xxCrashed in the random bermuda trianglexx

××××××××××××××××××××

××××××××××××××××××××

-Prepara a la Tropa Elias. Nos vamos en 5 minutos.-

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Su vista. Imagen el avión sin la parte trasera y muuuchas cabras al rededor (?) Y al chupacabras chupandose una cabra (?)

donde estan:

El chupacabras que ustedes vieron es el penúltimo uwú, los otros seran luego (?)

lo que vieron:

--------------------------------------------------------
Las otras dos situaciones, es para que ustedes se intriguen. Narraran desde el inicio del viaje cuando entraron el avión, la sensación de todo hasta caer inconscientes y luego la reaccion y acción cuando despiertan. A no ser que quieren salir rápido (?) No se alejen del área.

---------Reglas:
=Las mismas de MdR y agregando estas:
-Todos sin excepción, algo que no dije, hablan español. Será nuestro idioma oficial.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] la mayoria decidió ser extrangero de España, claramente habrá momentos en que hablen en su idioma materno, pero apesar que su pj está hablando otro idioma , ustedes van a escribir en castellno para que sea entendible,para poder identificarlo sin confundirse,habrá reglas.
●Para dialogos y pensamientos en idioma materno, todos seran subrayados.
     --El dialogo será obligatoriamente en negrita. 

Idioma materno ejemplo: Ruso
Ej: -Tú, tú pequeño bastardo-
     --El pensamiento obligatoriamente entre comillas y cursiva.
Ej: "Oh, tu eres tan inocente"
●Para dialogos o pensamientos en otros idiomas, que no sea el materno o español, pero aún asi lo estan escrbiendo español para poder entender, es obligatorio el asterisco al final, y en off-rol especificarel idioma

Ej: Yo quería mucho poder dormir tranquila*

Off: *Está orginalmente hablando en Ruso

Ahora, si escriben la frase en su idioma original, claro que no todo el mundo entiende. Lo subrayan y colocan el asterisco al final y off rol traducen
Ej: Isso aquí é realmente necessario para poder entender*.
Off-rol:*Portugues >> Eso es realmente necesario para poder entender.


__________________
Y es todo por ahora, en el proximo post colocaré un mapa vista satélite para ustedes. La mini-actu será mas o menos en 10 o 12 días, si posten rápido, será mucho antes~~
Ciao~

--Rolers--

Niñas

Cherry - Dina Landivar
Koga - Ashley M. Grey
Bianchi - Mayolí Coelho
Captain - Leah Pheles
Juancho - Serena Valois
Cereal - Olivia Bonnet

Niños

Zorra - Alan Ivanov~
Mr. Galaxy -Lucio Noir
Cutethlhu - Emmet Dante Noir
Nanix - Anthony Reynolds
Adeline - Axel Jenssen
Devlin - Yosyph Dyrhovo.
Minks - Ringo Pheles
Hemfelt - Kisuke Matsushita
Jack - Mika Nieminem
Angie -Andrew “Andie” Laflamme~

Experimentos

Teresa - Urgot / Düster
Teresa - Lulu / Phi
?? - Kayle / ??

▷▸Avión Estrellado → Suelo de la isla. ◂◁
{ Con: Gente y gente muerta. (?) }

---------------

--------------------------------------------

“ Por favor, todos los pasajeros con el cinturón de seguridad y no salgan de sus asientos, estamos teniendo ciertas dificultades. ”

--------------------------------

¡Pasajeros con destino a Estados Unidos, vuelo 226, pista de aterrizaje 8, a punto de despegar!

- ¡Purrrfect timing! - El conocido científico japonés, Kisuke Matsushita hizo su aparición en el gran salón de embarque. Su dedo señalaba hacia la azafata que tenía delante, la cual no parecía tener palabras para sus movimientos bruscos, desenfrenados, y para qué evitar la expresión: Movimientos que le hacían quedar como un loco recién escapado del psiquiátrico.

A pesar de ser nativo de Japón, Kisuke se había propuesto perfeccionar su inglés en el viaje a Estados Unidos. ¡Por supuesto! El inglés abre muchas puertas. Un gran puñado de famosos científicos se han comunicado mediante este gran y genial idioma.

- Andu nouw! - Caminaba hacia delante, con el diccionario en la mano. Realmente su inglés podría considerarse horrible, pero le emocionaba hasta tal punto poder conocer personalmente otros estilos científicos que no podía contener su emoción. - My flight should be ready now! - Señaló de nuevo en dirección a la azafata, sin mirarla, mientras caminaba por su lado con la vista al frente. La pobre mujer no daba crédito a sus ojos. Pero Kisuke tenía un permiso especial. Primera clase.

No se podía decir que no llamara la atención. Pero, ¿acaso importa eso? No es que no fuera suficientemente llamativo llevar una arrugada bata de laboratorio con un sandwich sobresaliendo de uno de los bolsillos. No es que no fuera suficientemente llamativo que se hubiera comprado un ridículo sombrero con lucecitas y lo llevara en la cabeza en este preciso momento. No es que no fuera suficientemente llamativo que... Kisuke fuera suficientemente llamativo allá donde fuera.

Sin embargo, mantenía sus ojos puestos en los miembros de la seguridad y el orden del aeropuerto. Ahí ya Kisuke se vio forzado a calmar su emoción. ¡Eh! Tan solo era un viaje a Estados Unidos. Sí, eh... Su hermana ya estaba allí. Oh, sí. La famosa Aiko Matsushita. Conocida en medio mundo, y eso porque el otro medio no se había molestado en conocerla. Se alojaría en su acomodada y lujosa residencia, en la gran Nueva York.

Sí, realmente es todo un estereotipo. Ni que toda la gente importante debiera hospedarse allí. ¿Qué importaba? Kisuke tendría la oportunidad de conocer al célebre inventor de la teoría de repulsión doblegada, el Dr. Hasper. ¡Menuda maravilla de teoría! Pero ya tendría tiempo de hablar con él directamente. Quería compartir su punto de vista.

- Further through the logical gate! - Asintió, esta vez sin elevar demasiado la voz, a la vez que ponía su pie por primera vez en el inmenso aeroplano en el que viajaría. Majestuoso pájaro metálico. Aunque era una pena que hubiera tenido que dejar su sombrero antes de subir. Realmente le gustaba ese sombrero. Tampoco le había gustado el trato de esos amables miembros del equipo de seguridad, que habían declarado con cierto entusiasmo que, si quería llegar a Estados Unidos, más le valía relajarse un poco y dejar de parecer una especie de terrorista de poca monta (Todo esto después de haberse asegurado de que no llevaba nada peligroso encima. ¡Malditos incrédulos! Kisuke Matsushita, científico emprendedor! ¡Si estaba escrito en la pequeña placa de su bata!).

Finalmente localizó su asiento. Era bastante cómodo. Y junto a la ventanilla. Perfecto para mantenerla cerrada. ¿Qué quería ver la gente? ¿Las nubes? Tonterías. Ni que fuera a molestar al hombre que estaba con su hija cerca de él. Podría ser peor, al menos esta pareja parecía soportable y lo dejarían dormir.
El viaje hasta España había sido largo y agotador. Pero "alguien" *cough cough* ...Aiko... *cough cough* había insistido en que él debía hacer algo de turismo por el camino. Como si fuera una vulgar excursión de colegio. Y para algo que le había gustado, su sombrero, se lo habían arrebatado en el camino.

- Ifu iu excuse me... - Dejó escapar al aire de nuevo su horroroso inglés, cerrando los ojos, relajándose en su asiento. Al poco tiempo estaba dormido. Mas su descanso duró más bien poco. O eso le pareció. Fue despertado por un fuerte bramido de... ¿alguien que llamaba a su hermana? ¡Qué absurdo! Espera... los aviones normalmente volaban en línea recta y no diagonalmente hacia abajo. ¿El avión caía? Oh, eso explicaba porqué la gente parecía estar montando un circo dentro del transporte.

Después un fuerte golpe. El avión había aterrizado, con exagerada brusquedad en tierra, al fin. Aunque no de la mejor manera.

- So... it wasn't a joke at all... - Fue lo último que dijo Kisuke antes de perder el conocimiento. ¡Maldita sea! Había conseguido un inglés perfecto y nadie lo recordaría. Bueno, ni siquiera lo recordaría él. La locura apenas había comenzado...

Lo primero que vio al abrir los ojos fue... ¿Una cabra? ¿Dos? No, espera, había unas pocas más, y... ¿Eso era... qué? Todas esas imágenes fueron demasiado para Kisuke que, en un acto reflejo por alejarse de las cabras y la criatura desconocida que se encontraba... acechándolas, dio un brinco hacia atrás.

Había bastante gente allí. Aunque... no todos se movían. Eh... Se podría decir que muchos ya carecían de existencia en este mundo. Pero no se asustaría. Si grandes científicos del pasado hubieran vivido asustados, no habrían alcanzado ninguna de sus metas. No tenía miedo... No tenía miedo... No tenía m... ¡Oh, otra cabra!

Había varias personas alrededor suya. Pudo localizar... A la chica que estaba antes con su padre en el avión. Bueno, estaba... ya se sabe... Realmente no sabía cómo consolarla. Cada cual debía ser fuerte. Incluso en situaciones como esta.
También localizó a varios chicos. Parecían estar ayudándose entre ellos.

Bien, Kisuke, haz uso de tu inglés. Estos parecen nativos.

Tomó su diccionario de nuevo y...

