Clase Nº2.- La persona gramatical en el rol

welp como me encontraba sin trabajo y quería tener color en mi nick soborné a Shue y ahora soy maestra aquí (^;

Clase Nº2.-  La persona gramatical en el rol

Vale, como todos saben o deberían saber según las reglas generales para rolear desde el inicio del rol,  se debe decidir en qué persona gramatical se narrara:

La narración será en primera o tercera persona, eso ya es decisión suya, sin embargo, una vez que comiencen con un tipo de narración, no la cambien por otra, suele confundir a los rolers. Quiero decir, si comenzaron con primera persona, tendrán que usarla para jugar tooodo el rol aunque les revuelva el estomago. 

¿Primera y Tercera persona uh?  La pregunta es qué es eso, cómo se aplica a la hora de rolear con su personaje, y el efecto que que creará en el lector.
También me pregunto por qué no puso la segunda persona pero welp

☛ INICIAMOS LA CLASE ☚
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Se conoce como persona gramatical a la forma en la que está narrando lo escrito, teniendo tres diferentes opciones para hacerlo:

   

Primera persona: Dónde se aplica un YO en la narración, es decir se escribe desde el punto de vista del personaje, como si fuese tu historia y hablaras tu mismo.

▷ Es verdad, mis encuentros clandestinos con el grupo estaban mal catalogados por mis cercanos y parecía que sólo me alejaban de la vida de luz que compartía antes, pero ¿Cómo podría dejarlos? Si ya era parte de su familia, contaban conmigo y yo los necesitaba también.

En el ejemplo están en itálica los pronombres que ayudan a identificar la persona gramatical.

    Segunda persona: Se expresa basándose en un TÚ, dónde se narra la acción como si miraras lo que hace el personaje:

▷ Es verdad, tus encuentros clandestinos con el grupo estaban mal catalogados por tus cercanos y parecía que sólo te alejaban de la vida de luz que compartías antes, pero ¿Cómo podrías dejarlo? Si ya eras parte de su familia, contaban contigo y tu los necesitabas también.

Tercera Persona: Se caracteriza por estar escrita en un ÉL, como si un testigo de todo lo que sucede narrara una historia.

▷ Es verdad, los encuentros clandestinos de Roger  con el grupo estaban mal catalogados por sus cercanos y parecía que sólo lo alejaban de la vida de luz que compartíaantes, pero ¿Cómo podría dejarlo? Si ya era parte de la familia, contaban con el y Roger mismo  los necesitaba también.

Mi consejo es probar cual les parece más divertido de escribir! No se apeguen siempre al mismo, intenten ver en cual son mejores o cual les es más cómodo.

Creo que eso es todo :^0

☛ TAREA )^: ☚
Tendrán que usar los tres tipos de persona para redactor la misma situación:

Su personaje se encuentra en un funeral: ha fallecido su más cercano amigo.
(Un párrafo para c/d persona ;^) pueden escribir sobre el mismo pj o no, incluso pueden ponerle diferentes posturas frente a la situación)

Welp eso (^; si tienen dudas pregunten y si no quieren preguntar googleen (?)

Cett era un gran amigo… bueno, era mi único amigo, era un fumador, ladron y apostador, pero aun asi era mi amigo. Solia gritarme por no conducir como se debe, se robaba mis galletas del refri cuando no veía, nunca fue al hospital cuando me pegaron un balazo y…
Ha decir verdad ¡era un maldito! ¡que bueno que ya murió! Me voy de este entierro.

Cett era un gran amigo… bueno, era tu único amigo, era un fumador, ladron y apostador, pero aun asi era tu amigo. Solia gritarte por no conducir como se debe, se robaba tus galletas del refri cuando no veías, nunca fue al hospital cuando te pegaron un balazo y…
Ha decir verdad ¡era un maldito! ¡que bueno que ya murió! Te vas de este entierro.

