si se lo preguntan, ella no es virgen.
-Sigue una rigurosa dieta ya que tiene pánico de subir siquiera un solo y mísero kilogramo.
-Sueña con trabajar en la televisión algún día.
Color:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
/Habitación del primer piso/
~Manuel, Dania, Alejandro, Fausto, Natalia y el hombre~
No entendía la situación, pero lo que sentía al verla... era miedo, mucho miedo. Aquel hombre acorralando a uno de mis compañeros con aquella brillante arma en mano, amenazante y al mismo tiempo a la defensiva, se veía como todo un loco, un desalmado listo para arrancarle la garganta al chico que tenía delante con tan solo un movimiento de su muñeca. Durante un instantes despegué mis castaños orbes de aquel aterrador ser para pasearlos rápidamente por el grupo chocandome así por accidente con la mirada de Manuel. Sus ojos los decían todo, aquel brillo que se posaba sobre los verdosos orbes hablaba por si solo... no debíamos de estar aquí, no en este momento, claramente no era el indicado. Durante una milésima de segundo agradecí internamente el hecho de aún mantener aquel contacto con él, aquella manera de hablar sin emitir sonido, era casi mágico, pero la alegría del momento se veía opacada y ennegrecida por lo que ocurría.
Pero por suerte, la cuestión no terminó de mala manera y con eso, pude soltar un ligero suspiro de alivio cuando aquella persona empujó a Alejandro lejos de él. -¿Se puede saber que está pasando?- fue su pregunta. ¡Claro! ¡Ahora si se te ocurre preguntar con calma!... pero bueno, supongo que alguna razón sumamente válida había de fondo, ¿verdad?... tenía que haberla.
Me apoyé con calma contra el oxidado marco de la puerta intentando recobrar la calma debido a la primera impresión del momento, mientras podía ver como Dania hacía lo de siempre, ayudar en todo lo posible sin importar nada. Por otra parte, Manuel se había puesto a hablar con su telefono celular pidiendo ayuda a una estación de policía. En lo que al parecer, esperaba la respuesta, movió sus labios en mute en dirección a Nata y a mi para preguntarnos algo. Gabo, fue la primera palabra y la única que entendí de la frase... núnca fuí muy buena leyendo los labios, pero aún así tenía la respuesta a aquella pregunta, y no era muy alentadora, ¿Debería de soltarla?.
Tragué saliva y apreté mis puños. Sabía y al mismo tiempo no sabía dónde estaba Gabo, ¿Qué clase de respuesta iba a ser esa?, oh tio... todos iban a preocuparse de sobre manera. Mi rostro se mostró sumamente preocupado y bajé mi cabeza ligeramente para negar con suavidad, -No lo sabemos- susurré por lo bajo llevando mis manos hacia los costados de la parte alta de mis muslos y apretar la tela del pantalón capri que los recubría. Pronto volví a levantar mi rostro y mostré una falsa y desganada sonrisa -Tal vez solo nos está jugando una broma- comenté por lo bajo también intentando creerme aquello. Usualmente yo era una chica divertida y que le veía el lado bueno a todo, pero realmente el ambiente que nos rodeaba y abrumador hecho de haber encontrado a un tipejo violento no ayudaban en nada a la imaginación.
Nanix01- Roler
- Mensajes : 713
Reputación : 79
Fecha de inscripción : 12/01/2012
Edad : 29
Localización : Detrás de ti ;D
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
"Vaya tontería esta de la fabrica."
"Sólo debe estar gastándonos una broma…"
"Eh, tío, ¿no tendrás miedo, no?"
"¿Y qué cojones esperabais todos? ¿Un puto show de magia?"
No necesitó abrir los ojos para notar que estaba mareado, su cabeza misma le daba vueltas en la oscuridad tras las cortinas de sus párpados. Por sus labios se deslizó un suave quejido, removiéndose incómodo en el lugar donde su cuerpo descansaba ahora, como un niño que sólo desea cinco minutos más de siesta y que por favor tapen las ventanas. Cerrando la mano izquierda en un puño logró apresar la esquina de algo que se sentía como lona en sus dedos.
"¿...Dónde estoy?"
Terminó de girarse quedando boca arriba, presionando entonces la cabeza contra el colchón con toda la fuerza que su cerebro entumecido podía prestarle al cuerpo, buscando contrarrestar el punzante dolor que escocía en su cráneo con el que podía causarle esa superficie tan dura si jugaban a ver quién empujaba más ímpetu. Esperando el molesto sonido de la fricción del pelo siendo frotado contra lo que, Gabriel había decidido, debía ser una colchoneta o algo menos confortante todavía, que a sus oídos llegara la respuesta de un roce completamente distinto lo disturbó un poco más de la cuenta. Su diestra trepó a tantear nerviosa, encontró gasa envolviendo su pelo y la pregunta que se hundió en el pecho del castaño oscuro no fue precisamente si es que estaba muy herido.
No quería abrir los ojos.
Inhaló desde la boca con la necesidad de quien en mucho no había dado un buen respiro. ¿Estaba solo, cierto? El zumbido del silencio era todo lo que parecía hacerle compañía en esa habitación que hasta ahora sólo podía imaginar desde lo que aferraba con sus sentidos aún abrumados. Y al hacerlo se dibujaba sin nadie a su lado. Sus amigos no estaban allí. Dani no estaba allí. El hijo de puta que lo había tirado tampoco. Y si bien eso era algo bueno a Gabriel la idea no lo reconfortaba en absoluto. ¿Siquiera seguía en el mismo lugar que ellos? El sitio donde lo habían metido estaba bien iluminado, la luz se filtraba a través de las pestañas, y no olía al mismo polvo y humedad que habían estado envenenando sus fosas nasales desde el minuto que entraron a esa maldita fábrica. Manuel era un imbécil, ¿cuál era su problema hoy? ¿Cuál era el problema de todos? "Era divertido, mierda..." Los había traído para pasar un buen rato y sólo eso... ¿Por qué resultaba tan difícil? Gabriel se estremeció súbito. Joder, hacía frío.
Él también tenía miedo, ¿sabéis? Eso lo hacía entretenido.