- Hellow citizens! - Declaró delante de un joven que se encontraba intentando... reanimar a una chica que parecía tener la mirada perdida frente al otro, como si se tratara de una adolescente recién salida de un concierto. Sí, exactamente como aquellas que había visto en los conciertos de su hermana Aiko. - I wasu wondering if you know wheresu we are? - Perfecto, Kisuke. Esas líneas eran el inglés de un perfecto nativo. Impecable. Inconfundible. Incluso podrían confundirlo con un americano cualquiera.

Realmente pensar sus palabras en genial idioma extranjero había tomado demasiado tiempo. La chica ya no estaba, aunque parece que al menos el chico lo había oído. O eso esperaba. Realmente necesitaba salir de allí. Tenía una reunión a la que acudir.

------------------

Eran las 6 am cuando el chico de cabellos verdosos y ojos bi-color se sentó en uno de los cómodos asientos del lado de la ventanilla de aquel gran avión con destino a EE.UU cargando tan solo un bolso de viaje de tamaño mediano (obviamente, el resto del equipaje ya estaba en el compartimiento de carga del avión). A pesar de que su rostro mostraba grandes ojeras grises por el hecho de no haber dormido casi nada la noche anterior, se mostraba muy alegre y entusiasmado, tanto que no podía dejar de agitar de un lado a otro la gran bolsa de dulces gomitas que poseía entre sus manos. 10 minutos más tarde el avión por fin despegó de la pista para luego, a las 13:28 hs ya encontrarse sobrevolando tranquilamente el gran océano atlántico.


No podía evitar cantar a todo pulmón aquella frase de manera alegre mientras levantaba sus brazos y los movía como si estuviese planeando en el aire al igual que el avión. La persona que estaba a su lado no podía evitar soltar suspiros exasperado y hacer girar sus ojos demostrando hartazgo. Pero ¡hey!, era un viaje largo... muy largo a decir verda, el pobre Anthony en circunstancias como estas no se podía quedar quieto.

Pocos minutos después, dos para ser exactos, mientras el inquieto muchacho comía con voracidad y poca delicadeza sus dulces masticando ruidosamente, el avión comenzó a exprerimentar unas ligeras turbulencias. -¿Qué sucede?- preguntaban algunas personas, -Tengo miedo- había dicho un niño por ahí, -¿Esto es malo?- preguntó una señora entrando en pánico. Varias personas se mostraban preocupadas, pero Anthony era el caso contrario, no estaba asustado, ¡es más!, hasta se estaba divirtiendo. No podía evitar relacionar el movimiento del avión con el de una montaña rusa o con el movimiento de un  carrusel del parque de diversiones. -“Por favor, todos los pasajeros con el cinturón de seguridad y no salgan de sus asientos, estamos teniendo ciertas dificultades”- se escuchó por los altavoces la voz de la aeromoza que intentaba hacer que la gente mantuviese la calma, cosa que era casi imposible ya que el movimiento era cada vez más notorio y más fuerte, hasta incluso la bolsa que tenía Anthony saltó de sus manos y cayó en el suelo desparramando por todas partes su preciado contenido.


Cantó divertido aquella frase de Taylor haciendo que varias miradas asesinas de las personas que le habían entendido se dirigiesen hacia su cabeza. El avión comenzó a caer a gran velocidad, pronto las nubes quedaron por encima de todos.


Cantó esta vez pero con un tono melancólico; podría estar loco, pero aún así no era tonto, podía sentirlo... o preveerlo, mucha gente no iba a salir entera del asunto. El pánico no se hizo esperar, gritos, alboroto y llanto llenaron el lugar durante solo dos minutos, ya que luego transcurrido ese lapso de tiempo casi eterno.... todo se volvió negro.

~ ~ ~

No sabía cuanto tiempo había transcurrido, pero eso era lo de menos, él, de una manera casi milagrosa, había logrado abrir sus ojos con pesadez, se oían gritos de fondo, pero por el momento eran gritos ininteligibles. Sentía dolores en diferentes zonas de su cuerpo, no eran dolores agudos, pero aún así, sentir aquello no era nada lindo. Examinó su cuerpo en búsqueda de algún hueso salido de lugar o algun pedazo de intestino fuera de su estómago (?), pero no encontró nada grotesco o llamativo, tan solo varios moretones y algún que otro corte no muy profundo aún sangrante. Dejó de mirar su cuerpo para dirijir su vista hacia su entorno, y ¡vaya que se sorprendió!, la parte trasera del avión ya no existía ¡que suerte había tenido al comprar un voleto para lo asientos delanteros!. A pesar de ello, realmente todo se veía desalentador, el avión estaba hecho trizas, sumado a que por allí... habían cadáveres (o al menos eso parecía hasta que comenzaron a moverse).

-Ayy, que viaje tan "caca", yo solo quería volver a casa~- murmuró en voz baja un tanto enojado -¡Y para colmo no tengo un maldito caramelo conmigo! ¡Lo he perdido todo!- gritó exasperado llevando sus manos hasta su cabeza para revolver sus cabellos dejándolos todos enmarañados (más de lo que ya estaban) y aflojando algunos clips con forma de dulces que lo decoraban. ¿Qué hacer ahora? ¿Estaba solo? en realidad... ¿Dónde demonios estaba ahora?. Desabrochó el cinturón del asiento que lo había salvado para ponerse de pié, pero al escuchar como crujió el suelo bajo su cuerpo, decidió volver a sentarte... -We all live in a yellow submarine, yellow submarine, yellow submarine...~- comenzó a cantar bajito tratando de calmarse y pensar en una manera de cómo sobrevivir sin sus preciados aperitivos azucarados; mientras ignoraba a aquellas personas que no hacían más que gritar.

Mika se encontraba dentro del avión observaba con tranquilidad por la ventana aferrándose a la esperanza de por fin encontrar a su familia y claro, a su mochila que parecía que se rompería en cualquier momento si la estrujaba más.

El día anterior había hablado con su padre para comunicarle que viajaría a Estados Unidos, dándole la ubicación casi exacta de su próximo destino: Portland, Oregon.

Recostó la cabeza en el asiento cerrando los ojos por un momento. Temía perder la esperanza, temía tener que comenzar de nuevo, pero no podía dar marcha atrás. Abrió los ojos de golpe respirando profundamente, debía ser positivo y no pensar en tonterías, sabía que eso le habría dicho su padre o quizás no.

Una vez que el avión partió, minutos más tarde, se sintió más calmado, lo que podía notarse en su semblante, su rostro serio e inmutable mostraba una tenue sonrisa y sus gestos se habían suavizado un poco.

Pasado un rato sin saber que hacer realmente, buscó en el interior de su mochila algo que lo ayudase a pasar más rápido el tiempo, eran casi 5 horas las que debía pasar sentado en su sitio, debía pensar en algo, y que mejor que escribir, siempre lo distraía y por alguna razón se sentía mejor descargándose con el papel.

Sacó su block y un bolígrafo. Buscó una hoja en blanco para luego quedarse contemplándola por un instante mientras movía el bolígrafo entre sus dedos.


"Los ojos ámbar de Christopher se clavaron en los de Emory. Jamás lo había mirado de esa forma, podía ver cada detalle del iris del azabache incluyendo su reflejo en éstos.
Una sutil y lujuriosa sonrisa se dibujó en los labios del experimentado joven mientras observaba el rostro impasible de Emory el que no dejaba de mostrarse desafiante ante el trato que estaba recibiendo. ¿Acaso Christopher no entendía lo que significaba “No te acerques”? Claramente era un chico persistente. Lo tenía completamente acorralado.
Emory no sabía cómo deshacerse del muchacho, su orgullo no le permitía pedir ayuda y no quería utilizar la fuerza contra él, más bien no quería desperdiciar sus "poderes" en alguien tan insignificante para él."


Se detuvo. Golpeó el block un par de veces con el bolígrafo y volvió a recostarse en el asiento. Se sentía estúpidamente nervioso. Metió el bolígrafo en el espiral del block enganchando el clip en el mismo. Respiró profundo un par de veces más bajando la mirada, intentando quitarse aquella sensación que poco a poco comenzaba a disgustarle. Desvió la mirada de sus notas hasta la ventana donde solo podían observarse las nubes y escasamente podía distinguirse el continente por el que sobrevolaban.

Un tanto disgustado guardó sus cosas otra vez en la mochila y se abrazó a esta por más incómodo que fuese.




Sin darse cuenta, se había quedado dormido abrazando su mochila. Sentía los brazos cansados y ligeramente adoloridos por la tensión que había ejercido inconscientemente y con una sensación de cosquilleo que comenzaba a extenderse desde la punta de sus dedos hasta sus hombros. Dejó la mochila sobre sus regazo estirando los brazos hacia el frente y luego hacia arriba para después ejercitar sus muñecas girándolas y más tarde, sus dedos. Dejó caer ambos brazos a los costados de su cuerpo con desgano. ¿Cuánto tiempo había dormido? ¿Cuánto tiempo llevaban volando?


“Por favor, todos los pasajeros con el cinturón de seguridad y no salgan de sus asientos, estamos teniendo ciertas dificultades”


La voz de una mujer alertó un poco a Mika. Era normal que ocurriesen turbulencias durante un viaje, lo había experimentado por lo menos una vez en algún vuelo anterior, no había de qué preocuparse ¿verdad? Observó como todos se veían preocupados y un tanto asustados. Las azafatas corrieron hasta sus asientos y con nerviosismo se pusieron los cinturones de seguridad.

