yurei [inscripciones]

Nombre: Katherine Kavanagh

Edad: 18

Sexo: Femenino

Portal: Oscuridad infernal

Nivel: ¿?

Personalidad:
Divertirse y correr de los problemas son lo que mejor la caracterizan. Ante la mirada de muchos, la personalidad de la jóven es como la de "un muchacho metido en el cuerpo de una mujer". Kath no teme ensuciarse y jugar deportes rudos, adora sentir la adrenalina recorrer por sus venas haciendole cosquillas hasta en la espalda. Tiende a hacer las cosas por impulso sin medir muy bien las consecuencias que podrían acarrear tales acciones.
Una mujer alegre y viváz, alguien con la que de seguró jamás te aburriras. Carismática, le encanta llamar la atención y habla hasta por los codos de hasta las cosas más efímeras de la vida. Goza de dar consejos a los demás por más que estos no le hayan pedido nada ya que en el fondo es una persona amable a la cual siempre está dispuesta a dar una mano de ayuda, aunque esto no suele terminar muy bien. Tiene una "ligera" torpeza, tirar escaleras, manchar de pintura a sus amigos o empujar a alguien cuesta abajo son cosas de su vida cotidiana. Muchos creen que ella hace esas cosas a propósito, pero nada está mas alejado de la realidad, lo que nadie toma en cuenta es que en ese aspecto, Kath no es muy despierta y suele distraerse con facilidad.
No es competitiva, al menos no al punto de llegar a ser una molestia. Prefiere ir a su ritmo tomando una portura un tanto relajada a la hora de aprender cosas o jugar algún deporte, pero, por otro lado hay una gran excepción, el teatro. La jóven de cabello azul no para desapercibida en ese campo, la actuación es su vida. Respira, suda y llora por el teatro. Sus habilidades para interpretar papeles en diversos escenarios son realmente buenos, no dejan nada que desear. Su papel preferido es el principal masculino, más que nada el de "príncipe", y no solo tiene ese título cuando está sobre el escenario, aquellas palabras la persiguen sin importar dónde esté.
Muchas féminas de su insituto la adoran, si realmente fuese hombre, sería el ser más codiciado de todos (al menos eso es lo que dicen las demás), por lo que su ego tiene a crecer de sobre manera, tanto que por poco no rodea a plutón.

Físico:
Kath es una muchacha alta y esbelta midiendo aproximadamente 1.76m, su complexión es delgada con curvas suavizadas, tanto que sus pechos son practicamente planos facilitando su apariencia de "muchacho adolescente". Su tez es palida y perfecta, emplea mucho tiempo en hacer que esta luzca brillante y humectada al igual que los principes de los cuentos de hadas.
Su rostro es un tanto andrógino fácil de manipular con el maquillaje haciendo que luzca de un sexo o del otro. Sus ojos son grandes y de un fuerte color verde lima, sobre estos descansan unas largas pestañas oscuras de ensueño. Su nariz es fina al igual que sus labios los cuales casi siempre se encuentran curvados hacia arriba formando una sonrisa.
Su cabello es corto con mechones un tanto irregulares, tapando su frente se encuentra un flequillo un tanto ondulado el cual siempre peina hacia un lado. El color de sus hebras es un tanto peculiar siendo de azul marino, ¿es teñido?... posiblemente, ¿su color natural?, un completo misterio.
Su forma de vestir es sumamente común, usa el uniforme femenino de su instituto los días de semana, pero cuando tiene tiempo libre sus ropas informales son un tanto masculinas utilizando camisas de mangas cortas sobre remeras y jeans.

Hell yeah~
I'm your prince
Very cute~
Yup, I'm a girl

Historia:
Desde ya muy pequeña mostraba interés por jugar con autos de carreras y tomar el papel de "Ken" a la hora de jugar a la casita de muñecas con sus amigas. Sus padres, quienes por suerte siempre fueron personas amables y de mentalidad abierta, trataron de complacer a su pequeña hija ante sus varoniles gustos, aunque no dejaba de ser un poco extraño debido a que Kath no poseía hermanos, mucho menos varones. No eran una familia de ricos, pero si tenían lo suficiente para costearle a su hija unas clases de futbol y demás deportes cuando se cansaba del anterior.
Su infancia en la escuela transcurrió de manera tranquila, bueno, en realidad casi, ya que tendía a saltarse las clases, aunque esto lo hacía sin querer, simplemente cuando tocaba el timbre para entrar el salón siempre en el camino había algo que la distraía.
Aquella costumbre no desapareció cuando entró a la secundaria, nadie supo como hacía para aprobar los examenes puesto que muy pocas veces entraba al salón, pero tampoco era que sacara notas sobre salientes, siempre tenía el mínimo aceptable. Fue en aquella época, cuando cumplió los 15 años que vió una obra de teatro en el instituto, desde ese momento quedó hechizada por el poder de la actuación.

Color de Roleo: #3981b8