No creyó que la lámpara estuviese directamente sobre su cabeza, y la sorpresa lo deslumbró cuando por fin tuvo el valor de abrir los ojos. Gruñó una maldición volteando rápido la cabeza. Iba a quedarse viendo luces todo el santo día.
La habitación donde estaba no era muy espaciosa, fue lo primero que Gabriel notó con el segundo intento de echar un vistazo (esquivando ese brillo blanco del diablo). El color de las paredes no se veía sucio mas la pintura ya se estaba agrietando. El muchacho desvió la mirada a otro sector del cuarto husmeando tanto como podía desde esa posición. Demasiado perdido y cansado para levantarse, y considerando si levantarse era buena idea después de todo. Se sentía más en un hospital viejo que en la fábrica abandonada. Las cicatrices del paso del tiempo diferenciaban mucho las dos.
...Lo habían secuestrado, ¿a que no? Sabía bien cómo iba el asunto. Bueno, más o menos. Había visto películas. "Vale, cállate" Ser gracioso ahora no lo animaba ni a él mismo. Tenía miedo, miedo del verdadero. Miedo por su vida. ¿Qué iban a hacerle? ¿Qué le habían hecho ya? Con brazos débiles y temblorosos sostuvo su peso para quedar sentado al borde de la precaria cama donde lo habían puesto. Casi vomita en el proceso. "Mierda, mierda..." ¿Con qué le habían dado? ¿Con una pala? "Mierda... mierda, mierda..." Él no quería esto.
Una vez encontró la fuerza para mantenerse firme Gabriel alzó la vista una vez más a sus alrededores, intentando hacer una lista mental de cualquier lugar en el pueblo parecido a este donde pudiera hallarse, de pronto cruzando miradas con el ojo que lo espiaba desde la pared.
ngelion
"Eva..." Reprodujo mudo la palabra apenas moviendo los labios. La leyó una, dos, tres veces, buscando un sentido que no iba a captar por más horas que se quedara a descifrarlo. Se rindió y volteó la cabeza queriendo olvidar por el resto de su estadía la existencia de aquel muro. Eva le daba mala espina.
No había mucho más en el cuarto que pudiera denotar, y Gabriel no tenía ánimo para levantarse y toquetear cosas. No podían haberlo dejado allí sólo, la persona que lo trajo debía de andar rondando. ¿Cuánto tiempo habría pasado? Seguro el resto ya sabía que algo andaba mal... Llamadle sensatez, cobardía o como se les de la gana. No iba a moverse de donde lo ubicaron.
Al final la pija odiosa de Danae había tenido razón. Ese día no valió la pena.
OFF:
→ Como nadie va a leer este post de absoluto relleno, Gabriel decide quedarse donde está como el marica que es.
Me olvidé de cómo escribir.
"¿Qué ha pasado, tío?"
"Sólo debe estar gastándonos una broma…"
"¿Tampoco encontraste tu dignidad aquí?"
"Eh, tío, ¿no tendrás miedo, no?"
"¡Deja ya los jueguitos, hombre, que no eres gracioso!"
"¿Y qué cojones esperabais todos? ¿Un puto show de magia?"
Gabriel.
Oye, Gabriel.
— How they think we are ♕ the richest kids in town.
{#a34b67} Tell each other what we want to hear. You're a pretty one; you're really a gem.
So don't get bent out of shape by them.
✧
{#a34b67} Tell each other what we want to hear. You're a pretty one; you're really a gem.
So don't get bent out of shape by them.
✧
No necesitó abrir los ojos para notar que estaba mareado, su cabeza misma le daba vueltas en la oscuridad tras las cortinas de sus párpados. Por sus labios se deslizó un suave quejido, removiéndose incómodo en el lugar donde su cuerpo descansaba ahora, como un niño que sólo desea cinco minutos más de siesta y que por favor tapen las ventanas. Cerrando la mano izquierda en un puño logró apresar la esquina de algo que se sentía como lona en sus dedos.
"¿...Dónde estoy?"
Terminó de girarse quedando boca arriba, presionando entonces la cabeza contra el colchón con toda la fuerza que su cerebro entumecido podía prestarle al cuerpo, buscando contrarrestar el punzante dolor que escocía en su cráneo con el que podía causarle esa superficie tan dura si jugaban a ver quién empujaba más ímpetu. Esperando el molesto sonido de la fricción del pelo siendo frotado contra lo que, Gabriel había decidido, debía ser una colchoneta o algo menos confortante todavía, que a sus oídos llegara la respuesta de un roce completamente distinto lo disturbó un poco más de la cuenta. Su diestra trepó a tantear nerviosa, encontró gasa envolviendo su pelo y la pregunta que se hundió en el pecho del castaño oscuro no fue precisamente si es que estaba muy herido.
No quería abrir los ojos.
Inhaló desde la boca con la necesidad de quien en mucho no había dado un buen respiro. ¿Estaba solo, cierto? El zumbido del silencio era todo lo que parecía hacerle compañía en esa habitación que hasta ahora sólo podía imaginar desde lo que aferraba con sus sentidos aún abrumados. Y al hacerlo se dibujaba sin nadie a su lado. Sus amigos no estaban allí. Dani no estaba allí. El hijo de puta que lo había tirado tampoco. Y si bien eso era algo bueno a Gabriel la idea no lo reconfortaba en absoluto. ¿Siquiera seguía en el mismo lugar que ellos? El sitio donde lo habían metido estaba bien iluminado, la luz se filtraba a través de las pestañas, y no olía al mismo polvo y humedad que habían estado envenenando sus fosas nasales desde el minuto que entraron a esa maldita fábrica. Manuel era un imbécil, ¿cuál era su problema hoy? ¿Cuál era el problema de todos? "Era divertido, mierda..." Los había traído para pasar un buen rato y sólo eso... ¿Por qué resultaba tan difícil? Gabriel se estremeció súbito. Joder, hacía frío.
Él también tenía miedo, ¿sabéis? Eso lo hacía entretenido.
No creyó que la lámpara estuviese directamente sobre su cabeza, y la sorpresa lo deslumbró cuando por fin tuvo el valor de abrir los ojos. Gruñó una maldición volteando rápido la cabeza. Iba a quedarse viendo luces todo el santo día.