Los ojos del azabache se abrieron al notar que comenzaban a caer. Las cosas de las personas que lo acompañaban en el vuelo, la comida, todo lo que no estaba sujeto a los asientos o al piso del avión se elevó hasta el techo y en dirección a la parte posterior del avión. El equipaje comenzó a caer desde la parte superior junto a las máscaras de oxígeno. Muchos se apresuraron a tomar la correspondiente, Mika también lo hizo, ya que perdían altura a gran velocidad. El azabache cerró los ojos con fuerza aferrándose a su asiento, apretó los dientes mordiendo su labio inferior provocando que este sangrara, pero eso era lo de menos ¡Estaban cayendo!


Por un segundo recodó aquella desesperación que había experimentado cuando era niño, aquel terror de no saber qué sucedería al minuto... al segundo siguiente, todo lo que podía oír eran gritos de toda índole. Sentía la presión sobre su cuerpo al mismo tiempo que sentía como sus sentidos se ahogaban en la nada.




Abrió los ojos, un zumbido molesto estaba presente en sus oídos, su frente sangraba, tenía cortes en sus brazos y piernas, sangre seca sobre su ropa, propia y ajena.
Con dificultad intentó ponerse de pie. El cinturón de seguridad se lo impidió en un inicio. Torpemente se lo quitó para luego sujetar su cabeza con ambas manos. Presionó sus parpados pestañeando un par de veces. Levantó la vista. Frente a él se encontraba una imagen que en ese momento estuvo seguro jamás olvidaría. El avión destrozado, la parte trasera de este completamente destruida llevándose muchas vidas, pasto ardiendo por el combustible del avión derramado al igual que partes de la misma aeronave. Personas, cuerpos inertes cubiertos de sangre, algunos quemados, o despedazados cargando una expresión de horror en el rostro. Era la escena más desoladora que había visto. ¿Cuántos habían sobrevivido? Él era afortunado. Su mentón temblaba mientras se aferraba a sí mismo sujetando con fuerza las mangas de la sudadera que vestía.


Su vista bajó hasta sus pies y luego volvió a subir para desvirse al espacio en el que se encontraba. Un gran valle con grandes rocas se encontraba frente a sus ojos, unos cuantos árboles, definitivamente estaba en altura. Dio un par de pasos avanzando, para contemplar el paisaje, un bosque de un lado, desierto del otro… un lugar ciertamente extraño, dos medio ambientes diferentes en un mismo lugar. Se volteó para observar el otro lado. A diferencia del contrario no se mostraba tan empinado, la bajada se notaba mucho más segura. Desde ahí podía verse un verde y vivo valle con hermosas y esponjosas ovejas de los colores del arcoíris…




Los ojos de Mika se abrieron por la sorpresa. Debía haberse golpeado la cabeza demasiado fuerte para ver de colores, específicamente ovejas de colores y además cabras por todas partes.


–– OJ HERRE GUD!*––
Exclamó ante lo que ahora capturaba su atención por completo: Un extraño ser se encontraba chupando una cabra… (?)

Sintió como se le helaba la sangre ¿Dónde estaban?... Eso fue lo que primero se le pasó por la cabeza, pero su lógica le decía que debía tener una contusión y estaba imaginando cosas, alucinando. Lo que se encontraba frente a él, aunque a bastante distancia no podía ser real… Respiró profundamente llenando sus pulmones de oxígeno, en un vano intento de enfriar su cerebro y de poner su mente en blanco. Se volteó, no quería ver más. Al hacerlo notó que habían más personas despiertas haciendo lo mismo que él: reconocimiento del terreno.

OFF: *¡Oh, Dios mio!

En la tarde anterior ocurrió la última llamada que le hizo a sus padres antes de su 'Viaje del Destino'. Hablaron de que ya era el viaje mañana, que si, mañana, que ya tenía todo, que se iba a Estados Unidos, que temprano en la mañana, que no, que era muy temprano, que no se tomen la molestia, que estaba bien, que igual sabe que se preocupan, que los quiere, que los va a extrañar, que risitas cuando le encargaron souvenirs et fiancé; que besitos y abrazos a la distancia, que llame cuando pueda, que la bendición, que la extrañan ya, yo también los extraño, buen viaje.

El resto de la tarde y noche preparó lo que faltaba, aseguró que la casa se quedaría segura por lo que dure su viaje, que no olvidaba nada... Estar viviendo sola sólo con el ruido del televisor la ponía ansiosa y nerviosa, haciendo que se ocupe por las cosas de su viaje, y fue sino hasta la media noche que se dio cuenta de la hora. Tenía que estar muy temprano en el aeropuerto, y siendo la hora que era dormiría apenas un par de horas... Pero no, no se quedaría dormida. Si ponía diez alarmas de seguro se despierta.

Y se despertó. Cada 10 minutos sin necesidad de alarma, claro. No pudo dormir bien en toda la noche, demasiada ansiedad por el viaje. Así que decidió revisar por enésima vez todo y alistarse para salir varias horas antes del chequeo al aeropuerto. Dormiría luego en el viaje, porque sería un largo viaje.

En en aeropuerto revisó que ninguna cosa le faltara: que si su maleta estaba completamente asegurada; que si en su bolso de mano estaba todo lo que necesitaba y no se le quedó nada en casa o dentro de la maleta; que si tenía su pasaje en su bolso una, dos, tres veces; que si tenía el pasaje en la mano una, dos, tres veces. Y ya cuando pasó los chequeos y revisiones y estaba en la sala de espera para abordar pudo respirar tranquila.

Este era el inicio de su nueva era, ¡la puerta a las nuevas posibilidades está abierta! ¡¡THE AMERICAN DREAM!!

Extrañamente sentía que no saldría nada mal, que todo iría como debía...
Eso no significaba que sentía que las cosas saldrían bien.

Le tocó el asiento del pasillo, pero realmente no le importaba ni quién se sentó a su lado, sólo sabía que dormiría lo más que pueda. Que el cinturón de seguridad abrochado, que las salidas de emergencia, que blah blah blah...
Se durmió desde las indicaciones de seguridad del piloto. Pero ya la despertaría la azafata cuando sea hora de comer.

Los leves movimientos del avión hasta la arrullaban, pero aquellas sacudidas fuertes y repentinas obligaron que despierte.


Algo malo pasaba... Pero se arreglaría, ¿verdad?

Realmente, todo fue peor. Los movimientos no cesaban, la gente se desesperaba, y el avión empezaba a perder altitud.

Los pasajeros ya no sabían cómo mantenerse calmos, ni cómo mantener las esperanzas, entre ellos incluída Dina. Volteó hacia todos los lados para ver a las personas a su alrededor que no aprovechó a ver antes de que el avión despegue, posiblemente con una expresión de terror parecida entre ellos.


Había pensado que moriría de forma simple y patética como cayéndose de las escaleras o resbalándose-- de una forma similar a su vida, penosa. Pero nunca creyó que le sucedería algo como esto, que en medio del mar luego de días eternos de búsqueda encuentren sus restos que sirvieron como carne para peces, y que su nombre salga en la lista de los desaparecidos en todos los noticieros mundiales...

No, eso no era para ella, ¡no! Morir de esa forma no era lo suyo; lo suyo era ser el clavo al mismo nivel que la mayoría, ser nada sobresaliente y parte del promedio. Tenía que casarse a los 30 años y tener 2 hijos y trabajar hasta los 60 ganando el sueldo promedio y-- ¡¡No podía morir si no había hecho nada de eso!!

Empezó a hiperventilarse y torpemente se puso la mascarilla colgante, y con todos los gritos de pánico a su alrededor y el chirrido de los motores y el metal soltándose y el vértigo, verdaderamente deseó haber prestado atención a las indicaciones de seguridad. Lo único que hizo fue aferrarse a su bolso de mano y agacharse a abrazar sus piernas, gritando a pesar de no escucharse a si misma.

Caían cada vez más rápido como si aún pudieran caer más, y cosas caían encima de ella. Había creído que se había tranquilizado, pero su respiración no había bajado, respirando agitada y desesperada, sintiendo que aquella mascarilla no servía para nada, empezando a ahogarse, a perder el conocimiento. Con su últimos segundos de conciencia recordó que los cinturones de seguridad en los aviones sólo servían para mantenerlos en el asiento, para mejorar la búsqueda y el conteo de cadáveres. Recordó que nada podría salvarlos.

Todo apuntaba a que si podía morir, pero... No quería eso.

Cuando despertó no estaba agachada como recuerda, sino recostada contra la persona a su costado. Su cuerpo dolía, su cabeza quería estallar, sus oídos zumbaban, y-- augh, una luna de sus lentes estaba rota, genial. Veía todavía borroso, sus lentes empañados por unas lágrimas que sin darse cuenta había dejado, y todo daba vueltas, no sabía que pasaba, dónde estaba, qué había sucedido.

Trato de ordenar las ideas, incorporándose lentamente, sintiendo el cinturón del asiento abrochado y-- oh, el avión, el viaje, el accidente--

Sintió terror al recordar la desesperación en el avión, el vértigo, el choque, y como reflejo volteó hacia el pasajero que había estado sentado junto a ella, su rostro atravesado por cristales de las ventanas. Dina ahogó un grito, cubriéndose la boca al sentir náuseas por el asco, pero al final sólo brotaron sollozos de su garganta.

Estaba viva, estaba viva. El dolor decía que estaba viva. Y con las voces que oía a lo lejos al parecer no era la única que sobrevivió.