Cett era un gran amigo… bueno, era el único amigo de lisa, era un fumador, ladron y apostador, pero aun asi era su amigo. Solia gritarle por no conducir como se debe, se robaba sus galletas del refri cuando no veía, nunca fue al hospital cuando le pegaron un balazo y…
Ha decir verdad ¡era un maldito! ¡que bueno que ya murió! Lisa se va de ese entierro.

El viaje a la funeraria transcurrió más rápido de lo esperado y en ningún momento la sensación de vacío anunció su partida mientras miraba por la ventanilla del auto como unas furiosas nubes ocultaban la luna y cualquier rastro de estrellas en el cielo, en su lugar exponiendo unos estruendosos y continuos relámpagos que parecían hacerme querer odiar mas al mundo en estos instantes.

Despediríamos a Nethan rodeados de la naturaleza, “para apaciguar más el ambiente” según decía mamá. Aunque nada suavizaría mi reacción al despedirme mentalmente de él, porque no es como si todos los días muriera tu mejor amigo o consiguieras uno de la noche a la mañana.

Cuando llegamos, un montón de sillas plegables color asfalto estaban esparcidas en un césped, rodeadas de unos cuantos pinos y arbustos con bayas. Y si, como mamá había dicho: estábamos en un espacio abierto y rural. Al lado del ataúd cubierto con una manta púrpura en donde supuse se encontraba Nethan, había un podio de oficina decorado con rosas negras, consideradas muy innecesarias por mi parte.

Cada persona presente se las ingeniaba para tener un turno privado con el féretro y se molestaban en lamentarse haciendo todo el ruido posible y consiguiendo que su llanto se esparciera por las personas que no se encontraban cerca de la urna. Buena táctica lo del aire libre.

Para cuando llegó mi oportunidad de hablar con un cuerpo sin vida y, quizás desahogarme como hicieron los otros, ahorré mis tremendas ganas de llorar para, en resumidas cuentas, susurrarle algo que solo sería capaz de decirle a él.

— El mundo continua sin ti, mas nada significará lo mismo — Saqué una fotografía del bolsillo derecho de mis vaqueros en donde aparecíamos el y yo y me las apañé para abrir el ataúd sin que mucha gente se diera cuenta para meter la foto allí dentro. — Estaré perdido quien sabe por cuánto tiempo… y esperaré a que, desde un lugar mejor, me enseñes el camino que me traiga de vuelta.

Cuando giré sobre mí mismo, pude apreciar algunas miradas indignadas por lo que acababa de hacer, cosa a la que no le di importancia y bajé la vista, dándome cuenta por décima vez en el día que había perdido a un amigo a quien consideraba un hermano.

Fuiste capaz de llegar a la funeraria a pesar del horrible tráfico que amenazaba con tenerte atrapado allí por horas, deseando no haber llegado cuando unos llantos femeninos te asustaron justo cuando cruzaste el umbral de la puerta de la sala velatoria.

El ambiente del lugar podías describirlo como funesto hasta el punto de que te parecía tedioso estar allí. No es como si fueras un insensible, solo no querías dedicarle unas palabras de despedida a Elliot con toda esa penosa gente perdiendo el control de sí misma y no dejando que tuvieras un momento de privacidad con quien había sido un colega muy cercano para ti.

Te sentía su muerte sencillamente por el hecho de que era el único con quien te la pasabas más en el trabajo y cabe mencionar, el que se ofreció a enseñarte el lugar. Desde el principio, fue muy atento contigo y no se quejó cuando le pedías favores en exceso, cosa que no paso desapercibida para ti y le cogiste aprecio con el pasar del tiempo.

¿Y cuál era la razón de que haya pasado a mejor vida? Un accidente de auto. Como si ya no se tuvieran los suficientes muertos por accidentes de auto en este mundo y no hubiera personas capaces de razonar y mantener una velocidad prudente en la carretera. Bravo por los conductores impetuosos.