La habitación donde estaba no era muy espaciosa, fue lo primero que Gabriel notó con el segundo intento de echar un vistazo (esquivando ese brillo blanco del diablo). El color de las paredes no se veía sucio mas la pintura ya se estaba agrietando. El muchacho desvió la mirada a otro sector del cuarto husmeando tanto como podía desde esa posición. Demasiado perdido y cansado para levantarse, y considerando si levantarse era buena idea después de todo. Se sentía más en un hospital viejo que en la fábrica abandonada. Las cicatrices del paso del tiempo diferenciaban mucho las dos.
...Lo habían secuestrado, ¿a que no? Sabía bien cómo iba el asunto. Bueno, más o menos. Había visto películas. "Vale, cállate" Ser gracioso ahora no lo animaba ni a él mismo. Tenía miedo, miedo del verdadero. Miedo por su vida. ¿Qué iban a hacerle? ¿Qué le habían hecho ya? Con brazos débiles y temblorosos sostuvo su peso para quedar sentado al borde de la precaria cama donde lo habían puesto. Casi vomita en el proceso. "Mierda, mierda..." ¿Con qué le habían dado? ¿Con una pala? "Mierda... mierda, mierda..." Él no quería esto.
Una vez encontró la fuerza para mantenerse firme Gabriel alzó la vista una vez más a sus alrededores, intentando hacer una lista mental de cualquier lugar en el pueblo parecido a este donde pudiera hallarse, de pronto cruzando miradas con el ojo que lo espiaba desde la pared.
Eva.
"Eva..." Reprodujo mudo la palabra apenas moviendo los labios. La leyó una, dos, tres veces, buscando un sentido que no iba a captar por más horas que se quedara a descifrarlo. Se rindió y volteó la cabeza queriendo olvidar por el resto de su estadía la existencia de aquel muro. Eva le daba mala espina.
No había mucho más en el cuarto que pudiera denotar, y Gabriel no tenía ánimo para levantarse y toquetear cosas. No podían haberlo dejado allí sólo, la persona que lo trajo debía de andar rondando. ¿Cuánto tiempo habría pasado? Seguro el resto ya sabía que algo andaba mal... Llamadle sensatez, cobardía o como se les de la gana. No iba a moverse de donde lo ubicaron.
Al final la pija odiosa de Danae había tenido razón. Ese día no valió la pena.
OFF:
→ Como nadie va a leer este post de absoluto relleno, Gabriel decide quedarse donde está como el marica que es.
Me olvidé de cómo escribir.
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
DANAE - ALEX
¿Oficinas?
Tras la puerta
–¿Podrías parar, por favor? –preguntó irritada [Carmen]. –Voy a volverme loca.
[Ramón] la miró desconcertado. Carmen estaba sentada en su mesa habitual, en una esquina de la habitación, al lado del conducto de ventilación. La razón para que ella se sentara allí era simple: siempre tenía mucho calor o mucho frío. A él le parecía maravilloso, puesto que eso suponía que podía sentarse lejos de ella. No soportaba oír sus suspiros de frustración, y tampoco estaba dispuesto a escuchar sus quejas de cómo estar trabajando hasta las diez de la noche tenía que constar en algún lado de la Constitución como explotación.
–¿Perdón? –farfulló cuando se dio cuenta de que, dado que solo estaban ellos dos, se estaba dirigiendo a él.
–¿Podrías parar? –repitió, esta vez sin el “por favor”. Ramón seguía sin saber a qué se refería, así que Carmen continuó hablando. –De hacer eso, el ruido con las manos. Te pasas el día así, dip dip dip dip –hizo una imitación caricaturesca de Ramón, que seguía desorientado–, todo el rato dándole golpecitos a la mesa, o silbando, o moviendo la pierna. Es insoportable. Cuando están los demás no se nota tanto, pero ahora...
Aún algo confuso y sonrojado, dirigió su mirada a la mano que hacía unos segundos marcaba un cuatro por cuatro sobre la mesa. La apartó de donde estaba, y se cambió de sitio por puro capricho, llevándose consigo el chip, su ordenador y el resto de cosas. Carraspeó, incómodo y avergonzado por darle motivos de queja a alguien como Carmen.
Eran pocos los que iban a trabajar por las tardes, y aún menos los que se quedaban hasta tan entrada la noche; de todos ellos, Ramón era sin duda el que pasaba más tiempo en el trabajo. Que Carmen, una mujer que había terminado la universidad hacía unos días, tuviera el mismo trabajo que él le cabreaba. Uno tiende a molestarse cuando una chica de poco más de veinte años ha alcanzado lo que tú en casi cuarenta. Y más siendo –como era– tan egocéntrica e impulsiva, siempre teniendo que informar de sus pensamientos a los demás.
Ramón conectó el chip al ordenador y se acomodó en una silla esperando a que el programa lo detectase y leyera. Fijó su mirada en el muro frente a la mesa, pensando en la sensación que le provocaba, en cómo las paredes le resultaban a veces muros de prisión, recios e inquebrantables. Tenía entonces la sensación de que estaba encerrado allí: el aire se tornaba denso e irrespirable; los pasillos eran todos iguales, sin sentido o salida; la luz eléctrica le deslumbraba, irritándole los ojos; y se torturaba a sí mismo pensando si lo que estaban haciendo estaba bien, si tenía alguna utilidad, si era sustituible. Demasiados “si” que le perturbaban, planteándose preguntas con respuestas ambiguas, preguntas que le pesaban como el plomo y se instalaban en la boca de su garganta, cuestionándose si lo que les vendieron...
El mensaje de Windows apareció, avisándole de que el dispositivo estaba listo para ser utilizado y apartándole de sus preocupaciones. En cuanto empezó a trabajar se sumergió de lleno en ello, esperando poder avanzar un poco en la investigación. Hacía ya años que no progresaban apenas, consiguiendo diminutas victorias que terminaban pareciendo ridículas. El objetivo parecía estar cada vez más lejos. Y era cierto que el proyecto llevaba tiempo, que habían estado años y años (¡mucho antes de que él siquiera supiera qué quería estudiar!) y que quedaban otros tantos, pero hacía ya mucho que Ramón necesitaba saber que no estaba malgastando sus energías en una idea inútil. Tenía que saber que todo lo que estaban haciendo allí no era en vano.