Trató de calmar sus sollozos, esnifando mientras buscaba a su alrededor una manta o algo, evitando ver al hombre muerto a su lado para no romper en llanto de nuevo. Desabrochó el cinturón de su asiento y encontró en el bolsillo del asiento del frente una de las mantas del avión medio quemada, pero serviría para cubrir al fallecido con ella, al menos su rostro. Envió pensamientos de buen viaje para su alma, y lo dejó.

Bien... sus piernas y realmente todo su cuerpo se sentía débil, y al levantarse sin darse cuenta se atascó con un metal o algo, terminando por romper un poco sus leggins y hacer un pequeño corte en su pierna. Se quejó un poco, pero seguía viva. No importaba si había perdido su chaqueta, si su vestido se manchó de tierra y sangre, o si se rompía al pasar torpemente por algo; no importaba si los cortes en su frente, su pierna, sangraban. Seguía viva. Y debía seguir. No quería ver a nadie a la cara, no quería ver como quedaron los otros, no quería ver como podría haber quedado ella. Seguía viva.

Se tambaleó sobre los escombros, y limpiando con cuidado sus lentes para no romperlos, empezó a buscar su bolso. Tenía esperanzas de encontrarlo; si logró quedarse en su posición agachada la mayor parte del tiempo de seguro que su bolso no debió haber salido volando muy lejos... Pero con casi todo el avión despedazado no había mucha esperanza para encontrarlo...

Y a todo esto, ¿dónde habían llegado? ¿Una isla? Pero por lo que se podía ver no estaban cerca de la costa... ¿Habían caído en las montañas? Árido a su izquierda y frondoso a su derecha... Suspiró, estaba demasiado cansada, tal vez lo mejor sea regresar a su asiento y dormir y morir dormida o algo.

El zumbido de sus oídos empezaba a ceder, y pudo distinguir en el avión varias voces hablando.
Y aunque podía escuchar más voces por otras partes del avión, lo que podía entender mejor era lo que decían en inglés y un balido que se escuchó fuerQUÉ.

Cuando miró fuera ahí estaban: cabras por doquier. Mirándolos como algo extraño, algunas masticando pasto lentamente como si el mundo fuera a acabarse nunca, otras corriendo y saltando y huyendo y gritando por su vida porque se las estaban comiendo.

Qué.

Se las comían, qué. Más que comérselas, eran succionadas, qué. Un ser encorvado con garras y hocico grande era el que se las comía, quÉ.

Un ser encorvado y totalmente fuera de lo normal se estaba comiendo una cabra. -CHUPACABRAS- alguien exclamó, y todo empezó a tener algo más de sentido, si.

QUÉ.

¿Lo que veían era un chupacabras? ¿Esas criaturas de cuentos para asustar a los niños? ¿Esas criaturas que se supone que no deben ser reales, ahí, en frente de ellos? Era imposibleimposible, pero los balidos y el dolor era real real y uugh era un chupacabras en frente de ellos, por qué. Su forma y sus movimientos eran raros, y la forma en la que comía y en la que existía era peor. Pero obviando eso y el terror de lo que fuera a hacerles aquel monstruo, solo una duda cruzó su mente ese instante:

Increíble.

Evitó a toda costa el contacto visual con la abominación esa, y retrocedió pasos y dio la espalda a la cosa esa que ugh se comía a las cabras; tenía que buscar un lugar donde no la viera, un lugar para esconderse. Detrás de los asi--- gentemuertaaAaAAaaAAh NO IMPORTA, su vida podría peligrar si no hacía algo.

Se acuclilló detrás de un asiento detrás de un pedazo de avión aún erguido, con escombros y cuerpos a sus pies, haciéndose lo más pequeña que podía. Se sentía ridícula, aterrada, y más que nada cansada.

¿Por qué hacía ese esfuerzo para esconderse si quiere que todo termine ya?
Nunca quiso que su vida termine así...

— #cf8494 —
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Hogar querido. → PARTY IN THE USeeww ¿Donde?
☀ ¿Con todos? ¿Emmet?
— — —

Aun podía ver las coloridas luces del bar, gente hablando a gritos entretenidamente y yo por supuesto en mi lugar de siempre riendo mientras el tipo del bar no paraba de decirme que no era gay que tampoco iba a servirme otra copa — hHAHAAHhahah. — Sonaba como el mejor chiste de la historia, había visto sus pantalones, sus pantalones ajustados, era el vil intento de un conejo depilado de pasar como un hipopótamo, poDRIA parecerse pero era obvio que no lo era.

Entonces llego Daniel, jodido compañero del alma al que le comería la boca si no fuera porque ew no homo — ¿PERO QUE DICES? VENGA, VENGA. UN PAR MAS Y NOS VAMOS. — Él tan solo río a la vez que me preguntaba que pretendía hacer con esa botella de Vodka saborizada que había comprado — ¿QUE QUIERES VODKA SABORIZADO? NO SEAS MARICÓN. — Venga, tenia que estar bromeando.

Madre mía ¿Donde estoy? — Blaaaaaaarghhhhh... — Aquel sonido gutural era yo preguntando donde me encontraba, a mi lado estaba ni mas ni menos que mi querido hermano — ¿Qu-Que hacemos acá...? — Ok, trata de recordar Lucio... trata... — Jodeeeeeeer, me duele la cabeza. — Espera un momento, una azafata explicándonos como colocarnos los cinturones... y esto... esto era un asiento de avión... entonces... estamos dentro en un avión...

LO QUE QUIERE DECIR QUE... — Ay, ay, ay... ay mierda Emmetsaido perdóname, se supone que iría a comprar algo para celebrar nuestro viaje epico pero me encontré un colega y creo que... — Ok, ok, parece que la he cagado fuerte — mierda... — Si no fuera porque inteligentemente me coloque gafas de sol antes de salir seguro intentaría pedirle perdón con los ojitos, claro si no fuera porque si me las llego a quitar se me quemaría el alma con la luz. — Tío, te amo si que lo sabes ¿verdad? seguro me has cogido el ibuprofeno, jugo de tomate o agua y los has traido para la resaca ¿Verdad? Em-Emmet por favor... — Le tome el hombro dramáticamente y empece a imitar los sonidos del señor de la oscuridad — Soy tu padre... —

A la final se logro resolver el asunto de mi resaca a medias, y me dormí... me dormí vilmente y estaba seguro que debí roncar o babearle el hombro a mi hermano.

Ay, Emmet lo siento.

....

zzzZZ

zzZZZzAAARGGHGJ QUE SUCEDE DIOS MIO CRISTO ATADO AVE MARÍA CRUCIFICADA EXPLÍCAME EN QUE HE PECADO

“Por favor, todos los pasajeros con el cinturón de seguridad y no salgan de sus asientos, estamos teniendo ciertas dificultades”

QUÉÉÉÉ — QUEEEEEEEE. — QUÉÉÉÉ, vale esta no era hora de caer en crisis, solo eran algunas dificultades que lentamente se transformo en las mascaras de emergencia saliendo mágicamente de arriba de los asientos y las cosas empezando a flotar porque íbamos cayendo.  Estábamos a punto de estrellarnos contra el puto suelo — ¡¡PONTE LA MASCARA!! — Grite al tiempo que buscaba acomodar la mía, esto estaba mal, estaba demasiado mal.

Dentro del avión viví lo que es el comienzo de un apocalipsis, gente gritando, personas llorando y otras rezando en voz alta a la de guadalupe.

¿A-Así se siente estar muerto? tenia los músculos adoloridos, la cabeza me daba vueltas y dolía aun mas de lo usual.... y... esto... espera un segundo... — A..Agh... — Quería vomitar, quería vomitar con fuerza, lleve la cabeza hacia un lado y lo solté todo sobre el asiento de al lado que aun contiNUEMMET??!?!? Ok verlo fue suficiente para entender que no me había muerto, le di un par de palmaditas en la cara luego del desenbuche — Por favor hermanillo, despierta...  — Me mordí un poco el labio ¿por que sabia a sangre? no, no, no, no... Emmet tiene que despertar... lentamente las palmeadas se transformaron en chachetadas — CHUPACABRAS. — Escuche un grito, mire a mi alrededor... cadáveres... partes de avión quemándose... — Joder, joder... vamos Emmet... vamos y-yo te llevare y estarás bien... — Sonaba desesperado y lo estaba, mi bendito hermano estaba desmayado y acabamos de sufrir un accidente aéreo

Del apuro y de los nervios no pude ni desabrochar mi cinturón.

Estaba haciéndome mierda ahí todavía, las manos no paraban de temblarme y el bendito cinturón de seguridad no quería cooperar — Ayuda... ayuda... — Es obvio que por eso siempre repiten que no hay que perder la calma, cerca mi asiento había una mujer, le observe suplicante — Señora por favor ayúdenos, mi hermano no despierta y no puedo quitarme el cinturón en serio señora por favor ayuda creo que esta grave no reacciona ¿eso es malo? ay mierda, ay mierda, ay mierda... — Se supone que este seria el viaje perfecto, se supone que ambos iríamos al mejor viaje de nuestras vidas... ¿Debí escoger otro vuelo? ¿Debí llevarlo a otro lugar? Ay carajo mate a mi hermano...

-----------------------
Off: La señora que Lucio menciona al final del post es el pj de cherry, si bien se supone que la llama a ella bien otra persona puede intervenir (a menos que shirly llegue al rescate hehe)

 
▷▸Avión Estrellado → Suelo de la isla. ◂◁
{ Con: Dos señoritas y dos caballeros. }

Te gustaría ser una fuente de esperanza para otros ¿no?