Te las arreglaste para encaminarte hacia donde se encontraba el ataúd en lo que esquivabas a señoras de edad contando anécdotas del fallecido en un aspecto lamentable, hombres más altos que tu intentando poner una expresión de dolor mientras miraban hacia donde te dirigías y mujeres que parecían estar despechadas.

Cuando llegaste hasta tu objetivo, dejaste escapar un suspiro que bien mostró el agotamiento que sentías por el viaje. Apreciaste la foto encima del féretro rodeada de lirios blancos y acercaste la vista en lo que pretendías leer una frase escrita en la parte superior del marco de este.

Siempre serás parte de todos nosotros.

Volviste tu mirada al Elliot sonriente de la foto y comenzaste a sincerarte mentalmente. ¿La verdad? Te echaré de menos porque no hay dos compañeros como tú en este asco de mundo, pero luego recordaré que estas en un mejor lugar y se me pasará. Nada personal. Te agradezco cada pequeña cosa que hiciste por mí y aunque me hubiera gustado hacer más por quien me dio tan grata bienvenida, se que sabes que espero que el karma le llegue a ese conductor y le haga ser infeliz por lo que le resta de vida. Espérame en el cielo con un par de cervezas, amigo. Sonreíste de medio lado.

Volviste tu mirada hacia la multitud y dedujiste que algunos se veían más patéticos que otros. Hora de largarse de aquí. Te devolviste por el camino que recorriste hace unos instantes y saliste por la puerta, pensando si podrías dormir bien esta noche para enfrentar un día de trabajo mañana, sin él.

Bonnie se encontraba observando con una expresión neutral el ataúd de Cedric. Quien se situara cerca de ella podría a simple vista notar las abundantes ojeras e hinchazón en sus ojos, producto de recibir la noticia de que su amigo de la infancia, a quien consideraba que encabezaba la lista de personas que más significado tenían para ella, había cometido un suicidio hace 43 horas. El suceso le había impactado a tal punto de estar sin habla, casi como si su alrededor hubiese desaparecido y el profuso dolor en su pecho acompañado de sonoros sollozos fuera de lo que estuviera consciente, sintiéndose amarrada a este mundo sin su compañero del alma.

¿Había sido ella la causante de tan trágico hecho? No es como si no hubiera estado al tanto de la cantidad de presión a la que Cedric estuvo sometido durante meses. Aún recordaba aquel atisbo de desesperación en sus ojos, aquella silenciosa suplica que expresaba abiertamente y que manifestaba lo que cualquier palabra hablada hubiera podido transmitir: Ayúdame. ¿Qué había hecho ella para intentar que su vida no fuera, como era descrita por él, “miserable”? No cabía duda de que sentía un gran peso de culpa encima y no solo por haber sentido que su propia existencia en la vida de él fue inútil, si no porque, de hecho, si se le presentó la oportunidad de hacer algo por él, por muy pequeña que haya sido, el único inconveniente era que no disponía del suficiente tiempo libre como para planificar una reunión y dedicarse  a aconsejarle como debía de hacer, como hubiera hecho el si ella pasara por su situación.

Y ahora estaba justo aquí, observando un pálido rostro que no dejaría ver de nuevo esa mirada que rogaba por un corto lapso de felicidad, de tranquilidad. No, ya no sería capaz de ser el blanco de sus bromas, de pedirle que le enseñe un tema de difícil comprensión, de saludarle con un beso en la mejilla todas las mañanas y desahogarse con el cuándo lo necesitara. No, nada de eso pasará de nuevo porque yo no le escuché. Yo no te escuché Cedric y eso hizo que hicieras esto. Una frase muy pronunciada por el difunto pasó por su cabeza y las lagrimas salieron de nuevo, empapando sus mejillas y goteando desde su barbilla.

— Todo amigo pone como prioridad el bienestar del otro, ¿eh? — Enjugó las aludidas, confesando el pésimo papel que pensaba había cumplido como amiga. Lo siento tanto Cedric.