De repente, una ventana apareció en la esquina inferior derecha de su pantalla. Molesto por la interrupción, frunció aún más el ceño al darse cuenta que era una petición de chat de Carmen. Se giró hacia ella, extrañado, pero al ver que la joven tenía los ojos fijos en la pantalla, volvió a su posición original y aceptó. Leyó el mensaje de Carmen:
Carmen escribió:Hay alguien en la puerta que nos está mirando. Lleva un rato ahí. Por favor, no mires.
Ramón tuvo el impulso de girarse inmediatamente. No obstante, se obligó a no moverse y seguir mirando al chat, sin saber qué hacer, observando cómo unos puntos intermitentes le indicaban que Carmen volvía a escribirle.
Carmen escribió:¿Podrías ser un poco más evidente? Pon las manos en el teclado al menos. Antes tecleabas como si quisieras atravesar el ordenador, y ahora has parado repentinamente.
Otra vez tres puntos intermitentes.
Carmen escribió:Sigue ahí. No creo que nos vea.
Ramón esperó a que aparecieran otra vez esos puntos suspensivos, pero al ver que Carmen no añadía nada, escribió él.
Ramón escribió:¿Qué hacemos?
Carmen escribió:No sé. ¿Deberíamos avisar a Alicia?
Ramón sintió un escalofrío ante la idea de molestar a su jefa. Alicia era algo susceptible, y tenía una extraña fijación por demostrar constantemente que era mejor y más lista que todos sus empleados juntos.
Carmen escribió:Ya, yo tampoco quiero tener que lidiar con Alicia o alguno de la sección A. Creo que el intruso no puede verme, y a ti aún menos. Voy a levantarme con cuidado y abriré la puerta rápidamente, para sorprenderle.
Ramón tecleó en un instante el no. No, es una mala idea. No, porque si ese individuo tras la puerta va armado estamos jodidos. No, porque qué gilipollez es esa del factor sorpresa. No, porque hay mil escenarios más que plantear y la mayoría indican que vamos a salir perdiendo. No, porque eres una niña todavía y por eso piensas que algo tan tonto podría a funcionar.
Al final fue sí, porque Carmen se puso en pie, ignorando su negativa, y dio un rodeo para evitar que quien fuera que les estuviera observando pudiera verla. Se había quitado los zapatos para no hacer ruido, y Ramón no tuvo más alternativa que seguirla en su estúpido plan. Vació una de las carpetas que habían apiladas y la agarró con fuerza, doblándola y esperando que las anillas hiciesen más daño que la portada. Se levantó con suma lentitud, atento a cualquier tipo de ruido que pudiera delatarlos, y avanzó poco a poco, pegado a Carmen.
Una vez cerca de la puerta, pudieron escuchar la respiración de alguien más. El corazón de Ramón le galopaba en el pecho, pensaba en todas las cosas que podían salir mal. En el estómago le regurgitaba el miedo. Si Carmen no abría la puerta pronto le daría un ataque de pánico. La mano de Carmen temblaba, su respiración era cada vez más fuerte y parecía haberse petrificado en esa posición, medio en cuclillas. Después de unos segundos que parecieron eternos, abrió.
Al otro lado de la puerta había dos jóvenes. Más jóvenes que Carmen, incluso. Dos adolescentes, un chico y una chica, que los miraban paralizados, como un animal en la carretera al ser alumbrado por las luces del coche. Ramón tenía la carpeta por encima de su cabeza, y unos segundos antes tenía la intención de golpear con todas sus fuerzas al intruso. Ahora los miraba que una expresión que rondaba entre la incredulidad y el alivio. Por otro lado, Carmen se había puesto en pie, habiendo recuperado la compostura, y miraba a los dos desconocidos arqueando las cejas, con las manos en las caderas, esperando alguna clase de explicación.
HUIR
DARLE ESA EXPLICACIÓN
ESPERAR A QUE ELLOS HABLEN ANTES
MANUEL
Comisaría
La ayuda está en camino – 21.50 (9.50 PM)
[Marcial] parpadeó varias veces, algo confuso, al escuchar la respuesta de esa voz masculina que parecía pertenecer a un joven. Una fábrica abandonada, un hombre secuestrado, un supuesto agresor... ¿qué significaba todo eso? Por la respiración agitada del chico, le costaba creer que se tratase de una broma. ¿Tal vez había dado por accidente con uno de los escondites de la red de drogas que habían estado buscando durante los últimos meses? No sería raro.
–Mandaré a unos agentes inmediatamente –respondió finalmente. –Necesito que compruebes si el retenido sigue respirando o tiene alguna herida grave. Vale, de acuerdo. No dejéis que se mueva, podría ser peligroso. ¿Qué? ¿Cómo que está andando? ¿Hay más chicos contigo? No os mováis. Es peligroso, esperad a que lleguen mis compañeros, ¿de acuerdo? No te preocupes, no tardaremos mucho en llegar.
Eso último no era cierto: el lugar que le había indicado el joven estaba bastante alejado de la ciudad, y se escondía en un bosque. La única forma de acceder era a través de un camino no asfaltado, por lo que tardarían un tiempo en llegar allí. Pero sí era fundamental que no se movieran: si estaban lidiando con algo serio, podrían meterse en graves problemas.
Marcial colgó y tomó la radio policial para avisar. Dijo todo lo que le había contado el chico, dio la dirección del lugar y después se dispuso a llamar a una ambulancia para que fuera también, por si acaso había algún herido.
–Marcial, aquí Isabel Lara –una voz femenina le sobresaltó. Era su jefa, en la radio. Decidió atenderla y después llamar a urgencias, colgando el teléfono. –Ese edificio no es ninguna fábrica abandonada, es un edificio del gobierno. ¿Estás seguro de que te han dado bien la dirección?