Se levantó de mala gana y bebió una, dos, tres tazas de la infusión amarga, intentando retrasar lo más posible el momento en que tendría que cerrar el departamento y entregar las llaves. La noche anterior había guardado las cosas necesarias en perfecto orden, intentando con eso dormir temprano y evitar, a la mañana siguiente, despertar cabreado, pero de poco o nada había servido su anticipación pues ahí estaba, con el ceño ligeramente fruncido en una mueca de sueño,  una maleta sobria junto a la puerta y una cuarta taza de café en la mano.

Gruñó bajo y se levantó de la silla donde con testarudez había postergado lo inevitable, abandonando el departamento y mirando la hora en su reloj de mano, dejando salir una ligera sonrisa al comprobar lo sutilmente atrasado que iba, realmente no quería viajar.

 Bajó por el ascensor por comodidad de la maleta más que por gusto personal, y una vez fuera del recinto, con el papeleo burócrata terminado, pidió un taxi que lo dejaría en la entrada del aeropuerto atiborrado de gente; Sólo quedaba esperar.

Leyó para matar el rato, de modo que cuando estuvo dentro del avión y sentado junto a un perfecto desconocido (A quien sólo saludó con un movimiento de cabeza), continuó con la lectura, ignorando lo que sucedía a su alrededor, pero haciendo una pausa entre tanto para hacer un pequeño resumen mental de lo leído.

El vuelo transcurrió de forma aburrida, y aún con algunas páginas restantes, Alan cayó dormido con el libro sobre el regazo, en una posición demasiado erguida para sospechar que no fingía su somnolencia y solamente abrió los ojos alarmado con el timbre de preocupación de la azafata, que repetía aquella frase inverosímil.

—Por favor, todos los pasajeros con el cinturón de seguridad y no salgan de sus asientos, estamos teniendo ciertas dificultades.—

Una mueca de incomodidad se plantó en su rostro y con cierta pesadez terminó de abrochar el cinturón. Inmediatamente después  confirmó de reojo que su compañero de asiento hiciera lo mismo; En caso de que ignorara la advertencia de seguridad, Alan simplemente lo obligaría o de paso interferiría por su cuenta, pero la actitud obediente del castaño, sumado a las turbulencias que empeoraban con cada segundo, impidió cualquier acción más allá que afirmar con fuerza el mango del asiento, sintiendo con cierta estupefacción lo que ocurría.

Alan apretó los dientes y cerró los ojos intentando mantener la calma, pero su mente le jugaba malas pasadas y la aparente serenidad que proyectaba se quebraba internamente con cada segundo y estruendo.  Había pánico, y un ligero deseo de levantarse surgió en un pensamiento fugaz, pero con los gritos y caída de objetos concluyó en lo inútil que había sido tal ocurrencia: simplemente necesitaba que la situación se recompusiera, después de todo era improbable que un avión cayera por esos días ¿No?

¿No?
...
Un último pensamiento de arrepentimiento pasó por su mente, antes de caer inconsciente con el golpe a tierra.

Despertó con la lentitud de quien ha pasado una mala noche: sentía sus músculos adoloridos, totalmente agarrotados, y un penetrante olor a humo y sangre llegaba hasta sus sentidos en una desagradable combinación que alertó y terminó por despertar al ruso. En un auto reflejo pasó una mano por su rostro, intentando disipar el odio matutino que lo abatía cada vez que salía del sueño, pero en lugar de la habitual pereza, sintió un ardor del demonio en la mejilla derecha, y un metálico gusto a sangre en la boca: Un superficial corte sangraba desde su pómulo hasta la comisura de sus labios, dónde otro golpe hacía sangrar a su vez el labio inferior.

Miró su mano ensangrentada con cierta desazón por su propio daño, pero no fue hasta que levantó la vista a su alrededor y se encontró con el primer cadáver mutilado que reaccionó perplejo, con un nudo en la garganta amenazando con quebrarlo por completo. Intentó hablar, pero carecía de palabras para expresar su desazón y fue un ronco gruñido el único sonido que logró emitir: Estaba enfadado, y excesivamente desorientado como para reaccionar.  No podía sino mirar a los cadáveres con incredulidad ¿De verdad había sucedido el accidente? Quizá sólo estaba soñando... hace unas horas había estado en el avión y …¿Cuánto…? ¿Cuánto tiempo llevaba ahí?

Volteó la mirada con lentitud para con el hombre que iba a su lado, intentando descifrar su estado. Sonrió bajo al verle respirar: Al menos estaba vivo, y según comprobó una vez concentró la atención en el resto del desastre no eran los únicos sobrevivientes.

O seres vivos en general. 

Alan frunció el ceño al notar lo que para él eran unas mierdas de colores en la zona que el fuego aún no consumía —…Ч..то э́то?—Se preguntó extrañado, pero aún demasiado débil como para estresarse por eso. Apoyó su cabeza contra el respaldo del asiento cerrando los ojos y pasando una mano en su frente,despeinando el flequillo e intentando entender qué demonios había sucedido pero también,  procurando mantener la calma.

Levantó la mirada y se desabrochó el cinturón con cierta tosquedad, intentando identificar desde dónde venían las otras voces, alzó una ceja mirando al sujeto del lado y aun cuando había considerado acercarse primero al grupo que discutía quién sabe qué mierda, optó por hablarle al teñido que seguía durmiendo…—No es momento para dormir, estúpido—Habló con tono cansado, no obstante y pese al insulto, sonó como quien juega al respecto... ¿Debía hablarle en inglés? hng—Are you okay?—Preguntó sin demasiado interés, con un aire más bien aburrido, apoyando nuevamente la cabeza en el asiento, pero volteando el rostro con cansancio hacía el paisaje en ruinas. Miró el camino que arrastró el avión por tierra, y entre el desastre sonrió con sorna por lo patética de la situación.

 

Casa de su tía ≈ El Avión ≈ Cerca de los chicos auxiliados
¿Una isla?
Con: Nadie || Gente que queda dentro del avión
❌ ❌ ❌ ❌ ❌

Su mañana fue normal, era su último día en la casa de su tía, la cual fue una estadía hermosa y se alegraba de tener una tía tan buena como esa. Ay, su tía, no la reemplaza por nada. Sus maletas ya estaban en el taxi que había ordenado su tía para el aeropuerto, qué servicial, tal vez era su amante algún conocido de antes. Qué bello, qué hermoso era todo. Se despidió de su tía por última vez y abordó el carro que la llevaría a su destino.

Se había dormido en el camino, no creía que la casa de su tía estuviera tan lejos del aeropuerto, pero no estaba retrasada, siempre llegaba temprano a los lugares, fuera cual fuera la situación. Amablemente el amante amigo de su tía le llamó por su nombre para que despertase. — Señorita, hemos llegado — El tipo dijo en un tono no tan alto. Serena se levantó como Aurora después de que el Príncipe la besara… no de la misma manera, ni el mismo lugar, pero algo así fue como se levantó. Le pagó lo indicado por llevarla hasta el aeropuerto y, en la entrada le ayudó a bajar sus maletas. Había llegado al fin, tal vez tomaría otra siesta dentro del avión.

Ya estaba en el avión, sentada en uno de los primeros asientos, eran muchas personas distintas, todas iban al mismo país, qué diversión. Lo primero que debía pensar al tocar tierra americana era: hospedaje. Tenía euros, así que podía manejarse fácilmente en el territorio yankee. Sacó su MP3 y sus auriculares; era hora de tomar la segunda siesta. Se colocó cómoda y colocó unas canciones tranquilas para dormirse rápido.

Todo estaba pasando normal.
¿O no?

Se despertó del tiro al sentir una turbulencia horrible en el avión, ¿qué estaba pasando? Luego de un minuto escuchó la voz de la Aeromoza por el parlante:

—Qu'est-ce qui se passe?*— Se preguntó a sí misma, mirando a los lados, notando las caras preocupadas de los pasajeros… ¿por qué había turbulencia? Oh, cierto, el principal problema de las turbulencias era el tiempo. Se estaba nublando su mente. Abrochó su cinturón de seguridad y… luego pasó.

Maldecía como loca en su mente, no se imaginaba que moriría de esta manera… menos en un día tan especial como ese. Rezaba como si fuera una de esas personas cristianas al cien por cien. De un momento a otro perdió la conciencia por ese repentino golpe… eso dejaría secuelas.

Estaba… ¿muerta? No. Aún respiraba, sí, aún estaba viva, solamente estaba inconsciente. Ya no era una siesta normal… tardaría unas horas en despertar. ¿Despertar dónde? Tal vez en un lugar que no estaba en el mapa… sí, debía tener esperanzas de que no caería en el mar… cosa que era lo más seguro.

Todo se estaba desmoronando y ella aún no despertaba. ¿Qué hizo para merecer eso? Qué desgracia.

Despertó, aún con sus auriculares puestos, pero su teléfono estaba apagado, ¿ya se había acabado la batería? Demonios, de igual manera no le servía de nada. Trató de quitarse el cinturón, pero éste no salía. Se estaba asustando; pasó a pedir ayuda al que estaba a su lado…

Estaba muerto.

Su cabeza le dolía, también parte del cuello, ese golpe no fue nada normal. Estaba teniendo una migraña, el dolor era incesante.  A la final logró quitarse de encima el cinturón de seguridad. Al levantarse, con una mano en su cabeza, miró a la última fila… la mayoría de los puestos vacíos… el avión sin cola… y gente “inconsciente”. No pudo evitar jadear de dolor y desmayarse nuevamente. Se había golpeado con el suelo, eso tal vez le quitó el dolor de cabeza… o tal vez no.