La radio se cortó, esperando una respuesta. ¿Un edificio del gobierno? ¿Había sido después de todo una estúpida broma? ¿quién podía reírse de algo así? Ojeó los informes de desaparecidos, deseando encontrar alguna cara con los mismos rasgos que le había descrito el chico acerca del supuesto secuestrado, sin ningún resultado. Miró a la radio, frustrado, sintiéndose un poco imbécil.
–No sé, señora, el joven no parecía que estuviera bromeando –contestó, con sinceridad, algo molesto. No sabía qué otra cosa responder.
–No he dicho eso –aseguró Isabel–, pero sabes que no se puede irrumpir en edificios del gobierno sin una orden previa, a no ser que el caso sea de extrema importancia. ¿Crees que este caso lo es?
Marcial miró el aparato electrónico, confuso. ¿Cómo no iba a serlo? Es posible que tuvieran a un hombre secuestrado y a unos niños metidos en un gran problema. Incluso aunque se tratase de una broma, ¿...podían simplemente olvidarse de ellos? ¿Y si no era una broma?
–No sé, señora.
Con el ceño fruncido, esperó una respuesta de Isabel. No quería meterse en problemas, pero tampoco podía ignorarlo.
–Iremos Fran y yo, y te avisaremos en caso de que necesitemos refuerzos. Comprobaremos si realmente hay una fábrica abandonada por los alrededores, por si acaso.
Una sensación similar al alivio se extendió por el cuerpo de Marcial. Esa era posiblemente la mejor situación para todos (y para él).
–De acuerdo –le respondió a Isabel, más animado. Dejó la radio en su sitio y miró la hora en el reloj de pared, que no cesaba, marcando los segundos, tic tac. Eran casi las nueve, y su turno no terminaba hasta las doce. Le esperaba una larga noche por delante. Se volvió a acomodar en la silla, con la sensación de que se le olvidaba algo.
Nunca llamó a la ambulancia.
Dos agentes de policía están en camino. Llegada: 22.25 (10.25 PM)
ALEJANDRO – FAUSTO – DANIA – MANUEL – CARLA - NATALIA – VIANEY – MATEO
Habitación del primer piso
Y ahora qué
Cuando David vio la manzana que le ofrecía la joven con el pelo pintado de rosa, tuvo que esforzarse para no lanzarse a por ella como un perro hambriento. La tomó de sus manos musitando un gracias, y cuando le dio el primer bocado, sintió que se moría de felicidad. Quién iba a decirle que algún día sentiría lo que tantas veces le habían repetido, eso de que cuando se tiene hambre de verdad, cualquier cosa que comas sabe a gloria. Ni siquiera le gustaban las manzanas. Nunca había sido fan de la fruta, pero esa manzana supo mejor que todas las comidas que había probado antes. Fresca, limpia y con un punto ácido que le picaba en la lengua.
–¿No tendrás...? –Carraspeó al darse cuenta de que sus palabras eran apenas un ronquido. –¿No tendrás algo de beber en esa mochila? –preguntó, sin poder contenerse. Hacía una hora estaba seguro de que se iba a morir de sed, de hambre y de dolor.
La joven asintió algo apurada y le tendió una botella de agua de un litro. David la tomó, sus labios rotos escocieron cuando el agua se desbordó de su boca al intentar beber demasiado rápido. Bebió hasta que le pesó el estómago, y después se echó el agua que quedaba de la botella en el pelo, que estaba mugriento y lleno de grasa. También reservó un poco para las heridas de las muñecas, que le dolieron como un latigazo, como un mordisco que llegaba a la piel, al hueso, a la sangre. La habitación dio unas cuantas vueltas a su alrededor. Creía que iba a sentirse mucho mejor después de comer y beber, pero ahora estaba tomando conciencia del cansancio, del dolor, de la locura. Se preguntó si conseguiría volver a llevar una vida normal alguna vez, si saldría de esto.
Otro de los chicos de los que le habían liberado llamó la atención del resto de sus compañeros, explicando después de unos segundos de silencio que había llamado a la policía y que estaban en camino. Dijo que no debían moverse, que tenían que esperarles quietos, y después le lanzó una mirada entre atemorizada y desconfiada a Daniel, que le observaba a su vez con cara de pocos amigos ante las noticias.
–Vosotros podéis quedaros aquí, podéis iros también: a mí me importa una mierda. No me malentendáis: si no fuera por vosotros estaría todavía atado en la silla y zarandeándome entre la vida y la muerte, así que gracias. Pero no pienso esperar a que unos policías vengan, no cuando puede ser que esos segundos me impidan –dejó la frase ahí, juntando los labios en una fina línea. Le ardían las muñecas. –No voy a esperar. Quedaros aquí si queréis. Aunque deberíais reunir al resto de vuestra pandilla, no queréis que luego os falten uno o dos.
Y así, se marchó sin saber bien qué hacer, bajando por las escaleras, yendo directamente a la puerta que daba al primer sótano para empezar a hacer algo de una vez. Suspiró malhumorado al encontrar a otros dos jóvenes ahí, mirando a la oscuridad de la bajada a las oficinas, de espaldas a él.
–Vuestros amigos están en el piso de arriba, creo que os están buscando –les dijo, sorprendiéndoles.
Ambos se dieron la vuelta sobresaltados, la chica dando incluso un pequeño chillido. Al ver sus rostros, se preguntó qué edad tendrían. No serían mucho mayores que sus hijos, cinco o seis años más como máximo. Eran unos críos, y se habían metido ya en esto. Sintió que le invadía una rabia sorda, que junto con el dolor y el desfallecimiento le nublaron la vista. Respiró hondo y contó hasta tres: debía de hacerse dueño de sus emociones. Tenía que bajar, tenía que alertar a todo el mundo de lo que estaba sucediendo allí, tenía que salvar a -
–No voy a haceros nada, solo quiero bajar –aseguró Daniel, alzando las manos en son de paz. –Y os recomendaría que os fuerais de aquí antes incluso de que llegue la policía.
Daniel dio unos pasos, esperando que le dejaran bajar. Si no lo conseguía por las buenas, tendría que ser por las malas.
Alejandro, Fausto, Dania, Manuel, Carla & Natalia.