Volvió a despertarse y, ya la mayoría de los asientos estaban vacíos, ¿había sobrevivientes? Gracias a Dios. Se levantó con dolores musculares, pero al menos la migraña desapareció; gloria. Avanzó lento por el pasillo restante del avión, pudo divisar un terreno fuera del metal del avión, pero detuvo su paso, no sabía donde estaba… no quería salir. Dio media vuelta y… escuchó un grito… ¿qué?

Rápidamente se alejó de la salida del lugar y se sentó en el suelo, luego volteó a ver a la… el… ¿Eh? Chico ó chica, de pelo albino. — Yo… tengo algunos rasguños — Dijo, para luego acercarse a él/ella, mostrando algunos rasguños leves, pero con algo de sangre de sus brazos. Luego miró a la chica pelinegra, la cual estaba auxiliando, junto a la persona albina, al chico que estaba con el otro… qué demonios. Lo vio, parecía estar inconsciente también. — Esto, disculpen… ¿es en serio eso del… ch-chupacabras? — Tenía temor de salir, y ahora más si se encontraba un ser como ese… es temerosa, y siempre se ha creído las historias de miedo que algunos de sus amigos en Francia le contaban. Demonios, ahora en estos momentos deseaba no haber tomado dicho vuelo.

Se quedó por un momento más perdido en la nada hasta que algo se apoderó de su mente. Una cosa específica se hacía presente: buscar su mochila.

Ignorando todo lo que sucedía a su alrededor, se encaminó hasta los restos del avión. Ahí comenzó a buscar levantando escombros, moviendo cadáveres, ensuciándose con sangre y tierra. Realmente no tenía nada más en la cabeza.

No se detuvo, hasta que dio con él. Se sentó en el suelo registrándolo. Todo estaba prácticamente en su sitio. Su teléfono se había destrozado y su computadora, a pesar de las protecciones se había dañado un poco, pero era funcional, por lo menos para escribir.


Respiró más calmado luego de un momento. Se colgó la mochila al hombro y se decidió a buscar algo que pudiese servirle. Pensó un poco antes de hacerlo puesto que volver a buscar entre cadáveres…




Observó sus manos  con algo de temor, temblaba. Había movido y tocado a personas que habían muerto, se había manchado las manos con sangre y no le había importado. Cerró sus puños sin dejar de observarlos. Apretó la quijada. ¿Qué se suponía que hacía? Había visto a personas morir de forma horrible cuando era niño y a veces aun soñaba con eso, pero ahora había sido capaz de mostrarse completamente frío con el asunto ¿A caso era un monstruo? Posiblemente.


Levantó la vista. Observó el lugar buscando algo que le sirviese para transportar alguna cosa, su mochila no sería suficiente. Cogió un bolso deportivo de tamaño medio, lo vació tirando todo al suelo y dio el primer paso en dirección a la cabina, ya que ahí debía estar uno de los galley del avión en buenas condiciones y quizás el bar móvil y algún carrito de comidas.


A paso rápido llegó al lugar. Las auxiliares estaban al igual que el resto de los pasajeros muertas. Mika se cubrió la boca con una de sus manos pero la quitó rápidamente, la sensación viscosa que sintió le provocó asco y algo de nauseas, y no era momento para eso.

Movió la manilla de la puerta que daba al galley ejerciendo fuerza contra ésta, una vez… luego otra y finalmente empujó golpeándola con su cuerpo sin medir la fuerza que estaba utilizando, lo que provocó que la puerta se abriera de golpe perdiendo el equilibrio precipitándose al interior y dándose de lleno en el estómago con el bar móvil.


Se quedó inmóvil por un momento dejando que el intenso dolor de aquel golpe que estúpidamente se había dado recorriera por completo su cuerpo. Primero entumeciéndolo y luego dando paso al verdadero dolor. Se incorporó con dificultad para sentarse en el piso de la aeronave sin el más mínimo control de su cuerpo.

Inhalo y exhaló con dificultad intentando recuperar el aliento y la voz para soltar cuanta grosería se le venía a la cabeza pero fue solo un intento inútil.




Se levantó una vez que el dolor desapareció casi por completo, de seguro en breve tendría un lindo hematoma como recuerdo. Frunció el ceño pero continuó con lo suyo, después de todo su propósito en el lugar era otro (?)


Buscó primero dentro del bar móvil, tenían botellitas de alcohol y pequeños souvenirs, los metió dentro del bolso y continuó recogiendo botellas de bebida, agua, snacks, y la comida que había permanecido sellada, la que no era mucha. Todo lo que encontró que podía servir lo metió dentro del bolso.
Unas cuantas botellitas de alcohol las guardó en su mochila para momentos difíciles (?) ya estar ahí sin saber nada era terrible, y comenzaba a preguntarse qué sucedería después.




Salió de lo que quedaba del avión cargando con algo de dificultad y pereza en bolso con las cosas que había logrado recuperar. Arrastró los pies hasta que dejó de moverlos. Se detuvo no muy lejos del lugar donde estaba momentos antes y dejó que el bolso tocara tierra. Segundos después lo hizo él. No tenía apetito, por lo que no tomó nada de lo que había en el interior. Más bien se dedicó a observar al extraño ser que chupaba una cabra como si de una cajita de leche se tratara (?)

Por los gritos y voces que había logrado rescatar dentro de lo que había ignorado, se había dado cuenta que no era el único con la mente fumada. No era posible que todos imaginaran/alucinaran lo mismo, pero aún le costaba trabajo aceptar que lo que contemplaban sus ojos fuese real.


Se encontraba bastante mareado, pero pedir ayuda no era lo suyo. Se llevó ambas manos a la cabeza intentando contener el fuerte y punzante dolor que comenzaba a propagarse por la misma. Mientras presionaba se percató de algo. Una extraña sensación de cosquilleo recorría su cabeza. ¿Estaba mojada…? Quitó sus manos para observar sus dedos y palmas. Sangre… ¿Suya? ¿De otros?


Tragó grueso llevando nuevamente sus manos hasta su cabeza tocando con cuidado hasta que por fin encontró algo: tenía un corte.  Su rostro reflejó una mueca de dolor al encontrarla. No sabía desde cuándo había estado sangrando, pero… supuso que la sangre que tenía sobre la sudadera en gran parte debía ser producto de aquella herida.


–Lois...tava…* –
Exclamó por lo bajo cerrando los ojos molesto. Ya no quiso levantarse, no moverse sería la mejor solución en caso de que no fuese solo un corte. Acercó sus piernas hacía su torso para luego apoyar ligeramente sus antebrazos sobre las rodillas y sobre éstos recostar su cabeza cargando el peso en su frente.

OFF: *FINÉS: Esplendido, genial, perfecto, etc... (?)

┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉
『 AEROPUERTO 〆 In the middle of nowhere?! 』

┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉ ┉

— For God's sake, Ryan, I swear to god you're the most useless person in the WHOOOLE world. If I get late for that goddamn meeting, trust me, I'm gonna get you fired AND then end you at the second I see you, you hear me?! Geeeeez!* — el más joven de los Jenssen decidió finalizar la llamada con el gringo de forma súbita, marcando el botón de declinado en su teléfono sin siquiera tomarse la molestia de despedirse adecuadamente de la persona al otro lado de la línea, o, aquel que se encargaba de todas sus necesidades, agenda y acomodación por no mencionar quien se aguantaba sus berrinches diarios cuando se trataba de viajar al extranjero: su niñera mánager.

Chasqueó la lengua en un gesto  de fastidio al verificar la hora que su reloj de pulsera marcaba como actual.

Suspiró de forma pesada al mismo tiempo que abrigaba sus manos con la tela de los bolsillos en su suéter y presionaba sus párpados por unos breves instantes en la búsqueda del alivio para el ardor en sus agotados ojos. Decidió, de momento, tomar asiento en alguna parte del aeropuerto hasta que se le llamara para abordar su respectivo vuelo para descansar.

Axel estaba exhausto y su temperamento bastante irritable, esto porque -obviando que la terrible ansiedad que experimentaba a la hora de volar no le permitía ni pestañear con tranquilidad- no era el primer vuelo que abordaba ese día, y, para rematar, había tenido la necesidad de comprar boletos para un viaje diferente al que había reservado con anterioridad. Iba a llegar CON RETRASO a su destino, y por lo tanto, a una importante entrevista que muy posiblemente encarrilaría su carrera deportiva a un nivel superior. Y todo por ese jodido mocoso inútil que nada hace bien.

—   Jeg vil knekke deg, Ryan.*

Murmuró entre dientes, para sí mismo.

. . .

Recorrió la zona comercial del aeropuerto para adquirir chicles y calmantes como si los regalaran, porque bien sabía que los necesitaría y no de a poco. Así pasó el tiempo restante hasta que escuchó:

Tragó grueso. 

. . .

Una vez abordado el avión, el deportista se mantuvo firmemente cabizbajo, al punto de que se limitó a alzar la mirada una única vez, con tal de conseguir su asiento correspondiente; el cual se le había indicado en su boleto.

Se repetía una, otra vez, y una más por si acaso para confortarse a sí mismo.

Temblante y tan encorvado en su asiento como el exageradamente ajustado cinturón de seguridad se lo permitía, semejaba en compostura a un frágil chihuahua 

¿Y los malditos calmantes? ¿No pensaban hacer efecto?