CORRER TRAS DANIEL
SEGUIR INVESTIGANDO EL PRIMER PISO
ESPERAR A LA POLICÍA
Mateo & Vianey.
¿QUIÉN ERES?
BLOQUEARLE LA ENTRADA DEL SÓTANO
DEJARLE PASAR
GABRIEL
Habitación desconocida
¿Dónde estoy?
La puerta se abrió de repente, con calma, sin crujidos ni golpes. Tras ella apareció una mujer de unos cuarenta años, de pelo castaño y lacio que estaba recogido en un cuidado moño. Tenía unos ojos marrones claros y grandes, con unas largas pestañas, los pómulos marcados, y una expresión de concentración en los papeles que llevaba en las manos. Pasaba de uno a otro, leyendo apenas una frase y saltando a la otra página.
–Vale –sentenció, cerrando de golpe los papeles y después mirando a Gabriel con una sonrisa complaciente. –¿Qué tal estás?
Sin esperar a una respuesta, sin ni siquiera cerrar la puerta detrás de ella, se dirigió al armario de la habitación. Llevaba una vestido blanco y un lazo rojo atado suavemente al cuello. De uno de los bolsillos del traje sacó un llavero con pocas llaves. Encontró sin dificultades la que encajaba con el cerrojo de la puerta del armario, que se abrió con un clic. El armario estaba dividido en cajones, y tras abrir uno de ellos reveló que el armario no era más que un archivador, un enorme archivador lleno de carpetas: todas iguales, todas con la misma portada en la que había un ojo y una inscripción en la que se podía leer “EVA”. Cerró el cajón con cuidado de no causar un estruendo y después echó el cerrojo al armario. Volvió a mirar a Gabriel con la misma sonrisa en su expresión, una sonrisa que nacía y moría en los labios: sus ojos parecían carecer de expresividad.
–Te he preguntado que cómo estás. –Y esta vez su voz se tornó amenazante, sinuosa.
RESPONDER
IGNORAR SU PREGUNTA, EXIGIR UNA EXPLICACIÓN
TRATAR DE HUIR
NO HABLAR
- Aclaraciones:
- -Danae y Alex no podían ver a Ramón al cambiarse este de mesa. Sí podían, claro está, escucharles (tanto a Ramón como a Carmen). Sé que la situación es algo confusa, pero resumiendo: al abrir la puerta os habéis encontrado a dos trabajadores cansados y con ganas de irse a casa, y tras ellos no hay más que unas mesas llenas de carpetas y algún que otro ordenador; hay bastante desorden, pero por lo demás, nada fuera de lo habitual (al menos, visto por encima). Parecen unas oficinas de poco presupuesto. Y, por si acaso no está claro, el tip tip tip que se escuchaba no era más que el tic nervioso de Ramón.
-Los demás no creo que haya que aclarar nada pero si tenéis alguna duda ya sabéis dónde estoy (?)
-Disculpad que haya abandonado el rol (?) supongo que al principio fue el curso y después ha sido la pereza. Si muere el rol asumo que ha sido mi culpa porque *sigh sigh* lo siento uvu
-He intentado que no sea aburrido de leer
pero
no
sé
si
habrá
funcionado
):
Perra- Roler
- Mensajes : 88
Reputación : 37
Fecha de inscripción : 07/05/2014
Edad : 27
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
@ Fábrica abandonada - Primer piso
w/ Los que están en el primer piso sin el desconocido
@ Fábrica abandonada - Primer piso
w/ Los que están en el primer piso sin el desconocido
El valor que logró reunir en ese momento sólo lo pudo usar para ahogar un grito ante lo que veía: ¡¡Iban a degollar a Alejo!! ... no quería sonar exagerada, pero eso era lo que parecía, y en momentos de tensión sólo se puede pensar lo peor. Lo único que pudo pensar coherentemente era que lo más probable es que todo termine peor si reaccionaba, por lo que se tragó sus gritos y sus lágrimas y rogó por que Manu, Dani, Alejo, Fausto, cualquiera... pudiera manejar esto. Por suerte el tipo desconocido aún tenía algo de humanidad y liberó a su rehén lo más pronto.
Cuando liberó todo el aire que había estado aguantando finalmente pudieron avanzar un poco más hacia la habitación, aún guardando la distancia, Nata detrás de Carla asomando su cabeza y observando mejor la escena, aunque evitando ver lo más que podía al hombre que encontraron por puro miedo de que reaccione mal o algo. Se centró en Manu, quien hacía una llamada de lo que luego se reveló que era a la policía. Por un momento pudo calmarse -¿Manu siempre sabía qué hacer!- pero cuando él regresó a verlas y preguntó por Gabo el pequeño momento de calma se perdió en un instante.
No sabía si debían responderle, mirando a Carla para ver si dudaba también, pero antes de discutirlo la chica de lentes habló. Aaahh-- b-bueno, bueno, para eso estaban allí en el primer piso, decirle a Manuel lo que estaba sucediendo era el plan, pero las cosas se habían vuelto más complicadas por lo que cada vez se volvía menos factible hacer cualquier cosa que no sea largarse de allí. Por eso, cuando el desconocido se fue, finalmente pudo hablar normalmente
"Busquemos... a Gabo y los demás, ¿si? Para irnos de aquí..." dijo, tratando de mantenerse con los ánimos altos aunque esté llena de miedo; lo que sabía de este tipo de situaciones es que no son como las ficticias.
Ah, pero, buscar a los demás significaba bajar nuevamente por las escaleras... orz.
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
- Vianey <3:
Vianey Días Leon //16 años //♀//d4f783
Un poco de su pasado :
Hija de padres separados, menor de 2 hermanos, la vida no podria ser diferente, decidio quedarse con su madre como toda niña eligiria, pero siempre visitaba a su padre y hermano mayor, pero eso si no le falto nada, es mas es la consentida de su padre ¿y que padre no lo haria? y blanco perfecto para las travesuras y bromas pesadas de sus hermanos aunque estas no pasaban de mas alla, ya que pagarian platos rotos después.
Fue instruida en un colegio para damas toda su primaria, pero creyeron que debia aprender a socializar con los del otro genero, no viviria para siempre entre flores y chicas, asi que paso a un colegio mixto, al principio se le hizo algo incomodo, pero con el pasar del tiempo se acostumbraría, aunque tiene mas empatía con las chicas, ya que los chicos les recuerda a sus hermanos, académica mente fue una chica regular y trataba de pasar desapercibida como cualquiera, de cierta forma le llamo la atención conocer muchos y diferente lugares y cosas que ver, asi mismo se unió al equipo de atletismo, ya que era veloz, no por nada había correteado como loca para salir ilesa de las tantas carreras o corridas de toros por la ciudad y todo solo por compartir pasatiempos con sus hermanos.
Personalidad:
Es de aquellas chiquillas agradables por donde la veas, de perfil pasivo y le da igual lo que digan de ella, o almenos lo disimula muy bien, Puesto que no le importa si es popular, neutra o nerd; no suele meterse en lios o peleas, ya que huira de ellas , no es que sea cobarde solo que le fastidia que le jodan el dia y piensa que es mejor huir de eso, siempre trata de ayudar a los demás en lo que pueda y le agrada sentirse útil, suele ser obediente por lo que trata de hacer lo correcto a su parecer, mantener un buen promedio a de tener ya que según para ella el estudio pueda que la lleve a otros lugares, además con ello puede molestar a sus hermanos gilipollenses, algo optimista y pudorosa, solo en confianza puede hablar cualquier lisura que se le venga en gana y asi se atreve hacer mas ella .
La mayor parte se la pasa observando a su alrededor y pensando, como si estuviera en las nubes, no obstante esta analizando cualquier cosa y de ese pensamiento se basa o lo relaciona con lo aprendido, es una buena oyente ya que ella no tiene mucho que decir a menos que le pregunten, es de esas personas que le sacan información por cucharadas, No suele cabrearse mucho a menos que le hayas hecho algo sumamente pesado por lo que simplemente estará discutiendo con esa persona o simplemente la evitara, para ella más le valen las acciones.
Por qué han decidido ir a la fábrica:
Pues es le pareció algo crush ver que la presidenta y los demás tenían pelotas para ir aquel lugar, asi que le dio cierta curiosidad de ver aquel polvoriento y viejo sitio, no le gustaria perderse el rostro de miedo de todos sus compañeros, además aposto con sus hermanos en traer algo novedoso de aquel lugar.
Relaciones con el resto de personajes:
♣ Dania Ceparro: fue la primera en ser buena con ella, además de ayudarla de vez en cuando con algunas tareas, en cierta forma la admira y por ser una buena líder, le gustaría tener esa cualidad, además de parecerle muy mona <3 y imaginandose como una hermana que nunca tuvo ?
♣ Natalia Vivas: es parte de sus amigas, con ella comparte gustos en lo que son animes y videojuegos, de evz en cuando juegan partidas, la considera una simpatica y no le molesta en lo absoluto su gran mente abierta de emparejar a los chicos, es divertida su forma de pensar.
-Manuel Flores: es un buen tipo, le suele ver en las mañanas junto con otro compañero, cuando suele entrenar para sus carreras o pasear.
- Hermanos faustos, les concidera polos opuesto ya que alejandro es el vicepresidente alguien de carcater, mientras que fausto, suele verlo aveces solo o haciendo cosas raras, dandole un impulso de espiarlo.
-Mateo lujan es bueno con la raqueta, al principio penso que era una chica, mientras que Alexandra un chico.
Apariencia física:
De apariencia delicada y débil, no obstante tiene fuerza en las piernas, contextura delgada de 1.68 cm, tes blanca con un cabello largo y chocolatozo, que lo lleva algo alborotado, poseedora de unos ojos perezosos cafes claros y nariz respingada, suele vestir casualmente y como debe.
Vianey
Via
Gustos/disgustos:
+ Las caminatas y con el pesar de los años las corridas de toros por la ciudad
+ el cafe con leche, los jugos con leche, el yogurt y su tienda preferida es Starbuck.
+ le gusta la musica clasica en especial escuchar el violin combinada con otros generos.
+ Cualquier animal adorable menos los peligrosos.
+ leer fanfict y mangas, el anime y videojuegos
+ Manualidades y demas cosillas que la entretengan
+escuchar diferentes historias, ya sean de libros, experiencias, leyendas etc.
+ Viajar y las cosas Monas
- Le disgustan y teme a las serpientes
- Que le obliguen de mala gana hacer algo que no quiere
- Los jarabes o pastillas amargas
- Los esparragos
- Que le rompan los timpanos
- Que le fastidien hasta joder sus nervios
- Los pelotudos (?)
Extras:
-Corre porque asi se siente libre y capaz de alcanzar cualquier cosa, se esta maquinando la idea de ser mochilera y ver el mundo a pie.
-Le gusta el aire romper contra su piel
-Odia cuando sus pies estan frios o se le escarapela el cuerpo
-No sabe nadar
-No usa maquillaje ya que le da comezón, apenas usa rimer para las pestañas.
-Le gusta escuchar musica instrumental de violin, ya que no se aprende mucho las letras le gusta mas la melodia de cada canción.
- Le llamo la atención el tenis pero tuvo una mala experiencia con las pelotas. Ya que una vez fue a buscar una en la noche y cerca de esta aparecieron unos ojos rojos, y salio huyendo ... por lo que nunca supo que fue (?)
- le gusta la playa sentir la arena y agua sobre sus pies.
- Suele decir algunas cosas cuando esta dormida,mayormente cosas que le llamo la tencion.
-aveces siente curiosidad por aquellas personas que andan fuera del grupo, es como si quisiera ver cada escencia interna de sus compañeros.
-Le gusta los colores verde jade , matizes y pasteles.
-Fotografia cosas que le llamen la atencion o fotos del momento y suele guardarlas en una cajita. Suele guardar con aprecio las cosas.
- Su primer beso fue con una chica, fue accidentalmente, pero al final la chica le confeso que le gusto (?) Vianey la hizo su mejor amiga, pero despues tuvo que dejarla por cambio de escuela.
-Suele gritar si es que se asusta o ve ojos rojos brillantes asi mismo cuando no hay lugar donde huir.