El noruego pasó las horas siguientes frotando incesantemente sus propios brazos con las manos, encogido en su asiento, buscando liberar tensión con ese movimiento continuo. Estaba consciente de que si se atrevía si quiera a alzar la mirada se marearía y probablemente se le bajaría el azúcar junto al resto de los valores médicos. Apenas se salió de su mundo para cuando la persona que ocupaba el asiento a su izquierda, apareció, haciendo lo que parecía un extraño ritual de limpieza sobre el asiento, cosa que provocó que el rubio le mirase con sutil extrañeza por lo bajo. 

Ay, pobre Axel, al menos el chico estaba convencido de que no era necesario mantener su actitud “cool” aquí. Es que no tendría que ver a esta gente por segunda vez en su vida, así que ¿Para qué? Digo, si alguien conocido lo viera en su más patético estado… ¿Qué sería de su reputación?

Sí, estaría jodido. Vivía de su falso personaje al que él mismo interpretaba. Al súper intrépido snowboarder que podía bajar pendientes que para otros representaban un suicidio. Mmhm, se sentía orgulloso pensando en ese Axel.

....................

Y es que Axel se dio cuenta tan inmediatamente como el más mínimo movimiento sospechoso marcó presencia de que el avión estaba presentando turbulencias.

Cómo odiaba esa palabra, como odiaba el hecho de que se considerara algo "normal" en un vuelo común; como si de por si ya no estuviese lo suficientemente asustado. 

¿Es que acaso el mismo dios que le había dado tan bonita cara lo odiaba ahora? Quién sabe, quizá también sufría de bipolaridad. 

Contuvo el aliento y cerró los ojos para concentrarse: debía convencerse de que pasaría rápido o empezaría a hiperventilar dentro de una bolsa de papel.  

El rubio abrió los ojos de golpe en reacción a lo que acababa de escuchar. 

Alzó la cabeza de entre los asientos rápidamente, permitiéndose así presenciar el trágico espectáculo en frente de él: gente gritando, sollozando y encogida en su asiento, presas del pánico colectivo que estaban experimentando. 

El avión estaba cayendo, y a una asombrosa rapidez que él mismo podía corroborar gracias a la vista de las nubes que le proporcionaba la ventana. 

Pensaba, tan histérico como era posible.

No pudo gritar si quiera, estaba tan paralizado por el miedo que lo único que pudo hacer fue esbozar una sonrisa nerviosa mientras sus labios, manos y mentón temblaban sin cesar.

Este era el fin. Su fin.

El impacto lo noqueó entonces hacia la inconsciencia.

Emitió un quejido, quería abrir los ojos pero la rigidez que se adueñó de sus extremidades era tal que hubiese querido continuar sin moverse por largos minutos: dolía, todo le dolía como si hubiese recibido una paliza recientemente. 

Había calor, demasiado calor para su gusto, lo sentía como si una fogata lo estuviera emitiendo tan cerca de él que acariciaba la posibilidad de que pudiese quemarlo. Odia el calor con toda su voluntad y siempre fue así, por lo único que tenía en la cabeza era quitarse la sensación. 

Asimismo , el olor a cenizas y a ¿humo? comenzaba a inundar sus fosas nasales, causando que tuviera la necesidad de toser: más demandante a medida que el humo se volvía más denso. 

Entreabrió los ojos tanto como su estado de debilidad se lo permitió, y así también se permitió toser. Sus ojos se consiguieron entonces con un desastre: escombros, maletas, partes metálicas, gente herida y cadáveres por todas partes, todo esparcido por el piso de lo que solía ser un avión de primera clase perfectamente intacto.

La escena, al ser ágilmente asociada con la previa a su desvanecimiento tal cual un flash, le proporcionó al extranjero una especie de estímulo de adrenalina que le hizo reaccionar de una vez por todas. Se impulsó hacia atrás mientras cogía una gran cantidad de aire, dejando que su espalda se apoyara en el asiento para, acto seguido, comenzar a inspeccionar su entorno en vivaz desesperación. ¡ES VERDAD! El avión se había estrellado.

Sus manos trataron, en un fallido intento, de encargarse del cinturón de seguridad que lo aferraba con firmeza a su asiento, pero es que temblaba tanto que se le hacía imposible cumplir con la tarea. Frustrado, fue por su otra gran preocupación: se llevó las manos al rostro para comprobar su estado y su segundo peor temor se volvió realidad: SU ROSTRO su perfecto e irrepetible rostro estaba herido y probablemente mallugado, con sangre en él, su sangre. 

Los ojos de Axel se posaron de inmediato en el portador de esa voz. Ay no. Ay no, no, no ¿Qué idioma era ese? No lo conocía.

Su atención se encontró al extraño joven que se había sentado a su izquierda, el cual aún no despertaba de su letargo. Parecía que intentaba despertarlo no estaba logrando su objetivo.

Miró hacia otro lado, hacia atrás sólo para encontrarse con una escena aún más terrible de lo que pudo haberse imaginado jamás: la parte trasera del avión estaba...no, no estaba y eso era todo. 

Sus pupilas se contrajeron de tal manera que su expresión se vio caricaturesca, y pudo haber jurado que un grito bastante femenino se hubiese escapado de su garganta si no fuera porque lo ahogó audazmente al tragar saliva.

Había un nudo en la garganta de Axel que le impidió la comunicación al instante, y por lo tanto, la llamada de auxilio. Desabrochar el maldito cinturón representaba una tarea imposible de realizar para él, por lo visto. 

La quijada seguía temblándole sin parar, eso influía entonces en el timbre de voz del joven noruego, que sonaba tan agudo como quebrantado. 

Había oído ahora que el tipo al lado de su compañero hablaba inglés, por lo soportó la súplica que recién había vociferado con una mirada que rogaba de igual forma. 

Estaba rogando. A un desconocido. ¿Qué tan patético era eso?

Respecto a la actu, ¿por que teletubbies? Me parece gracioso y tengo un problema mental (?
Y ah. Lo siento para que aun no postearon, esperé mucho :'l

⇏ Aeropuerto  ⇎ Vuelo ⇎ Isla Desconocida ⇍

ℂon:

 ╭ ╮ ╭ ╮ ╭ ╮
╰ ╯ ╰ ╯ ╰ ╯

 ╭ ╮ ╭ ╮ ╭ ╮
╰ ╯ ╰ ╯ ╰ ╯

 ╭ ╮ ╭ ╮ ╭ ╮
╰ ╯ ╰ ╯ ╰ ╯

— #cf8494 —
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
→ Isla desconocida
☀ Con todos.
— — —

— Calmate Gilipollas. — Intervino mi salvadora, que luego de darme unas leves palmaditas (que debieron ser cachetadas) pude tranquilizarme un poco; me quede quieto como estatua mientras ella desabrochaba mi cinturón de seguridad, habría preferido que auxiliaran rápidamente a mi hermano antes que a mi ¡QUE ESTA MUY GRAVE! aunque antes de que pudiesen darle una mirada a Emmet ellas se escondieron entre los asientos alegando algo acerca de un monstruo.

Así que como persona curioso alse la mirada observando los alrededores y ay... la puta que me pario qué era esa cosa.

-Seu hermano parece respirar y a la misma vez hacer bien el papel de un inconciente...- El peculiar acento de la muchacha me llamo la atención, aun así visto desde los ojos menos nerviosos de una latina que no estaba inundada de pánico (como lo estaba yo) podría significar que realmente estaba bien y yo exageraba un poquito de mas la situación.

Lleve ambas manos a mi cara, vaya que me puse rojo de la vergüenza.
Lo siento, Emmet.

— Perdón pero… Yo podría ayudar. — Una tercera voz se hizo escuchar, me saque las manos del rostro, seguramente me debería ver como uno de esos niños cuando esta a punto de llorar y para de hacerlo gracias a que sus padres hacen boberias buscando detener el llanto — Tu hermano parece estable… — Observe fijamente los ojos color esmeralda de... entre tantos nervios creo que no podía asegurar si hablaba con un chico o una chica, así que tan solo esboce una sonrisa ladina llenisima de agradecimiento y asentí para no decir nada (?)

Ahora la cuestión seria averiguar como despertar a mi hermano... lo mire por unos segundos y le solté otra cachetada de las buenas, mientras tanto otra chica se había unido al grupo, la había escuchado detrás de mi en cuanto empece a buscar maneras de despertar al otro Noir que me acompañaba... dando como ultimo recurso pellizcarle los pezones.

— Esto, disculpen… ¿es en serio eso del… ch-chupacabras? — ¿Acaso se refería a la cosa extraña que vi...? Eso no podía ser real... s-se supone que el chupacabras es de mexico o uno de esos países donde el diablo tiro al toalla... — Ve-Venga, seguramente debe ser algún tipo de animal exótico de la zona...¿Vosotros en serio creéis q-que puede ser un chupacabras? — Le respondi a la muchacha, la cual... era bastante guapa, daba pena verle los brazos llenos de cortadas... oh... tocando el tema de la sangre... lleve la mano a mi nariz y al tocar algo viscoso que no podían ser mocos no hizo falta saber que iba por ahí con cara de gilipollas y una linea de sangre saliendome de las fosas.

A la mierda la imagen personal, lo primordial en estos momentos era buscar ayuda. Aunque la comunidad seguramente debió haberse alarmado al ver un avión cayendo en esta zona... lo bueno es que por nuestra parte ya nos habíamos reunido varios de los sobrevivientes y no había nadie mas emproblemado — A-aa...a...h-help...me...p-please...I c-can't... — A algunos pasos... otro grupo de tres chicos parecía también despertar. El único que se encontraba de pie parecía buscar darle ayuda al que.... ¿estaba ese chico desmayado también? bueno... el que se encontraba a un lado también tenia problemas con su cinturón.