-Suele consultarse a si misma en voz alta, cuando no sabe que hacer.
~~ Fabrica Abandonada - Entrada del Sotanó ~~
- Matheo y un Desconocido-
Los minutos se iban tan rápidos, y tu aun mirando a la oscuridad, es como de a pocos te estuviese hipnotizando, ni siquiera te habías dado cuenta de los minutos que habías quedado con el tenista, *m… Ya habrán pasado más de 3 minutos?* te cuestionaste.
Morirías de la angustia, es más creo que ya te ibas a marear, ese capullo en serio le gusta llamar mucho la atención tendrías que hablar seriamente con él. Pero aun así te preguntabas que tenia de especial él, habrá tenido una historia de pequeño, eso puede ser quizá un trauma, pero ha de averiguarlo en otra ocasión.
Te balanceaste de un lado a otro, *La madre que angustia* pensaste y sin más suspiraste miraste a Matheo por un minuto, es como si lo estuvieses escaneando de pies a cabeza, y a decir verdad te gusto el panorama por un momento, bueno tía reas una hembra, que podias esperar y estaban solos…
Abriste los ojos ante ese pensamiento, e inmediatamente meneaste la cabeza, sin lugar a duda se te metió muchas ideas después de las idioteces de sus hermanos. Por cierto no se te olvide llevar algo de evidencia, pero no encontraba algo pequeño que llevar.
No podías quedarte todo el tiempo en la entrada, te paraste quedándote a unos pasos de esta, miraste a Matheo –Se están demorando…- soltaste realizando una muequilla, Vuestros amigos están en el piso de arriba, creo que os están buscando-
Abriste los ojos como plato al escuchar eso, ni siquiera habías sentido los pasos, y sin dudar te volteaste y al ver aquel rostro soltaste un pequeño chillido –Giiahh!..- y después ahogarlo con tus manos, llevándolos hasta tu boca, conteniéndote, Vaya susto te había dado ese tipo, ¿Quién rayos era ese Tío? , acaso los habrá descubierto, de seguro se había topado con los demás, eso solo significaba una cosa, que ellos estaban bien o al menos podías deducir eso, pero por la apariencia de ese tio, no tenías que confiarte.
–No voy a haceros nada, solo quiero bajar –aseguró aquel extraño, alzando las manos en son de paz. –Y os recomendaría que os fuerais de aquí antes incluso de que llegue la policía.
¿Por qué? ¿Policías? ¿Que había sucedido? ¿Qué planeaba hacer allá abajo? Todas estas interrogantes te pasaron por la cabeza, te alteraste un poco al ver que aquel capullo se acercaba, y tu naturalmente habías retrocedido un paso hacia atrás.
-Mmm...Atrás capullo.. ¿Qui… Quién eres?- dijiste algo dudosa al principio, mientras te hiciste a un lado de la entrada –No podemos… mis amigos están abajo y aun no llegan…- Dijiste, sin darte cuenta habías dicho algo innecesario a un desconocido, pero tan solo quizá él podría ayudarlos a encontrar a sus tres amigos, que estaban quizá perdidos allá abajo.
Tomaste tus cosas, montándolas a tu espalda, no le quitaste el ojo encima al sujeto, aun así tu irías tras él.
Bianchi- Roler
- Mensajes : 680
Reputación : 25
Fecha de inscripción : 14/01/2012
Edad : 31
Localización : ._. que te importa!!
Humor : LOL -meme toys-
Re: Capítulo 0 - Intrusión [Rol]
{#71d2a7}
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
— Fabrica abandonada | Primera planta —
Con Dania, Alejandro, Fausto, Natalia y Carla ✩
- - - - - - -
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
— Fabrica abandonada | Primera planta —
Con Dania, Alejandro, Fausto, Natalia y Carla ✩
- - - - - - -
Apenas Carla musito no saber acerca de sus demás amigos Manuel sintió un balde de agua caerle encima, aunque la muchacha intento suavizar era un hecho que ahora mismo quien no estuviese fuera de esa fabrica estaba en peligro.
Explicarle la situación al policía era pesado, aunque al final escuchar aquellas melodiosas palabras le dio fuerzas al pelinegro, ahora que la policía había sido avisada solo seria cuestión de tiempo para estar seguros en el pueblo. Rápidamente la noticia fue esparcida a sus amigos en la misma sala... y al desconocido, quien de manera sospechosa no parecía tan feliz como los demás ante la noticia ¿pero ese tío estaba volado del a cabeza? planeaba irse así como así, no sin antes advertir que debían de buscar al resto...
Bueno, verdaderamente a Manuel le importaba poco lo que sucediese con el hombre, es decir, si evade a la policía y estaba en un estado así en un sitio tan alejado de la civilización la única respuesta lógica era que se trataba de algún pobre diablo que se metió en problemas con alguna mafia o traficantes o algo mas del bajo mundo, toda suposición nació de lo que sabe el muchacho por reportajes.
Dejando que David se marchara nuevamente tomo su teléfono celular y marco al móvil de Gabriel... sin señal... Manuel pensó que era de imaginarlo, suspirando pesadamente paseo la mirada por todos en la sala — Seguro nos hemos metido con traficantes... eso es seguro... — Intento deducir, no buscando crear algún tipo de discusión el respecto solo sintió que debía compartirlo, de todas maneras, el chico de cabello azabache empezó a caminar, con la intención de buscar algo con que defenderse en la sala — Alejandro, Fausto; tratemos de encontrar algo para defendernos en caso de que... solo por si acaso. — No, no debían atraer mas peligro o malas vibras — Chicas intenten contactar a los demás, ya trate de llamar a Gabo pero no parece tener cobertura... de todas maneras, sigamos intentando. — ¿Pero donde coños se había metido su amigo? lo único que restaba era intentar encontrar una buena silla, un palo, lo que fuese bueno para ejercer una defensa si las cosas se salían de control nuevamente.
→ SEGUIR INVESTIGANDO EL PRIMER PISO
Página 3 de 3. • 1, 2, 3
Mundo de Rol :: Zona Rol :: Coliseo
Página 3 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.