Sintiendo empatia por el chaval que luchaba con su cinturón decidí ir a ayudarlo, a juzgar por como pidió ayuda en ingles supuse que lo mejor seria responderle de la misma forma — Eh, tranquilizate tío, se que no mola estar atado pero venga que te ayudo a zafarte. — Mi ingles era bastante bueno, una que otra palabrita se me oía extraña pero de resto esperaba que me hubiese entendido. Me agache frente a él y comencé a desabrocharle el cinturón... y es que vaya, ojala estas cosas fuesen mas fáciles de quitar que de poner — ¿Como esta el otro chaval? Si esta desmayado cárgalo hacia el grupo... creo que allá fuera hay un animal peligroso y es mejor ir juntos... o sino habrá que echar ostias por si esto se pone aun mas peligroso. — Mi cuello no daba para poder alzarse y ver a la cara a la puerta de cabello rubio que si no era de descendencia alemana o rusa entonces tuvo mucha suerte con la genética. Ya cuando parecía haber acabado con el cinturón (de Axel) me levante y tome al chico por las manos para levantarlo y queeeeeeeeeeeee... aun tenia el cinturon puesto, pero de qué forma era posible que siguiese abrochado si se supone que yo se lo quit—

— QUE SOY UN PRINGAO, OH LO SIENTO. — Habría que comenzar a de verdad calmarse y hacer las cosas con calma, le había quitado LA CORREA DEL PANTALÓN en lugar del cinturón — . . . — Pues que mas, rápidamente busque el verdadero cinturón de seguridad y se lo quite, sin decir nada mas me volví con el grupo donde estaba Emmet, vaya Lucio, te estas luciendo de manera increíble campeón.

— ¡Dejen de jugar y salgan! — ¿Acaso ya era seguro salir? Confiadisimo di algunos pasos hacia afuera y paso lo que nunca creí que pasaría, hice contacto visual con aquella criatura que... que por muy exótica que fuera realmente nunca había visto algo similar y antes de que cayera desmayado esta huyo como si fuese un cachorrito asustado.

— Díganme que esto es verdad... — En ese momento note que lo que aquella criatura parecia estarse comiendo era... una oveja con lana multicolor...

  

En ese momento otra criatura llamativa hizo acto de presencia... un búho de gran tamaño el cual me hizo cuestionarme si no habíamos caído en áfrica o en alguno de esos lugares extraños donde dicen que los caimanes gigantes negros son tan comunes como las hormigas. Lo que sucedió después de que el ave descansara en el suelo cerca de nosotros no lo puedo recordar, de pronto y sin preparación alguna parpadee y cuando caí en cuenta me encontraba parado en un circulo junto a los demás, donde se supone se encontraba el Búho gigante había un papito hombre con una lanza y el animal... echaba chispas tal cual maquina.

Las cosas extrañas no paraban de suceder, peluches con vida empezaron a atacar personas disfrazadas como los picapiedras que parecían intentar protegernos de ellos porque casualmente se pusieron frente a nosotros (tipo pared humana) y... y... y... y...

— ¡¿ESTAS DE COÑA?! — Exclame, esto era suficiente,  quizás todo este asunto del accidente, el chupapollas, las ovejas color banderita gay, el búho que podía ulular y las demás cosas sin sentido eran algún sueño raro o es que simplemente acabo de superar la barrera de la alcoolizacion y estoy consciente en mis alucinaciones, tan confundido y a la vez asustado me encontraba que me abrace a la primera persona que tuve cerca ¡alguien que me diese pastillas para dormir y me deje despertar de una vez por todas!

----------------------------
Off: DIOS SANTO ESTE POST ME QUEDO ENORME NUNCA MAS VUELVO A INTERACTUAR CON MAS GENTe mentira este post me encanto y aunque se que debe tener super typos valió la pena el esfuerzo de escribir tantas tonterias (?)

Los diálogos subrayados son cortesía de traductores Lucio y obviamente on rol quieren decir que mi rubio habla en ingles (;

ALSO AL FINAL CUALQUIERA PUEDE SER LA PERSONA QUE LUCIO ABRAZÓ 1313

▷▸Avión Estrellado → Peluches ¿¿Telettubies?? ◂◁
{ Con: Todos.}

— QUE SOY UN PRINGAO, OH LO SIENTO. —  

Qué esta pasando.

¡Abasho!

Y recordaste.
Mucho.
Tu trauma
CON LOS MALDITOS TELETTUBIES.  

Molesto… así se sentía. Al igual que un tanto frustrado. No sabía dónde estaba, no sabía si el radio del avión funcionaba, y estaba herido. Pero tenía que ser positivo ¿no? Siempre lo había sido, había estado en circunstancias donde su vida corría riesgo y aun así no había perdido la esperanza. No tenía por qué perderla ahora. Todo saldría bien ¿verdad?


Se quitó la sudadera quedando solo con una camisa de color gris clara  sobre una camiseta de manga larga de color negro. La dejó en el suelo y buscó una botella de agua entre las cosas que había recolectado. La abrió y bebió un poco, luego limpió sus manos y su rostro para secarse con el interior de aquella sudadera. Finalmente mojó su cabello con el agua restante y lo acomodó hacia atrás dejando ambos ojos al descubierto.


Debía darse fuerza y pensar en alguna cosa. Volvió la mirada al frente notando que esa cosa extraña ya no estaba ahí. Se giró un par de veces “buscándola” confundido. Realmente había sido una alucinación producto del golpe (??)
Se puso de pie y sacudió su ropa “limpia”, más bien sin sangre y se dispuso a acercarse al grupo a ayudar si era necesario. Tenía que aprender a trabajar en equipo por más molesto que le pareciera. Dio un primer paso y un sonido llamó su atención.

Se volteó a ver que ahora frente a él, frente a ellos se presentaba un raro búho, raro porque era bastante grande. A los ojos de Mika era como si hubiese encontrado un gran tesoro, sería que el Búho corredor gigante no se había extinguido. O quizás era un simple Búho real, pero no era tan tarde como para poder avistarlo… y suponía que tampoco el lugar…



El azabache se le quedó mirando por unos segundos. Sin ningún control de su cuerpo comenzó a caminar hacía el animal al igual que los demás sobrevivientes. Pero aquella hipnosis se rompió cuando una lanza atravesó el cuerpo de aquella ave que ahora podía notarse que era mecánico por el sonido que se escuchó al caer y por las chispas que lanzaba.


Los ojos del moreno se abrieron por la sorpresa pero luego se llenaron de decepción al percatarse de que aquella ilusión se había roto y que no era un animal real y peor aún llenándolo de preguntas acerca de lo que acababa de presenciar, pero… había algo más… ahora estaban rodeados de ¿peluches? Si, peluches de todas formas y colores. Y lo peor…vivos… Mika podía oír y sentir su respiración.



Nada de eso… Mika estaba nervioso, sin poder entender nada de lo que sucedía, se sentía como un idiota, y su forma de pensar no lo ayudaba en nada sino, todo lo contrario lo confundía cada vez más… intentar darle una explicación lógica a algo que ciertamente no lo tenía ¡era una locura!.


Ahora todo lo que sucedía estaba en cámara lenta para el joven. Un extraño saltando sobre el búho, los peluches moviéndose, más extraños protegiéndolos, una batalla de peluches super fuertes contra humanos… No recordaba haber bebido nada o haber tomado algún medicamento antes de subir al avión… había comenzado a temblar...

Pero eso no era todo… Mika cerró los ojos y se cubrió los oídos al escuchar esa melodía, esas voces, todo esto era demasiado… odiaba el ruido, lo odiaba con todo su ser... comenzaba a sentirse asquerosamente mal... peor que antes...




Escuchó y luego sintió que alguien lo rodeaba con sus brazos… Tragó saliva… por unos segundos se preguntó qué o quién lo había abrazado. Internamente rogaba que fuese un ser humano y no una de esas cosas que cantaban esa empalagosa canción. Bajó las manos que cubrían sus oídos y abrió lentamente los ojos para contemplar que era un chico de cabello rubio el que lo abrazaba fuertemente.


Respiró aliviado… jamás imaginó que estaría feliz de que un extraño lo estuviese abrazando. Pestañó un par de veces y luego un pensamiento, más  bien un vago grito lo hizo reaccionar “No dejen que se les acerque”. No sabía a quién era dirigido pero sabía que aquella advertencia bien podría tomarla.


– ¿Estas bien? –*
Preguntó al chico intentando llamar su atención para que lo mirara.

– Tenemos que salir de aquí... de algún modo... –*
Agregó en voz baja dudando de lo que acababa de decir. El problema en todo esto era el ¿Cómo? Mika no sabía que rayos hacer. Los chicos que habían aparecido de la nada tenían armas, pero él solo cargaba su mochila con cosas aparentemente inútiles en este lugar… Quizás podrían embriagarlos (??) tenía una botellitas de alcohol en la mochila… aunque… quiso quitar esa idea de su cabeza pero todo era demasiado extraño en ese lugar…

Luego volvió la mirada al chico esperando que lo soltara. A pesar de que lo negara lo tranquilizaba bastante tener a alguien cerca (?).

– Realmente no bebí ni tomé nada antes de subir al avión –*
Comentó en voz alta más bien para sí mismo intentando tranquilizarse pero no sirvió de nada…

OFF: *Está hablando en inglés.

[…]

[.     .     .]